Capítulo 19

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La mañana siguiente desperté con una extraña sensación e inmediatamente a mi cabeza llegaron imágenes de la noche anterior. Más concretamente, cómo acabó la noche anterior.

Tengo corazón Laura, pero eso no significa que sea capaz de sentir. La sangre se heló en mis venas y la piel se me erizó ante tal confesión.

Normalmente me levantaba a las 5.30 de la mañana para prepararme, desayunar e ir a comisaría, ya que mi turno empezaba a las 7 de la mañana en el que las primeras horas me dedicaba a hacer papeleo. Sobre las 9 de la mañana, ya había más movimiento en comisaría y era cuando empezaban a entrar nuevos casos y nuevas pruebas que analizar. Esa mañana me levanté algo desganada, pero al menos me levanté pensando en que me esperaba un día en un trabajo que me gustaba. Así que dentro de lo que cabía, no era tan malo.

Como de costumbre lo primero que hice fue ir a la cocina a prepararme el desayuno, que siempre era café y un croissant mientras me ponía al día con el móvil (mensajes de whatsapp, twitter..). A oscuras me acerqué a la cocina y encendí la luz, entonces me sorprendí al ver algo que no me esperaba para nada.

Encima de la encimera estaba mi desayuno ya preparado y listo para comer, con una pequeña nota que se aguantaba gracias a la taza del café. Lo siento - S.H. Como una estúpida, me llevé la nota a los labios y sonreí. Después quería convencer de que no tenía corazón.

El café seguía caliente y echando su aroma a café recién hecho, así que supuse que Sherlock se había levantado solo unos minutos antes que yo, lo que no sabía era si seguía en el apartamento o no. ¿Que haría por ahí a las 5.30 de la mañana? Nada bueno, seguro. Siguiendo con mi rutina, finalicé mi desayuno y me fui a dar una ducha rápida. Finalmente, me vestí y me fui en coche a la comisaría.

Era Lunes y todos sabíamos lo que eso significaba; los fines de semana eran los días más locos, así que por esa regla de tres, todo el trabajo venía al empezar la semana. De camino a mi despacho, me saludé con un par de compañeros y desde la distancia saludé a Lestrade, aunque él no me vio. Parecía estar muy agobiado, y eso que solo eran las 7 de la mañana. Algo había pasado. Podía notarlo y en cuanto vi que Lestrade salía de su despacho y se acercaba a pasos rápidos y decididos hacia el mío, confirmé mis sospechas. Ese día no habría papeleo.

-Tenemos que irnos -dijo solo abrir la puerta de mi despacho- Tenemos un caso.

-No me ha dado tiempo ni de sentarme -me quejé- ¿Tan grave es?

Greg no tuvo que decir nada más, ya que su mirada hablaba por él. Nos dirigimos a su coche policial y fuimos directamente a la escena del crimen sin decir apenas nada. Ambos estábamos centrados en llegar a la escena del crimen y ver qué es lo que estaba pasando.

Inmediatamente reconocí la escena del crimen. Las luces de los coches policiales se veían desde la distancia, así como la gente amontonada en la calle. Greg aparcó el coche detrás de todo el grupo de gente, y ambos nos abrimos camino entre ellos. A unos cuantos metros de la esquina de la calle y de donde estaba la cinta policial, había el cuerpo de una mujer de unos 40 años tirado en el suelo. No hacía falta ser un lince para saber que era prostituta.

Greg apartó la mirada nada más verla, yo sin embargo, me agaché a su lado y observé. La garganta rajada de un lado a otro. Bajé con la mirada y pude ver el interior de su cuerpo, ya que el asesino le había abierto el vientre en canal. Lo que más me había impresionado no era como había muerto, que también, si no la mirada de horror que tenía.

-Su nombre es Mary Ann Nichols -informó Greg.

En ese momento cerré los ojos y me levanté para ponerme en frente de Lestrade.

I Am Locked [Sherlock Holmes y tú] (BBC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora