Corazonada

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-6:47pm.-

Dipper llevaba (sin exagerar) la cuenta exacta de los treinta y cinco minutos que habían pasado desde que literalmente pisaron Gravity Falls Oregón; desde bajar del incomodo autobús en el que Mabel había hecho a su brazo dormir por usarlo como almohada, hasta el momento en el que cruzaron la puerta principal de la Cabaña del Misterio. Estaba apegado a la idea de detallarlo todo, sin ganas de prestarle atención a ese presentimiento que lo perseguía con firmeza desde el inicio del viaje, sin dejarlo dormir.

Prestó atención a la cabaña; se enteraría más tarde de que todas esas remodelaciones que hacían ver más acogedor el lugar fueron hechas con algo de ayuda de todo el pueblo para el material, planeadas y supervisadas por sus tíos (tal vez un poco por McGucket) y obradas con ayuda de la familia Corduroy poco después de que ellos partieran a California aquel final de verano a causa de los daños que había sufrido por el Raromageddon, aunque lo habían tomado más como un "hora de un pequeño cambio" y compusieron y cambiaron más cosas de las necesarias (cosa rara si tomabas en cuenta que parte del dinero lo había puesto Stan).

Nada más haber echado un vistazo a la planta baja Mabel se lanza en el viejo sillón de Stan con semblante agotado (Dipper supone que por el viaje, aunque no entiende cómo, si se echó a dormir en su hombro justo después de tomar asiento), el castaño se acostó en un sillón largo en forma de ele muy cómodo, justo a un costado de Mabel.

—Dipper.

—¿Sí, Mabel?

—Muero de hambre, sueño, estoy cansada y para colmo Candy y Grenda no pudieron ir a recibirme porque se fueron de viaje hace una semana y llegan mañana—Se quejó desanimada.

Suspiró, también estaba cansado.

—Bueno... Puedo hacerte un sándwich y luego podemos subir a descansar un rato, sacar todo de las maletas y ponerlo en su lugar después... lo de Candy y Grenda, relájate, las verás mañana, las tendrás sobre ti sin notar el poco tiempo que pasó, igual que con Pacifica—Respondió a cada uno de sus problemas intentando ser positivo.

Mabel sonrió levemente.

—Tienes razón.

Reconocía abiertamente que solo había sido un poco exagerada cuando le contó sus "problemas" (consecuencia del mal humor que le provocaba el cansancio), pero no por eso la cálida sensación que la llenaba cada vez que Dipper hacía ese tipo de cosas por ella (como anteponer sus cosas por más tontas que fuesen antes de las propias por muy cansado u mal que estuviese) dejaba de sentirse bonito, acogedor. Era como un placer culposo que sentía por la mala costumbre de Dipper por cuidarla y sobreprotegerla desde siempre (más de un tiempo para acá), su papá siempre había hecho lo mismo con ellos y su madre. El comportamiento de Dipper muchas veces le hacía sentir a su padre más cerca, lo mismo pasaba con Mabel, quien hacía que su hermano se inundara en melancolía cuando hacía cosas tan banales por él como preguntarle si se olvidaba de algo cada vez que iba a salir o advertirle que se podría resfriar si no usaba suéter.

—Que sea de jamón y queso blanco, por favor—Pidió por fin Mabel, refiriéndose al sándwich.

—Bien—Se levantó perezosamente del cómodo mueble, estirándose un poco antes de extenderle una mano a su gemela, quien no dudó en tomarla, siendo arrastrada con pereza hasta la cocina.

A pesar de todo se sentía bien volver. Pero no lo dejaba en paz ese extraño presentimiento.

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-4:55pm-

Es la primera en despertar, tomando su celular bajo su almohada y encendiendo la pantalla sin querer abrir los ojos; termina haciéndolo después de unos minutos, somnolienta, siendo deslumbrada por el brillo del aparato. Casi se cae de la cama al ver la hora.

Regreso A Gravity FallsWhere stories live. Discover now