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El día siguiente al homicidio, miércoles, llegué alrededor de las doce y media de la mañana a la comisaría después de haber ido a hablar con los doctores, los oficiales de la policía que acudieron a primer momento a la escena del crimen y a la morgue a hablar con Thiago, nuestro forense. Pregunto por mis compañeros a varias personas del departamento y una de ellas me dicen que los han visto bajar con un sospechoso de asesinato. Bajo rápidamente a la sala de interrogatorios que tenemos y a través de la ventana polarizada los veo. Pero con Blanca.

Tom y Robert están apoyados en la mesa bastante cerca de ella, claramente presionándola, pues Blanca está temblorosa, esposada en la mesa y con el rostro empapado en lágrimas. Entro en la sala haciendo que los tres me miren. Le arranco la llave de las esposas a Tom de las manos y me acerco a Blanca.

-¿Quién cojones os ha dado permiso para hacer esta mierda? -pregunto mientras le quito las esposas a Blanca. Ella me mira con agradecimiento al mismo tiempo que frota sus muñecas con suavidad. Los chicos no me responden. -Los dos a lo vuestro, ahora mismo. Yo me encargaré de ella.

Ellos se limitan a asentir con la cabeza y yo me giro de nuevo hacia Blanca. Ella limpia sus lágrimas con su jersey blanco que se adhiere a su piel.

-¿Cuánto rato llevas aquí? -pregunto sentándome en la mesa. Ella se encoge levemente de hombros.

-He terminado a las nueve con el especialista y luego vinieron a buscarme. No sé qué hora es ahora. -murmura.

-Tres horas y media. -suspiro. -Mira, si alguien vuelve a presionarte para que recuerdes, calla. No escuches y no hables. No fuerces o irás a peor. Nos conviene tenerte con la memoria intacta y el doctor acaba de decirme que cuanto más te forcemos, más tardarás en recuperarla o no la recuperarás.

-¿Puedo recuperar la memoria? -mumura esperanzada.

-Si. La vas a recuperar. Poco a poco pero lo harás, completa y si no es completa, casi lo será.

-Podemos... ir al motel donde me encontraron y, no sé, a lo mejor al estar allí recuerdo algo... -dice mirándome. Yo frunco el ceño pensativo. -En las películas funciona...

Yo me río un poco y ella sonríe de lado.

-Voy a hablar con el capitán. -digo levantánodme de la mesa. -No te muevas de aquí o tendré que esposarte.

Blanca niega con la cabeza repetidas veces y yo asiento antes de subir.

Voy al despacho del capitán y le cuento lo que vamos a hacer. Él me da permiso anticipado a todo lo que vaya con la condición de que le saque provecho y averigüe qué cojones pasa, pues no podemos tener a un asesinado sin un asesino claro. Cuando estoy por bajar de nuevo, los chicos me interceptan.

-No volváis a hacer una gilipollez así. -digo entre dientes. -Está en juego mi puesto de trabajo y, por ende, el vuestro también. -bufo.

-Lo sentimos, tío. Pero teníamos que hacer algo. -dice Tom.

-El doctor me ha dicho que debemos tener paciencia. No podemos presionarla o no recordará, puede ir a peor si fuerza tanto. De ahora en adelante yo me ocuparé de ella.

-Eso queremos. -dice Robert cruzándose de brazos. -Sólo ha hablado contigo.

-Porque no la presiono, gilipollas. -digo con obviedad. -Tom, ¿cómo va lo de...?

-Ninguna desaparecida que se llame Blanca de su rango de edad. -dice sin dejarme terminar.

-Buscad todas las Blanca con apellido que empiece con G de España.

-Estás puto loco. Debe haber miles. -dice Tom con los ojos muy abiertos.

-No tenemos más, Tom. -suspiro. -Voy a llevarla al motel a ver si así recuerda algo. Necesito un mínimo para que podamos usarlo como filtro a la hora de buscar. Buscad algo relacionado con el baile o yo qué sé. Algo. Tenéis su foto. También averiguad sobre el tal Kevin y qué coño hacía en esa habitación.

Cuestión de memoria {FBTNY #2} ©Where stories live. Discover now