Capítulo I

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2 años después, Seúl

—¿Me estás escuchando, Jungkook? — Le reprendió Jimin con tono inquisidor mientras secaba unas copas y las alineaba sobre el estante de vidrio.

Levantó la vista dejando de contemplar el fondo de su copa; había ido a tomar algo a Blacklist, el lugar era uno de los más ostentosos de Itaewon dada su reciente remodelación.

Decorado con pequeñas mesas de caoba y luces cálidas, daba la apariencia de un bar muy culto y entrañable en conjunto con las pequeñas suculentas finamente distribuidas por todos los rincones. Era el escondite preferido de Jungkook cuando se encontraba agobiado, a su vez aprovechaba de vez en cuando para visitar a Jimin.

— No, perdón ¿Podrías repetir lo que decías? Me perdí por unos segundos... — Le respondió y contemplo como Jimin lo observaba con una ceja elevada y los brazos cruzados en frente de su delantal.

Sus ojos pequeños y dorados combinaban armoniosamente con el rubio cenizo de su cabello, cada tiempo se veía obligado de color de cabello dado que los acosadores del bar lo solían identificar por el mismo, y a su vez siempre lograba que todos los colores le sentaran bien.

Eran mejores amigos desde pequeños, se habían conocido a inicios de la escuela elemental cuando sin querer ambos terminaron en la sala de castigos durante 2 semanas. A partir de ese momento, se tornaron inseparables hasta que Jungkook a los 14 realizo el ingreso a la escuela militar en Inglaterra y tuvo que marcharse, siendo así que estuvo periodos largos sin poder conversar con él.

— Te decía que, — dijo mientras tomaba asiento en frente de él y le pinchaba la nariz — Deberías dormir más, desde aquí puedo ver tus ojeras hombre —.

Jungkook arrugo el ceño y lo miro analizándolo, sabia cuando Jimin mentía, como en ese instante.

— No me habías dicho eso, pequeño mentiroso, por eso no creces —. Seguidamente Jimin le acertó un golpe con la mano sobre su hombro y le retiro la copa.

— Se acabaron los regalos de parte de la casa, por mal amigo —. espeto y siguió acomodando las copas con mucho detalle, a lo que Jungkook simplemente suspiro y se decidió a dejarlo ser.

— Si pensabas darme el sermón de siempre sobre lo de Hoseok, gracias, pero mi terapeuta es suficiente — le susurro mientras observaba su reloj, era la hora. — Debo irme, alguien me está esperando.—

Jimin se volteó sorprendido y dejo caer el paño que sostenía.

¡You must be joking! ¿Quién es el afortunado...? ¿O afortunada...? —dijo mientras levantaba y bajaba sus cejas de forma chistosa, a lo que Jungkook solo pudo reírse y sonreír.

—Información confidencial, este soldado se debe retirar.—

Se levantó y arreglo su saco largo negro, era su favorito para usar cuando debía hacer investigaciones acerca de sujetos, sumado al hecho de que las noches frías de Itaewon no daban margen a otra vestimenta más que sus clásicos sacos de lanilla gruesa. Jimin solo bufo y le gritó un "¡Hasta pronto!" cuando ya estaba cerrando la puerta.

Caminando calle abajo, admiro como el barrio se había expandido desde la última vez que estuvo en la zona. La cantidad de bares y pubs había aumentando relativamente, y no era de menos esperárselo; La zona era muy concurrida por extranjeros, siendo encandilados por la variedad de los mismos, aunque siempre conservando el característico estilo coreano.

Hacia 3 años de la desaparición repentina de Hoseok y un año desde su trágica muerte, su cuerpo fue encontrado con 8 disparos al costado de una carretera, tenía todas sus pertenencias, pero el rostro desfigurado a golpes. Al principio, las investigaciones señalaron que parecía ser acto de una mafia dada las peculiares formas de cortes encontradas en su cuerpo, y las dudas se disolvieron al encontrar una carta escrita en coreano en el interior de su cazadora.

Jungkook se postuló a sí mismo como parte de la investigación aun a pesar de su poca experiencia en el ámbito policial, y sin haber notificado de esto a sus jefes de por sí. Sabia los riesgos que corría por hacer esto, sin embargo, todavía no podía comprender por qué sucedió y aunque no lo quería admitir: Tampoco quería pensar en la posibilidad de que había cosas sobre Hoseok que no sabía.

Habían sido compañeros en la academia militar y posteriormente, entraron en el mismo escuadrón trabajando como compañeros a su vez en el servicio secreto de Inglaterra. Compartían departamento, noches de risa, cenas, prácticamente todo; Después de Jimin, Hoseok era la persona que lo conocía de la forma más transparente posible, sin tapujos y hasta entonces era una herida que nunca paraba de doler.

Se detuvo frente a las grandes puertas corredizas del 7-eleven, y vislumbro sobre su cabeza el gran cartel que proyectaba tenues luces verdes sobre la acera. Hacia un tiempo venía siguiendo a un posible sospechoso que había tenido contacto con Hoseok un par de días antes de su desaparición, y toda la información que pudo recoger era sobre un muchacho que trabajaba a unas pocas manzanas de Blacklist.

—Buenas noches — se anunció después de entrar y para disimular, simulo fijarse en unos envases de papas fritas del estante más cercano.

Al ser tan tarde, no había nadie más que él y el cajero, que seguía con su mirada fija en el libro que sostenía,ignorando su presencia.

El chico no debía poseer más de unos 23 años, tenía rasgos faciales finos y marcados, el pelo castaño oscuro que le recordaba al chocolate y una piel canela de apariencia sedosa como su cabello. Jungkook sabía que no debía involucrarse con sus sujetos de investigación; pero este le llamaba la atención,no tenia apariencia de ser alguien conflictivo.

No se dio cuenta que se había quedado mirándolo fijamente, y como tal el muchacho debió haberlo percibido "Rayos, tantos años de entrenamiento para nada Jungkook" pensó mientras intentaba disimular su torpeza a medida que se dirigía a la caja.

El cajero suspiró y lo miró, ahí iba esa leve corriente eléctrica por su nuca "¿Es buen o mal presentimiento?" razonó Jungkook al pasarle las cosas.

—Buenas noches ¿Sólo va a llevar esto? — Le preguntó, y noto la profundidad de sus ojos castaños como así también lo era su voz, aunque un poco rasposa.

— Sí, voy a pagar con efectivo.— Le paso una bolsa con sus cosas y Jungkook le entrego el dinero rápidamente.

Mientras el chico contaba el dinero, se distrajo intentando mirar a otro lado. Entonces, pudo leer el pequeño prendedor con su nombre en el chaleco "Kim, Taehyung".

Disclosure [KTH & JJK] PAUSADA(?)Where stories live. Discover now