1. El gen Alpha

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Una locura que me ha dado por escribir esta semana... muy muy diferente a mis historias. Pero bueno, vamos a probar...

***

SEAN KAENA

— Sean, ¿Dónde has estado? — Mi padre me recibe de brazos cruzados frustrando mi nulo intento de entrar a hurtadillas por mi ventana. 

No importa lo sigiloso u precavido que sea. Mi esmero por pasar inadvertido es inútil. Me gustaría decir que ha sido mala pata; que he sido escandaloso y descuidado, pero os estaría mintiendo. Aún haya trabajado en la perfeccionando de mi sigilo, era cuestión de suerte el que no me pillara. Llevo demasiadas noches tentando a mi suerte y mi padre es perro viejo.

Concienciado de la bronca que me espera, me transformo de inmediato en mi forma Luto para hacer frente a mi progenitor. — Entrenando. — contesto escueto agarrando el primer pantalón que encuentro para cubrir mi desnudez. Tantos años de maldición lobuna y aún no hemos encontrado solución para el plan comando.

— Te pedí que te quedaras para recibir a los huéspedes. — suena tranquilo pero conozco a mi padre; y sé que se avecina tormenta.

Suspiro desdeñoso apelando a mi yo actoral. — Lo siento, papá. — miento. — Lo había olvidado-... 

— "¡No me mientas!" — su rugido atraviesa mi mente consiguiendo que me doblegue.  —  Mmmph. —  gimo instintivo agarrándome la cabeza. Trato de sacudirme y liberarme de su sumisión, pero el mandato de un Alpha es imparable. Son capaces de hacer temblar edificios sin apenas alzar la voz. Imaginaros cómo se siente cuando se cuelan en tu cabeza. 

Piel erizada y algo ensordecido, suspiro tratando de controlar mi insubordinación.

El uso de la telepatía lobuna es de lo más común entre los miembros de nuestra manada. Su utilidad ancestral para la estrategia en combate, se había visto reducida a una banal herramienta de comunicación instantánea. 

¿La razón? Es simple. Nosotros, los sureños, al contrario que nuestros vecinos los norteños, permanecemos alejados de la zona de conflicto. Nuestro territorio se encuentra en la zona neutral, en el medio centro del continente. Por lo tanto, no necesitamos comunicarnos durante la batalla, aún así resulta una forma muy cómoda de sociabilizarse. Es igual a oír los pensamientos de la gente. Obviamente no oyes las conversaciones de todo el mundo, tienes que "conectar" con ellos para oírles. Algo así como "dejarlos entrar". 

Aunque ya se sabe, en en todo juego hay exentos a las reglas. Y en nuestro caso; son los Alphas. 

Ellos no necesitan consentimiento para comunicarse con el resto de la manada. Pueden irrumpir a su antojo en tu mente. A cualquier hora, solo basta con que estés cerca. Si lo piensas bien, tiene cierta lógica. Ellos son los únicos capaces de activar la maldición licántropa sin necesidad de encontrarse en peligro. 

Sé lo que estáis pensando. El uso de su "comunicación ilimitada" debería ser un don dedicado única y exclusivamente a casos de emergencia... Bien, pues en el caso de mi padre, no es para nada así. Él hace uso de sus ventajas como Alpha con demasiada frecuencia. ¿Debería mostrar mayor desacuerdo a su abuso de poder? Tal vez. Pero la verdad, no estoy en posición de reprochar nada ahora mismo. Digamos que no he sido un hijo fácil.

EL VINCULOWhere stories live. Discover now