Regreso A Gravity Falls

Emociones Difusas Y Experiencias Divididas.

Esa Misión no había tenido más contratiempos, después de eso terminarla fue simple;  cosa de comunicación telepática entre los hermanos Cipher, un chasquido de dedos anticipado de Bill y esperar pacientemente a que una rubia de ojos claros llegase con el Copo a Base Estrella (el cuarto de Mabel), allí dentro ya eran esperadas por Mabel, Candy y Grenda, el resto se dispersó por sí solo a sus respectivos dormitorios, Will fue el primero en llegar al suyo, apenas se estaba echando “en una cosa enorme y suavecita semejante a una almohada algo ovalada” cuando Bill apareció, refunfuñando mientras cerraba la puerta tras de sí, malhumorado.

—No sé si sentirme orgulloso porque después de tantos siglos al fin rompes reglas o indignarme contigo por dejarme botado cuando di la sencilla idea de hacer todo con magia y Pino con pura mirada casi se me echó encima como si el solo pensarlo fuese sido un maldito crimen—Se echó de espaldas y sin cuidado a la cama superior de aquella litera pegada a un rincón del cuarto, dando un ligero salto con las puntas de sus pies. Sentía que tenía un pequeño peso en el pecho, sentimientos, resopló frustrado, qué mierda—Y entre tanto y tanto es obvio que no haré ninguna, está clarísimo que hasta sientes culpa por incumplirla—Gruñó—¿Cuándo se volvió tan malditamente frío?

Will lo miró sin decir nada, notando como su ahora cuerpo humano comenzaba a envolverse por su propia aura, más densa que siempre. Lo que pasaba era tan claro como la culpa que sí acosaba a Will por haber usado magia: Bill estaba siendo superado por la mezcla de pequeñas raciones de  emociones y sentimientos.  

Bill gruñía y murmuraba, ya hablando más consigo mismo que con él, y Will seguía mirándolo, creyendo que nunca llegaría a acostumbrarse a ver cómo la intensa aura negra de Bill mutaba y los que comenzaron siendo microscópicos puntos de una desconocida aura blanca seguían creciendo día con día como esponjas, absorbiendo lentamente la penumbra a su alrededor. Era obvio que Bill no sabía cómo tratar con todo eso que sentía…bueno, sentir en primer lugar ya era demasiado para el rubio, tan acostumbrado a la frialdad, insensatez y desquicio de su propio actuar sin remordimientos. No sabían desde cuándo o por qué comenzó a sentir, pero Will sabía que a Bill el hecho comenzaba a superarlo por mucho, comenzaba a aterrarlo saber que mientras más sentía más crecía el blanco y se consumía el negro, que no saber tratar con eso tan nuevo para él lo estaba superando, más que sus propias pesadillas.

*********

[...]

Dipper parpadeó repeditas veces un tanto incredulo. La afirmación tan rápida que obtuvo de Mabel seguido de lanzársele encima en un alegre abrazo tan propio de ella lo tomó por sorpresa, y ¿cómo no? Si de un tiempo para acá dejarlo encerrarse dejó de ser una opción para ella.

—Bien—Lo soltó sonriente—No tardaré todo el día fuera, con las chicas nos llevamos a Bill al centro comercial pero no sé si nos sale algo inesperado por ahí, una llamada y estoy aquí ¿Sí? Y no puedes negarte a salir la próxima vez.

Dipper rodó los ojos de anticipada, sonriendo de lado a su hermana; una pijamada clandestina tan reciente no era excusa (según ella) para no salir en un mañanero día de compras. A veces tenía el impulso de querer preguntarle de dónde sacaba tanta energía, si en ese momento se veía como nueva y no creía que su “noche de chicas” hubiese terminado siquiera a las tres de la mañana, él mientras tanto aún tenía sueño a pesar de haber corrido a su cama en el momento en que las chicas habían cruzado seguras la puerta del cuarto de Mabel. 

—Sí Mabeel, todo está y estará perfecto, aquí no hay casi nadie—Hizo una mueca—Además, me quedo acá con Will, no solo, tal vez nos colemos a la cocina por algo o algo así ¿no, Will?

Ambos Pines voltearon a ver al peliazul, quien junto a todos en la habitación prestaba atención a su curiosa conversación. 

—Claro—Les sonrió Will con amabilidad, intentando transmitirles seguridad, sobre todo a Mabel.