𝑉𝐼𝐼𝐼¦ 𝑃𝑎𝑟𝑎𝑛𝑜𝑖𝑎

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Sentada en los bancos de la iglesia miraba a todos lados de forma nerviosa. Algo estaba por pasar, pero... ¿qué? La misa aún no comenzaba y Sarah parecía una loca paranoica con problemas de demencia.
Stan tenía los ojos en ella, no podía negarlo, su hermana actuaba cual maniática que se escapa de un manicomio de los '40, o un judío dentro de un campo de concentración en el año '30.

-Sarah, ¿estás...?

Antes de poder terminar, los temerosos ojos de Sarah ya estaban sobre él.

-Escúchame, Stan, algo malo está por pasar, por favor... -dijo notablemente afligida- no te alejes de mí-susurró.

Stanley pasó saliva y abrió la boca para preguntar lo que no quería que le respondieran.

-¿A qué te refieres, Sarah?

Antes de que ella pudiera contestar, su padre dio comienzo a la ceremonia.
Sarah se ponía cada vez más nerviosa, sentía que sus muslos se derretían.
Y, como la chica dijo antes, algo pasó. La función comenzó con un detalle muy grande, la gigante estrella de David atornillada a la pared que estaba detrás de su padre, se envolivó en llamaradas de fuego. La estrella se convirtió en cenizas en menos de un minuto, dejando el mármol blanco de la iglesia de color negro.
Todos miraban estupefactos lo sucedido, algunos observaban al señor y la señora Uris parados uno al lado del otro.
Claro que toda la atención se desvió al escuchar un gran estruendo más atrás, como si algo hubiera caído.
Al darse la vuelta, uno de los grandes y pesados confecionarios de madera estaba roto en el suelo. El mármol estaba bañado en astillas y, en la pared donde estaba antes, decía en letras escarlatas cual sangre.

«La iglesia no permite que las prostitutas desvirgadas antes del matrimonio rezen, Andrea Uris».

React; [Pennywise/Bill Skarsgård]Where stories live. Discover now