-¿Q-qué haces tan mojado?

-No había aparcamiento cerca. -murmura. -He tenido que aparcar a dos manzanas.

-¿Has caminado más de dos manzanas bajo la lluvia para venir aquí? -musito sintiéndome un poco mal.

-La ocasión lo merecía.

Yo suspiro por lo bajo y lo miro.

-Quítate la ropa, vas a coger un resfriado. Tengo secadora, la podré con tu ropa y estará seca en media hora.

Wade asiente con la cabeza y deja las llaves de su coche encima de la mesa. Mientras él se quita la ropa, yo voy hacia la cocina para hacerle un café descafeinado caliente. Es tan mono cuando quiere...

-¿Dónde está la secadora? -pregunta a mi espalda.

-En la puerta corrediza del pasillo. Dale al botón amarillo cuando hayas metido la ropa.

Cuando acabo el café, lo llevo al salón y lo veo sentado en el salón con tan sólo un bóxer, frotando sus manos como si se intentara dar calor. Dejo la taza enfrente de él y cojo una de las mantas que hay en el mueble de debajo de la tele. La cojo y se la pongo por encima de los hombros.

-Gracias. -murmura mirándome. Le acerco la taza y él la coge.

Me siento en el sofá, a la otra punta, y él bebe un poco del café.

-Blanca, yo te amo. -dice Wade. Yo lo miro a los ojos y veo que me está mirando fijamente, con una mueca triste. -Más que a nada. Vuelve conmigo.

-Las cosas no se hacen así Wade. -murmuro.

-Lo sé, joder. Pero no soporto estar sin ti, no soporto no saber cómo te ha ido el día, ni que no pueda darte las buenas noches, ni poder hablar contigo, ni poder besarte en ningún momento del día, ni escucharte decirme que me quieres sin que venga a cuento... Joder, no puedo, Blanca. Tom dice que estoy gilipollas por estar así por ti teniendo sólo tres meses de relación, y a lo mejor lo estoy, pero no puedo estar así contigo. Por favor.

-Wade, yo también te amo. Y lo sabes. Pero no por eso voy a dejar que me controles como has querido hacer. Tienes que aceptar que vivo aquí porque mi trabajo lo requiere y porque, aunque tuviéramos una relación, necesito mi espacio. Necesito conocer a gente nueva y no moverme sólo a tu alrededor.

-¿A qué te refieres a conocer a gente nueva?

-A tener amigos. -aclaro. El alivio cruza sus ojos. -Alejandro me hacía lo que tú hiciste el lunes. No quiero volver a pasar por eso, Wade.

-No me compares con ese gilipollas, por favor. -pide.

-No te compararía si no hicieras lo que él.

Wade se queda en silencio y suspira, pasándose las manos por el pelo, como hace siempre que está nervioso o frustrado. Me mira mordiendo su labio con nerviosismo.

-Lo siento. -dice al fin. -Siento jodidamente mucho haberme comportado como un imbécil y un capullo. Tengo que aceptar que estés aquí y que vayas a quedarte. Y lo acepto, o al menos lo estoy intentando.

-Está bien. -asiento levemente con la cabeza.

-Y... ¿es necesario que te tomes ese tiempo que decías en el post-it? -murmura mirándome.

Se me escapa una pequeña risa y sin poder evitarlo más, me siento más cerca de él, lo tomo de las mejillas y lo beso. Wade suelta un suspiro de alivio en mis labios y me atrae tanto a él que acabo encima.

-Gracias, joder. -susurra enrollando sus dedos en el pelo de mi nuca.

-Sólo no vuelvas a comportarte como un imbécil.

-Prometo no hacerlo.

-Llévame a la cama. -susurro encima de sus labios.

-No me lo digas ni dos veces.

******

-¿Te apetece venir al ensayo? -le pregunto a Wade, mientras viene a mi dormitorio de darse una ducha.

-¿Al ensayo?

-Si, a verme bailar, vaya. Las parejas de los bailarines muchas veces van a ver el ensayo, se os permite entrar con un pase. Ya te daré el tuyo si quieres venir.

-Si, claro. -dice él, besando mi hombro desnudo. Yo le sonrío.

-Hoy sólo hay un ensayo general y ya está. -le digo mirando la hora. -Empezamos a las nueve y acabamos a las once. Puede que yo acabe antes porque bailo sólo en los tres primeros.

-Perfecto.

Él se pone la ropa de ayer que salió bien seca de la secadora y yo me pongo la ropa de ensayo que consiste en un leggin negro con una línea blanca a cada extremo de mi pierna y un top deportivo. Encima me pongo la chaqueta sin abrochar de mi grupo de baile de Barcelona. Me hago una coleta, me limpio la cara y los dientes, y lista.

-¿Estás lista? -me pregunta Wade, apoyándose al marco de la puerta. Yo le sonrío mientras me pongo cacao en los labios.

-Si, vamos.

Lo cojo de la mano y vamos hacia la puerta, antes de que siquiera pueda abrirla. Él me coge de la cintura, me acerca más a él y me besa en los labios. Muy intensamente. Logrando que el estómago me dé un vuelco.

-Te quiero. Y lo siento por todo. -susurra una vez más. Se ha disculpado conmigo mil veces al menos.

-Yo también te quiero, y ya te he perdonado. Deja de lamentarlo, por favor. -susurro acariciando su leve barba de dos días.

Besa una última vez mis labios y salimos juntos de mi departamento.

-Hombre, por fin. -dice Soraya apareciendo por la escalera. Wade la mira sonriendo. -Hola, guapetón. Ya era hora. ¿Vienes al ensayo?

-Eso parece. -dice Wade sonriendo de lado.

-Pues venga, tórtolos.

Salimos del edificio y vamos hacia plató, que está a tan sólo dos calles. De camino, Wade me enseña donde ha dejado el coche y me siento un poco mal por lo que tuvo que caminar bajo la lluvia. Cuando llegamos a plató, presento a los chicos a Wade y cuando llega el coreógrafo, también voy a presentárselo.

-Hombre, detective Anderson. -dice la voz divertida de mi coreógrafo, Lion.

-¿Lion? -pregunta extrañado. Lion se ríe y ambos se dan un abrazo.

-Creo que se conocen. -me susurra Soraya.

-No me jodas. -ironizo.

-¿Qué haces aquí? -preguntan ambos a la vez, para luego echarse a reír.

-Soy el coreógrafo del programa.

-Y yo soy el novio de una de tus bailarinas.

-¡Oye pero qué bien! ¿De cual?

Yo levanto la mano y Wade me atrae a él, dejando un beso en mi cabeza. Si es que me lo como con patatas.

-Así que Blanca es tu chica. -dice Lion sonriendo.

-Si. -responde Wade sonriendo.

-Pues qué bien, tío.

-¿De qué os conocéis? -pregunto curiosa.

-Es el hermano de Tom. -me dice Wade divertido. Yo abro mucho los ojos y Lion se ríe.

-Si, cariño, si. Yo soy el hermano guapo. El mayor, por eso. Y el único que ha sentado la cabeza.

-¿Cómo está Roman? -pregunta Wade refiriéndose a su novio, el cual conocimos hace dos días.

-De maravilla. A ver si vamos a cenar algún día todos de nuevo, estás perdidisimo.

-El trabajo, tío. -dice Wade con una mueca.

-El trabajo, ya. -dice divertido, dándome un empujoncito con el dedo. Yo me río y Wade igual.

-Venga, os dejo que trabajéis. Hablamos luego. -le dice Wade a Lion.

Este asiente con la cabeza, se dan un corto abrazo y mientras Lion empieza con sus gritos, yo beso los labios de mi chico. 

Cuestión de memoria {FBTNY #2} ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora