9. Primeras veces

4.7K 107 9
                                    

Aitana

¿Realmente le había preguntado lo que llevaba rondando mi cabeza varios días? ¿Habían salido esas palabras de mi boca? Ay, Pedrito.

- Pues ya estaría. – dijo Luis, riendo, mientras escondía su cabeza en mi hombro.

No pude hacer otra cosa que reír junto a él. Había sido demasiado directa, pero quería una respuesta sencilla, honesta. Sin preámbulos.

Luis inspiró fuertemente, relajando sus facciones y cogiendo una de mis manos, para más tarde repartir caricias con su pulgar en esta.

Mi mano se cerró fuertemente sobre su dedo pulgar. Sonreí. Era tan pequeña en comparación con él.

- Aitana, somos lo que tú quieras que seamos. Y el tiempo que tú quieras serlo. Yo siempre estaré aquí. – dijo él, sin dejar de mirarme.

Sus ojos escrudiñando mi interior. Entrando en mí. Viendo mis sentimientos, mis miedos y mis inseguridades. Viendo a la verdadera Aitana. La que nadie conocía.

- Pero es que yo también voy a estar siempre aquí, Luis. No vale que siempre las cosas bonitas las digas tú, jo. – refunfuñé, emocionada por sus palabras.

- Aprende del mejor, ratona. – dijo, cogiendo mi nariz con sus dedos para darle un suave apretón.

- Creído. – susurré.

- ¿Qué has dicho? – dijo, mientras se separaba un milímetro de mí. – Atrévete a repetirlo.

- Creído. – esta vez, mi voz bien alta.

Las manos de Luis se trasladaron a mis costados, haciendo presión sobre estos y, por tanto, haciéndome cosquillas. Miles de carcajadas seguidas de lágrimas causadas por la risa.

Nos dejamos caer en el sofá uno encima del otro, abrazados. Nuestros pies entrelazados.

Ahora si estábamos en casa.

- No me olvido del tema, eh. – le dije, sacándole la lengua como una niña pequeña.

- No pretendo que lo hagas. Solo quiero que estés segura de todo antes de darme el batacazo y que me rompas el corazón con un "no lo sé".– dijo, sincerándose por primera vez.

- ¿Ves? Por fin abres la puerta a tus miedos, Luis. – dije, levantándome del sofá rápidamente.

Fui a la cocina y abrí un paquete de Donettes. Cogí dos y me dirigí al salón, donde Luis me miraba confuso desde el sofá.

Me arrodillé frente a él y le tendí un Donette, mientras yo ponía en mi dedo el otro.

- Luis Cepeda, ¿quieres ser mi novio?


Cepeda

Parpadee varias veces tras escuchar las palabras salir de la boca de Aitana. No podía creer lo que estaba haciendo.

Era jodidamente especial hasta para eso. No la merecía.

- Solo pensé escuchar esto una vez. En mis sueños. – dije, levantándola del suelo y uniendo nuestros cuerpos en un abrazo. – Pues claro que sí. Si es que eres tan blandita.

- ¿Qué te quieres morir? – terminó mi frase, mientras pegaba un mordisco a su Donette.

- ¿Te estás comiendo nuestro compromiso? ¿Mi pedruscón? – dije, haciéndome el ofendido.

- Ay, jo, que tengo hambre. El noviazgo ya me está pasando factura. – reímos ambos.

- Repítelo. – dije, mantiendo mis ojos en los suyos.

Yo quiero más || AitedaOn viuen les histories. Descobreix ara