Capítulo 20

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Cuatro amigos sentados en la mesa del comedor para comer. Disfrutaban juntos del desayuno que habían preparado en conjunto.

- Hannie, ¿Ya haz tenido eso con Minho? - Preguntó Chan de forma coqueta al tiempo que alzaba las cejas.

- ¡Ay! ¡BangChan, eso no se pregunta! - Se cubrió la cara con sus manos, avergonzado. El pecoso sólo aguantó la risa. Una llamada entrante interrumpió el momento.

- Permiso. - Félix se levantó de su asiento, llendo a la esquina de la sala. Contestó y puso el teléfono en su oído. - ¿Hola?

- Hijo. - Una mujer habló al otro lado de la línea. Resoplaba su nariz, y su voz estaba a punto de quebrarse.

- ¿Mamá? Mamá, ¿Qué pasa? - Empezó a preocuparse.

- Félix, t-tu padre. - La última palabra apenas pudo decirla. - tuvo un accidente. - Soltó en un hilo.

- ¡¿Qué?! - Llamó la atención de sus acompañantes. - pero... ¿Está bien? ¿Le pasó algo?

- Él...- No podía aguantarse las lágrimas, lo que hacía que el pecoso estuviera inquieto ante la respuesta.- murió. - Un nudo apareció en la garganta del chiquillo. Quería llorar, se desvanecería ahí mismo. Ese hombre que tanto lo apoyó, lo ayudó y aconsejó, ahora estaba muerto. Changbin se dió cuenta de la palidez de su pareja, llendo hacia él y tomando su pequeña mano, a pesar de que no sabía lo que pasaba. Eso lo reconformó de algún modo.

- ¿Cuándo ocurrió? - Mantenía el llanto dentro de él para poder responder a su madre.

- Esta mañana. - Volvió a resoplar su nariz. - Encontraron su auto en la autopista, estaba borracho. - "Papá no es de consumir alcohol, algo debió haber pasado", pensó Félix.

- Gracias por avisarme, iré allí cuanto antes. Adiós. - Colgó, su mirada seguía pegada en el mismo punto de antes. No decía ni una sola palabra.

- Félix, ¿Qué ocurrió? - Preguntó el mayor de todos, acercándose.

- Papá...él...falleció esta mañana. - Decir esas palabras fue como una estaca al corazón. Sin darse cuenta ya estaba inundado en un mar de lágrimas. Seo apretaba su mano más fuerte, le dolía verlo de esa manera, él sabía lo importante que era en su vida.

El castaño se agachó a la altura del pelinegro, abrazándolo, humedeciendo la polera de pijama que este llevaba. El chico con flequillo acariciaba su cabello, dando pequeñas palmadas en la espalda. Ahora era él quién lo ayudaba cuando recordaba a una de las personas que más quizo en el mundo...

[...]

Ropa interior, jeans, abrigos, poleras, entre otros. Metía cada prenda en la gran maleta mientras recordaba lo ocurrido. Tendría que viajar a Australia para el velorio. Tocaron la puerta.

- ¡Pase!

- Félix.

- Oh, Changbinnie ¿Qué pasa? - El castaño mostraba la mejor sonrisa para él, pero ambos sabían que era algo falsa.

- ¿Cuándo irás?

- Esta misma noche, por la madrugada.

- ¿Cuántos días?

- Realmente no lo sé. - El mayor bajó la mirada. - Pero te llamaré para avisarte.

- ¿Crees que...pueda ir contigo?

- Changbin, ya hablamos de esto. No tienes porqué molestarte, además tu carrera va en auge, debes aprovechar.

- No me molestaría en absoluto acompañar a mi novio.

"Novio" "¡Novio!" "NOVIO" "¡NOVIO!" Esa palabra resonaba en la mente del menor.

- Lo sé, pero en serio, no te preocupes ¿Si?

- Comprendo.- Aún seguía algo desanimado.

- Oye. - Dejó de empacar, llendo hacia su pareja, tomando la misma altura. - No estés triste. - Tomó su mentón. - prometo volver lo antes posible ¿si?

- ¿Le dirás a tu madre sobre nuestra relación?

- Eso es algo difícil, tengo miedo a como reaccione.

- ¿Al menos lo intentarás?

- Claro que si, lo prometo. - Terminó aquella conversación con un dulce y cálido beso, una pequeña despedida.

[...]

Tres de la mañana, se encontraba solo en el aeropuerto, no quiso molestar a nadie. Había mucha gente a su alrededor, él sólo estaba sentado con sus audífonos puestos. Llamada a abordar, tomó su maleta, siendo el primero en la fila.

Ya en el avión se acomodó en el asiento, miró por la ventana viendo a asistentes del lugar, su mente ya estaba en los aires, lo único que recordaba era la triste voz de su madre anunciándole la muerte del hombre que más amaba en su vida.

[...]

- Changbin, debes estar tranquilo, si no ha llamado es por algo, murió su padre, ponte en su lugar. - BangChan tenía razón.

- Lo sé, y claro que sé lo que se siente, pero al menos esperaba un mensaje o algo, ni siquiera ha respondido los míos.

- Amigo - Tocó su hombro. - ya verás que te llama, espera un poco. - Se fue, dejando al pelinegro algo preocupado.

[...]

Llegando a Australia respiró ese aire que poco acostumbraba. Se estremeció al recordar que la última vez que visitó su país natal su padre fue a buscarlo, con esa cara llena de felicidad al recibir a su hijo que no había visto hace años. Ahora, tendría que tomar un taxi, y llegar a casa sin la presencia de él.

Unas cuantas lágrimas se le escaparon en el transcurso del viaje por el automóvil, no podía resistirlo.

Pagó lo debido y bajó de allí. Frente a él esa casa que ya no sería lo mismo sin la figura paterna, aún no podía asimilarlo todo, se veía tan irreal.

Se fue acercando lentamente a la puerta, golpeó esta con los nudillos, nunca tocaba el timbre. Pasó un rato hasta que una señora algo mayor abrió la puerta. Su cabello levemente teñido de un color negro, bolsas bajo sus ojos, y una pequeña sonrisa con algunas lágrimas en su rostro. Se miraron fijamente por un largo rato hasta que la mujer decidió romper esa tensión con un cálido y melancólico abrazo.

- Mamá. - Susurró apenas Félix, llorando en los brazos de su madre.

Anexo || Changlix ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora