❝Glory Nights; 1930❞ ﹙Yoonmin﹚

XX

— Que gran mentiroso es señor Montana—

—Me parezco a ti — Yoongi se cruza de brazos aún apoyado en el marco de la puerta. —Ah no, tu eres un mal mentiroso, mal detective... Haces todo mal Jimin debería educarte.

—Señor Montana, ésta pulsera es muy importante para mi, por favor no vuelva a quitarmela— dice Jimin colocándose la pulsera en su muñeca. Yoongi sonríe de lado, tenía unas inmensas ganas de tirarse encima de Jimin y llenarlo de besos mientras le mostraba su pulsera, le confesaba todo y le enseñaba las cartas que había guardado todo ese tiempo. Pero había algo que aún lo detenía a decirle y eso era miedo, miedo a que Jimin lo odie y se enoje con él. Tenía miedo de que se aleje otra vez.
Y Yoongi no soportaría un segundo más lejos de él.

—¿Por qué es muy importante para tí? — pregunta observando como el menor baja un poco la mirada.

—Me la obsequió un amigo... Él tiene la misma, pero desde pequeño que no lo he vuelto a ver — dice Jimin apretando un poco sus labios.

—¿y lo extrañas? —

—Por supuesto que si, daría lo que fuera por estar junto a él — dice Jimin mirando algo triste a su mayor— Antes, estaba enojado con él porque no respondió mis cartas... Pero con el tiempo, logré perdonarlo y sé que él debe tener una familia... Ya ha de haber seguido con su vida. — relame sus labios algo nervioso mientras aprieta los puños de su camisa.

—Jimin, busca tu pulsera... — Dice Yoongi parandose firme y acercándose un poco a Jimin.

—Ésta es mi pulsera— se señala la muñeca.

—Estás equivocado, fíjate en el lugar donde dejaste tú pulsera la última vez. — Yoongi lo mira a los ojos y Jimin aún no comprende,  frunce levemente el ceño y se da media vuelta para buscar su pulsera, la última vez la había guardado en su cajita de música así que fué allí.
Yoongi sabía lo que estaba por pasar, pero de a poco sus nervios comenzaron a disminuir, tomó confianza y dejó que Jimin se dé cuenta.
El menor buscó en su cajita de música y ahí estaba la otra pulsera, su corazón comenzó a acelerarse de golpe y los recuerdos vinieron a su mente. Algunos sentimientos de nostalgia y melancolía recorrieron su cuerpo mientras sostenía la pulsera en sus manos y observaba que llevaba la otra.

—Te dije Jimin, que esa pulsera era mía — Yoongi se acerca al menor y toma su mano delicadamente, a Jimin se le humedecen los ojos de a poco y sus mejillas se sonrojan viendo al mayor frente a él, y si ese era su Yoongi ¿Tan ciego había sido para no notarlo? — Acompañame...

Yoongi entrelaza sus manos y comienzan a caminar hacia su habitación, dónde al llegar Jimin se queda sin habla aún como si no pudiera asimilar lo que estaba ocurriendo, no podía formular palabra y eso a Yoongi lo puso algo nervioso.

— Si no dices nada voy a comenzar a asustarme...— dice Yoongi caminando hacia la repisa donde tomó la caja que tenía adentro las cartas que Jimin le había enviado.

—Y-yo... ¿Te llamas Yoongi verdad? ¿Esto no es un sueño? — Jimin peina su cabello un poco hacia atrás algo nervioso.

—compruebalo tú mismo — Yoongi le entrega la caja y Jimin al tomarla camina hacia un mueble que estaba al lado del ventanal de Yoongi para apoyarla ahí y comenzar a abrirla.
Yoongi sólo observa al menor que estaba de espaldas y espera su reacción. — Las he guardado todo éste tiempo...

A Jimin le tiembla el pulso al ver sus cartas escritas por el mismo allí, cubre su boca con su mano que tiene libre y las lágrimas solas comienzan a escaparse deslizándose por sus mejillas y siente unos brazos que lo cubren, acogen y estremecen. Yoongi apoya su mentón en el hombro de Jimin mientras lo aferra a su cuerpo por la espalda deseando estar así por siempre con él.