𝑋𝑉𝐼𝐼¦ 𝑃𝑒𝑟𝑖𝑜𝑑𝑜

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-¡¿A dónde vas, mojigata?!-

Sarah se volteó rápidamente, su coleta chocó contra su mejilla derecha y vio como Belch Huggings se acercaba con la frente transpirada y las axilas empapadas de sudor.
El atardecer se posaba en los Barrens, eran las 6:45 y ya Stan y Sarah debían estar en su casa antes de las 7.
Trató de salir corriendo pero rápidamente la atrapó...

...

-Honey Pie... -dijo con debilidad al abrir los ojos.

Su cabeza daba vueltas, le dolía al igual que todo el cuerpo. No recordaba cómo demonios había llegado a su cama, pero estaba allí.
Quería recordar qué había pasado, pero no podía su último recuerdo era su madre diciéndole que era tarde y que buscara a Stan, luego de eso na...

«¡Belch Huggings!» pensó.

Se sentó con cuidado en la cama, el cuerpo le dolía, tenía el cabello suelto y revuelto, los ojos ojerosos y rojos, y los labios resecos. Sentía su boca tan seca como el desierto; vió una botella de agua en la mesa de noche, la tomó y la bebió rápidamente, soltó un suspiro y volvió a dejarla en su lugar.
Le ardían las muñecas por lo que dirigió su mirada hacia estas y lo que vió no le gustó nada...

«Belch la tomó con brusquedad de ambas muñecas, apretandolas con dureza, provocando que sus dedos quedaran marcados. Sarah tenía un cuerpo delicado y bastante delgado, que con un sólo golpe podía moretonearse.

Sueltame!-se quejó de dolor soltando un chillido agudo.

-¡Cállate!-con todo el ancho de su mano le dió un golpe en la cara, más exactamente en el pómulo, que la tiró al suelo.

Atontada, mareada y con un dolor infernal en su mejilla, pudo percibir como la tierra húmeda de los Barrens ensuciaba su mejilla...»

Comenzó a llorar desesperadamente, lloraba al recordar eso y lloraba más al no poder acordarse de lo que seguía. Al no saber cómo llegó a su cama, por qué le dolía todo el cuerpo, no saber si había llegado a...

-No por favor...-susurró y miró rápidamente bajo las sábanas en busca de sangre, estaba en ropa interior y con una vieja camiseta de su padre que usaba de pijama.

Introdujo su mano dentro de sus bragas y al sacarla vio sus dedos bañados en sangre. Comenzó a llorar, pensando que la habían violado.

-No te violó,-escuchó que dijeron desde un rincón del cuarto que estaba sumido en la oscuridad. Allí vió a Jason salir de las sombras, con sus particulares ojos verdes- simplemente estás en tu periodo- las mejillas de Sarah se tornaron rosadas, más de lo normal-. ¿Crees que yo permitiría que esa bestia te tomara antes que yo?-se acercó a la cama, al verlo a la luz notó que desde su mejilla hasta su cuello estaba bañado de sangre.

-¿De... quién es la sangre?-susurró, las palabras no podían salir de su boca con claridad.

Jason no contestó, simplemente se subió a la cama poniéndose muy cerca de Sarah, intimidandola.

-Me encanta como hueles... -dijo con voz gruesa mientras hundía su rostro en su cuello- más en esta época.

Sarah se encontraba paralizada, no sabía cómo responder.

-¿Esta época?-preguntó dudosa.

¿Acaso se refería a... ? Jason se apartó y la miró a los ojos, Sarah notó que los suyos se encontraban bañados en lujuria, una muy... oscura lujuria, una completamente pecaminosa.
Él tomó su mano izquierda y lamió la espesa sangre que chorreaba por sus dedos limpiandolos de esta.
El corazón de la rubia dio un vuelco, su estómago se retorció y comenzó a tener náuseas. Pero por dentro... había algo que no notó y era que a una parte de ella le había gustado ese repugnante detalle, cosa que el shock no le dejó ver.

-No sabes cuánto me encanta lamerte en los primeros días de tu... circunstancia-habló con voz áspera, un hilo de su sangre corría por la comisura de sus labios-, la sangre es más espesa y deliciosa... más bordó.

El olor a la sangre era notorio en el ambiente. Sarah no podía parar de ver sus ojos, no sabía de qué color eran en realidad, celestes o verdes, siempre cambiaban.
Jason la besó provocando que el gusto del líquido se desplazara por su lengua, en lugar de disfrutarlo las ganas de vomitar fueron más intensas por lo que lo empujó y corrió hacia el baño. Pero antes de llegar la tomó de la cintura y la volvió a acostar con algo de brusquedad.
Sarah soltó un quejido cuando su cabeza chocó contra la almohada.
Jason comenzó a besar su cuello con fervor y ferocidad, dejando unas mordidas marcadas en el camino.
Con fuerza corrió la sábana de un zarpazo y metió su rostro entre sus piernas colocándolas sobre sus hombros.

-¡Espera!-Jason arrancó sus bragas con sus dientes e introdujo su lengua con brusquedad dentro de su cavidad. -¡AH!-exclamó de placer al sentir como se abría paso entre sus paredes vaginales.

Un espasmo recorrió su cuerpo, los ojos de Jason se habían vuelto rojos y no paraba de succionar la sangre, podía escuchar como tragaba de forma continua y rápida.
Frunció el ceño y se sostuvo del respaldar de la cama, no podía no gemir, trataba de cerrar la boca, respirar hondo y morderse el labio pero el placer no se lo permitía.
Bajó la mirada y vio a Jason observarla, con varios mechones de su cabello castaño cayendo sobre su rostro y tapando levemente su ojo izquierdo.

-M... -soltó rápidamente un quejido de dolor, se había mordido el labio tan fuerte tratando de ocultar el gemido que su labio inferior comenzó a sangrar.

La lengua de Jason tocó de pronto varios puntos al mismo tiempo, no sólo el G. Y Sarah sintió su cuerpo arder en llamas inmensas que la consumían.
No era normal que una lengua llegara tan profundo, aún siendo virgen lo sabía.
Estaba por llegar, sin duda alguna, no sabía a qué, pero le encantaba, amaba lo que le estaba provocando. Jamás creyó que copular (como se decía en su iglesia) se sentiría así de bien.
Fue entonces que escuchó como tocaban a la puerta, no le interesó en lo absoluto. Es más, le excitaba imaginar a su padre entrando y viendo esa escena tan apetecible, gritándole que era una zorra, una cualquiera. Le excitaba muchísimo, o tal vez le excitaba el hecho de ser ella misma con quién más amaba.

-¿Sarah, estás despierta?-escuchó la voz de Stan.

Gimió con brusquedad al sentir el orgasmo sacudir su cuerpo entero, sus fluidos se derramaron sobre la boca de su querido y travieso Honey Pie, quien sacó su lengua de sus apretadas paredes con lentitud y comenzó a lamer sus labios vaginales quitando todo rastro de sangre.
Al ver su rostro tenía todo el mentón manchado de sangre y fluidos espesos provenientes de su interior.
La verdad era que Jason no sólo le había dado su primer corrida sino que también se había bebido toda su menstruación.

-M... que pena que debo esperar un mes más para comerte de nuevo...-se relamió los labios-sabes deliciosa. Eres lo mejor que he probado, pastelito mío.

Sin dudas necesitaba eso hace mucho...

React; [Pennywise/Bill Skarsgård]Where stories live. Discover now