6. Nuevo

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SEAN

— ¡PAPÁ! — Grito nada más llegar a casa. Estoy fuera de mis cabales, tengo que arrastrarme para llegar a su despacho. Una vez allí, abro la puerta colérico, haciendo que mi padre se ponga en guardia. — ¡NO ME DIJISTE QUE EN LA ESCUELA HABÍA OTRA CHICA CON EL GEN ALPHA!

Las paredes retumban ante mis gritos. — ¿Qué pasa? — mi madre entra a toda prisa colocándose junto a él de forma instintiva. — ¿Sean? — no entiende lo que pasa hasta que por fin comprendre que yo soy la amenaza. Ni siquiera me ha reconocido por la protección del vínculo con padre.

Trago duro ignorando el nudo que se forma en mi garganta.

¡TÚ LO SABÍAS! — sigo gritando a mi progenitor con los ojos encharcados de impotencia. Tengo que buscar un culpable. Nada tiene sentido. Abatido y sin casi energía, me dejo caer de rodillas al suelo. Ya no puedo más.

Sean... — susurra mi madre intentando consolarme ante mi rendición. De normal, su afecto era lo única que me sanaba, pero en estos instantes, su aflicción es lo último que necesito. Sin controlar mi ira, dejo que la rabia tome el control de mi cuerpo. Da otro paso en falso y rujo amenazante avisando para que se aparte. Asustada, ella retrocede y solo entonces mi padre interfiere para bloquearme.

Tranquilízate, Sean... — hace brillar sus amarillas pupilas a modo de advertencia; más que dispuesto a lucha. Invocando su dominio Alpha, intenta obligarme, pero sus órdenes ya no surten efecto.

Mi nuevo destello verde se encarga de comunicárselo.

Tus ojos... — susurra mi madre atónita. Se hace paso aportando a su compañero para tomar mi rostro. — Te has vinculado... — sigue él sin dar crédito a semejante inconsciencia.

Su decepción recorre todo mi cuerpo. ¿Cómo ha podido ser tan débil? Oigo pensar a mi padre. Me muerdo el labio tragándome sus emociones, pero no logro siquiera asentir.

No pude controlarlo. — sollozo fuera de mí a modo de respuesta— Todo este tiempo... me has estado mintiendo.— No controlo las lágrimas. — ¡No tengo el gen! ¡Ni siquiera pude controlarlo! — mamá me mira consternada — Me vinculé sin poder hacer nada más que verla llorar... — escondo la cabeza entre mis rodillas tiritando al recordar. — Ella tampoco quería...

Expectantes, mis padres esperan a que me calme para volver interferir en mi espacio personal.

Sean, — vuelve a ordenarme arrodillándose mi padre ante mí — mírame.

Su mandato sigue sin surgir efecto, no obstante, agarro una bocanada de aire y hago lo que me dice acostumbrado por el hábito. Toma mi mentón y analiza mis pupilas detenidamente. Su examen es más que fugaz e inquieto. Luego, busca a mi madre de reojo.

"Sigue teniendo el gen Alpha. Pero su vínculo... no es el de nuestro clan." Mi madre niega al aire confusa. "Solo hay una chica Alpha en el instituto, es la hija de los del Clan de Norte pero su destello es azul..." Hablan telepáticamente, pero por una extraña razón puedo oírles.

Cómo se llama... — murmuro reposando la cabeza contra la pared cediendo a la tristeza que me consume.

Ryan, — susurra sin entender cómo he podido escucharle. — no recuerdo su nombre.

"¡Srt. Ryan! ¿A dónde va? " "Cassie ha tenido que salir corriendo." La voz del señor Quillman y Gena retumban en mi recuerdos.

Es ella. — Sorbo mi nariz resignado. — Me he vinculado con ella... – sentencio consumiendo la poca energía que me queda. Se hace el silencio en el cuarto.

"No puede ser. Tengo que contactar con Harald."

Veo a mi madre asentir e intercambiando papeles con él, se acerca a mí para consolarme. Abrazando mi cabeza ignora mis anteriores advertencias y en un vano intento de volver a ejercer su magia maternal; besándome la frente casi de forma obligada. Mi mente tarda milésimas de segundos en ceder, aunque no es hasta que cierro los ojos que me dejo acunar.

Llorando en silencio, me deshago en sus brazos dejando que la impotencia me consuma.

Lo siento... — susurro aferrándome a ella. – Lo siento mucho... – Le he rugido a mi propia madre. La he asustado. He espantado a la única persona que lo ha dado siempre todo por y para mi. Sorbo mi nariz aferrándome a su abrazo.

Tan angelical como siempre, reposa su frente en mi cogote y niega susurrante sin dejar de acariciarme. — No tienes que disculparte, cariño. Mamá está contigo... — y no sé que duele más, la duda u el pánico que emana su cuerpo. — ¿Sabes qué te iría de maravilla? — intenta distraerme al notar la tensión en mis músculos. — Una buena ducha, hijo... — Su intranquilidad traspasa su tono de voz.
–"Mamá, —susurro mentalmente maldiciendo mis adentros viéndola incorporarse. Es un viva copia de mi hermana mayor, su edad supera los 60, pero su apariencia sigue pareciendo la de una treintañera. Víctima de la estancación lobuna. — Gracias..."
Se me queda viendo a los ojos unos segundos. Luego, se apresura para besar mi frente con media sonrisa. — Espera en el cuarto, ¿vale? Yo te prepararé algo para comer. Ya verás como todo se soluciona... debe haber una explicación plausible.— se levanta en silencio dedicandome una última sonrisa antes de salir de la estancia.

Me gustaría creer que tiene la razón como siempre; pero ahora, sé que miente.

CASSANDRA

No he podido dejar de llorar desde que he llegado a casa.

— ¿Cómo es posible? — grito en los brazos de mi madre. Las ventanas chirrían con mis sollozos. La noto tensarse asustada por mi reacción. Jamás me he sentido tan vulnerable. Avergonzada intento contener el llanto . — Yo no quería vincularme... — susurro volviendo a sentir sus caricias para calmarme.

— Averiguaremos qué ha pasado, Cassie. — Quiero hacerme la fuerte, pero el llanto vuelve. Nunca había llorado tan fuerte.

"Laura, — papá se cuela en la mente de mi madre. — se ha vinculado con el hijo pequeño de Chuck" Intercambian un juego de miradas confusas.

— Cassie... — susurra cautelosa. — Mírame. — Suspirando hago lo que me pide pero ya no siento el peso de sus palabras sobre mi cuerpo.

Me siento lejos y cerca a la vez. Reflejadas en sus pupilas, veo mis ojos brillar con el destello verde propio de mi vínculo con ese chico: soy una verdadera vergüenza como Alpha.

De nuevo vuelven a brotar las lágrimas.

"Sí. Es verde." La miro confusa incorporándome. "¿Eso significa que ya no pertenece a nuestro clan?"

"Ni al nuestro, ni al de los del Sur al parecer..." Observo a mi padre frunciendo el ceño. "A él siquiera lo ha reconocido su madre al llegar a casa."

"¿Eso es posible?¿Qué dos Alphas se vinculen?"
Continúa mi madre intensificando su agarre.

"No lo sé. Había oído leyendas sobre esto, pero jamás imaginé que fueran ciertas."

"¿Leyendas?" Papá da vueltas por el cuarto pero sigue comunicándose con mi madre mentalmente.

"Sí. Extraños mitos de antes de la Era Antigua. Pero esto... esto es algo nuevo."

Se toman unos minutos para meditar sin poder apartar la mirada de mi. La espera me hace perder los estribos.

— ¿Algo nuevo...? – Les pregunto al prolongarse por demasiado el silencio. – ¿Eso qué significa...?

Mi madre me observa perpleja recelando.
"¿Cassie, puedes oírnos?"

La escucho pero mi cabeza ya no coordina para decirle que sí. Todo mi mundo se traspapela y el terror se apodera de mí. ¿Algo nuevo? ¿Leyendas? ¿La Era Antigua?

Acabo colapsando y cinco horas más tarde, despierto en mi cuarto con los susurros de las tres voces en mi cabeza.

***

EL VINCULODonde viven las historias. Descúbrelo ahora