Capítulo 5

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En el pasado

_______ Gormsson

Pensé que al llegar a mi casa, todo estaría bien.

No fue así.

Mis padres prácticamente me obligarán a hacer el entrenamiento para ser cazadora, algo que yo no quiero.

Deberían dejar a los dragones en paz, tal vez ellos harían lo mismo y nadie se atacaría.

O tal vez pueda huir de Berk, irme lejos.

Eso implicaba dejar a Hiccup, pero él cambiaría, quizás ya cambio y no le tiene miedo a los dragones. Dioses, él atrapó a un furia nocturna y fue a matarlo.

Yo no he hecho nada así.

El entrenamiento comenzaría cuando Estoico, el jefe de Berk se fuera.

Lo haré, haré el entrenamiento, pero si no sirvo para eso, si no logro cambiar, la mejor opción que me queda es huir de Berk, para siempre.

Salí de mi hogar para caminar por los alrededores de Berk, siempre resultaba agradable hacer esto de noche, puesto que nadie te mira ni te juzga, casi todos están en sus casas.

—¡Gormsson! —me llamo Hiccup, que venía hacia mi- e-el dragón

—¿Necesitas ayuda para traer el cuerpo? —cuestione horrorizada— ni hablar, no te ayudaré en eso.

—¡No! Es que, lo liberé —dijo rápidamente, aún así logré comprenderlo— y, Dioses, creo que no puede volar.

—Algún daño debía sufrir, Hiccup —suspiré— le lanzaste una "red" que lo hizo caer varios metros y se estrelló contra árboles, no saldría indemne de la situación.

—Lo sé —Hiccup se notaba arrepentido— en fin, supongo que mañana deberemos ir al entrenamiento. Tus padres te hablaron de eso ¿No?

—Sí, y es horrible —comencé a pensar en mí plan de marcharme, pero no se lo diré a Hiccup.

—Sí, prefiero ser mil veces un panadero que un cazador

—Tu pan sería horrible, Haddock

[...]

Me levanté a duras penas de mi cómoda cama, mi madre estaba en la habitación ayudándome a ponerme las hombreras, que pesaban un montón debido al material del que estaban fabricados.

—¿Todo esto es necesario? —pregunté

—Cariño, sé que odias ésto pero, matar dragones lo es todo —puso un hacha sobre mis hombros y luego me dio vuelta— ahora te haré una trenza, no te muevas mucho.

Adoraba a mi madre, siempre era demasiado comprensiva, sin embargo, se dejaba guiar por mi padre y por los demás.

—Listo, cariño —me dio un beso en la frente— suerte

—Necesitaré más que suerte si quieres que salva viva de esa cosa— hice una mueca es horror.

Salí de mi hogar y me dirigí al lugar donde se llevaría a cabo el entrenamiento para ser cazadores.

Al llegar estaban en una fila mirando una puerta, dioses, llegue tarde.

Corrí rápidamente y me ubique al lado de Hiccup.

—Pensé que no llegarías —me susurro mi amigo.

—Hubiera sido mejor no llegar —me encogí de hombros.

Bocón comento algunas cosas antes de jalar de una palanca, la que lentamente abrió la gran puerta dejando salir a un Gronckle, un gran dragón que se me hacía similar a una albóndiga.

Comencé a correr asustada, todos lo hacían, solo que algunos eran más eficaces.

Según Bocón, necesitábamos un escudo. Muchos lo tomaron incluida yo.

Poco a poco iban cayendo futuros cazadores, todo por estúpidas cosas.

Hiccup se lo pasó la mayor parte del tiempo escondido.

Y mis temores se hicieron realidad cuando el dragón me noto y comenzó a volar hacia mi. Comencé a correr mientras hacía ruido con mi hacha y el escudo para tratar de confundirlo, funcionó y se dio la vuelta, pero para atacar a alguien más, a Hiccup.

Hiccup quedó acorralado en una pared, con el dragón apunto de lanzarle fuego, o lo que sea que saliera de su hocico.

—¡Hiccup! —corrí rápidamente asustada, al estar cerca lancé mi hacha tratando de rozar al dragón para no hacerle daño, resulta que le hice un poco de daño y se dio vuelta, me lanzo lava y tuve suerte de cubrir a tiempo con el escudo.

Cuando todo se quedó en silencio, deje de cubrir con el escudo, este estaba lleno de lava y lo tiré a un lado. Bocón arrastró a la gran bestia hasta su jaula y volvió a cerrar las puertas.

—¡Hiccup! ¡Un dragón siempre tira para matar! —exclamó Bocón, luego se volteó a observarme, y asintió orgulloso.

Fui hasta Hiccup, lo ayude a ponerse de pie.

—Gracias —agradeció cabizbajo

—Temí que te sucediera algo —lo abracé, a los pocos minutos sentí sus brazos en mi cintura y no pude evitar tensarme ante el tacto.

—Al fin y al cabo, no eres mala en esto —dijo Hiccup cerca de mi oído.

—Aún así, no soy capaz de matar a un dragón

—Ni yo —suspiró y nos separamos— ¡Oh Dioses! ¡Un dragón siempre tira para matar! —repitió las palabras de Bocón con entusiasmo— El furia nocturna no me hizo daño —susurró pensativo, yo lo observé extrañada— Ven, Acompáñame.

Observé a mi alrededor, allí Bocón hablaba con mi madre.

—Diablos —dije observando como hablaban— no sé si estoy en problemas, en fin, ve tú, si tengo tiempo trataré de buscarte.

Hiccup miro a mi madre que hablaban con Bocón e hizo una mueca.

—Suerte —beso mi mejilla antes de irse.

—Tú necesitarás más suerte —le grité para que pudiera escucharme.

Camine hasta donde estaba Bocón con mi madre. Al verme mi madre me abrazó entusiasmada.

—¡Lo vi todo! ¡Eres increíble! —dijo luego de casi dejarme sin aire— cuando tu padre vuelva y le cuente todo esto, estará orgulloso.

—A mí me sorprendió demasiado —admitió Bocón.

Yo reí nerviosa e incómoda, si supieran que odio hacerle daño a los dragones, sería una vergüenza para mis padres.

—Iré a afilar mi hacha, nos vemos más tarde —me despedí rápidamente de mi madre y me fui dando trotando.

Cuando estuve lo suficientemente lejos comencé a caminar.

—Dioses, le salvaste el pellejo al pescado parlante —Brutacio se acercó a mí, iba acompañado por su hermana, Astrid y Patán, solo faltaba Patapez.

—No le digas así —rode los ojos, y choqué los puños con él cuando estuvimos al frente del otro.

—Sí, estuviste genial —dijo Patán haciéndome ojitos.

—Sí, creo que nos sorprendiste a todos —Admitió Astrid cruzándose de brazos.

—Sí, debido a que ustedes siempre me clasificaron como rara, nunca tuvieron la oportunidad de conocerme realmente —me encogí de hombros— dudo que ahora sea distinto.

—Bueno, eso puede cambiar —Astrid puso sus manos en su cintura— podríamos cenar hoy juntos en el gran comedor.

—Dime, si hubiera sido horrible en el entrenamiento, ¿Igual me invitarías a cenar con ustedes? —me crucé de brazos y alcé una ceja, no obtuve respuesta por parte de ellos— eso creí, nos vemos Brutacio.

—Nos vemos, mocosa —dijo burlón, como siempre.

Será mejor que busque a Hiccup.

Buscándote [Hiccup y Tú]Where stories live. Discover now