capítulo 7

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°Capitulo 7°

~…Continue y destruí cada reccuerdo concreto porque ya no te quiero encontrar en mis rincones, menos en mis sueños y es por eso que estas en donde ya no te busco y ahora busco mi felicidad ~

La mañana se había pasado rápido junto con la tarde volando, ya había anochecido y Kagome aun no despertaba, no había rastros de Inuyasha en las cercanías, la anciana Miko suponía que era porque conocía el olor de Kagome, y su sangre hacía mucho mas fuerte su olor, cada dos horas la Miko cambiaba las vendas de Kagome, pues estas seguían sangrando.

Sango, Miroku y Shippo habían regresado en la tarde, y se exaltaron al ver el estado de la sacerdotisa, sin contar que el odio y rencor hacia cierto hanyou se acrecentaba mas y más.

Ya era muy de noche, y Sango, acompañada de Miroku estaban al rededor de una fogata mientras que la anciana sacerdotisa curaba nuevamente las heridas de Kagome.

-Porque no despierta!- decía la exterminadora al borde las lágrimas, el monje y la anciana no sabían sabían que responder, solo la reconfortaban de la manera que podían, cuando de repente la cortina que se encontraba en la cabaña de la anciana se abre, dejando ver a un impasible Youkai, que entró sin siquiera pedir permiso y se acercó a la sacerdotisa mayor.

-Como se encuentra?- preguntó suavemente, desviando la mirada hacia el cuerpo que yacía sobre el futón, inerte, con la respiración tranquila y pausada, como si durmiera, pero aún no salía de su inconsciencia.

-Sigue inconsciente, aun no despierta, esta estable pero no despierta- hablo la anciana, y bajo la atenta mirada de la Miko, el monje y la exterminadora, el Inu-Youkai se acercó a Kagome, en donde con dulzura y delicadeza acarició su mejilla, para luego mirar fijamente cada una de sus heridas ya vendadas.

-No hay rastros del hanyou?- preguntó tranquilo, aunque el odio del Youkai era palpable en el ambiente, aquellos humanos jamas pensaron que aquel Lord estaría así de preocupado por Kagome, una humana, pero lo estaba y exigía venganza, y la conseguiría, podía sentir el aroma de Inuyasha por los alrededores, el muy cobarde no era capaz de dar la cara.

-Gracias por cuidarla, en la mañana volveré a pasar por ella, para ver como se encuentra- dijo y salió del lugar, en busca de su venganza, nadie lastimaría a su protegida, y el que lo hacía moriría.

Sesshomaru, gracias a su gran olfato solo necesitó ir hacia el sur de la aldea, y allí, en un árbol se encontraba descansando Inuyasha.

Y Sesshomaru, con sus látigos venenosos lo envolvió e hizo que cayera de bruces contra el suelo, el hanyou gruñó por lo bajo y se levanto desenfundando a la Tessaiga, atacando así a Sesshomaru, que ágilmente esquivaba cada uno de sus ataques, el Lord del oeste quería venganza, pero primero quería hacer sufrir al hanyou, y que mejor tortura que la culpa y el arrepentimiento.

Aguardando por tiWhere stories live. Discover now