Capítulo 17

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PANDA BORRACHO

"Reflexionar serena, muy serenamente, es mejor que tomar decisiones desesperadas".

—La Metamorfosis, Franz Kafka.


JUNE

En medio de la lluvia torrencial extraigo el celular de mi bolso. Ya no soporto que el imbécil me siga llamando.

Si lo que me hizo antes no me mató, estoy segura que esta tarde algo murió por dentro.

Contesto.

—¡Que te den! —grito y cuelgo, sintiéndome un poco mejor—. Cuatro horas y quince minutos tarde... ¡Ja! —sonrío con dolor.

Estoy realmente furiosa, cansada y empapada. Mis dientes castañetean y cuando estornudo siento que un pulmón se salva de estallar.

—Mierda... —Acabo de morderme el labio por error, así que saboreo el gustillo a hierro mientras me lo chupo.

Muero de frío porque tan solo uso un vestido corto.... ¡Y quiero romperle la puñetera cara a Jake!

—Oh, pero si te tuviera en frente...

El imbécil se atrevió a dejarme plantada el día de mi cumpleaños, y como si no fuera suficiente, minutos atrás una gran tormenta empezó, cerniéndose mientras caminaba sobre la acera alumbrada por todo tipo de letreros de neón y postes.

De nuevo llama y no tardo en contestar.

—Tres años y medio saliendo y te los acabas de pasar por los huevos... —riño, cuelgo y bebo de la botella de tequila que compré en el restaurante para no quedar como una lamentable chica a la que habían dejado plantada, pero lo hago tan de prisa que sufro un leve mareo. Más vale que el alcohol haga efecto, gasté todo lo que tenía en esta estúpida botella después de todo.

Debería estar acostumbrada a sentirme así, definitivamente tengo mala suerte con los hombres.

Pronto me veo recordando al infeliz de mi ex novio revolcándose con Mae, mi ex compañera de clases. Era la más calladita del salón, pero terminó embarazada del profesor de artes plásticas.

—¡Au y salud por eso! —Bebo otro trago.

Harry, mi ex novio, es el mismo hijo de puta que la embarazó. Cuando empezamos a salir no tenía ni la menor idea de que sería mi profesor, es decir, nos conocimos en una cita doble a ciegas, y luego de un par de semanas de haber empezado una relación se presentó en mi salón de clase. Fue un gran shock, pero al mismo tiempo me pareció extremadamente excitante. ¿No han escuchado que lo prohibido se vuelve tentador? Bueno, Mae sí que entendió esa referencia a la perfección.

Pero eso ya quedó atrás, ahora tengo 25, perdón, 26, y me he graduado de la mejor universidad de artes de Nueva York en arte y gestión cultural, además, hace poco conseguí un trabajo estable en una empresa encargada en implementar proyectos culturales y artísticos ya sea en museos, galerías, centros culturales, empresas de montaje, exhibiciones y, en general, cualquier institución o empresa del ámbito cultural. ¿Lo malo? Mi jefa es una perra desalmada y desde hace varios días que me tiene trabajando de Copy Girl. ¿Lo peor de todo?, su hermano mayor es mi ex.

Quizá me lo merezco por haber mentido para entrar a su empresa, pero sinceramente no creo que sea justo recibir tanta mierda por algo así.

Y como para pasármelas de Drama Queen mi relación con Jake no estaba marchando del todo bien. Si no hablaba de sí mismo todo el tiempo y desde siempre, encontraba la forma de charlar del paracetamol y las mil y una enfermedades que podría adquirir por tan sólo tener sexo anal. No es divertido, en lo absoluto. Tampoco me escucha, y si lo hace, al día siguiente lo olvida todo. Quise pensar que era culpa de su carrera de medicina, pues se la pasaba memorizándose grandes volúmenes de biología y no sé qué otras cosas de doctores. Además, me ha evadido durante los últimos días, y cuando encontré ese pos-it en mi escritorio el otro día citándome el día de mi cumpleaños, por último, me deja plantada.

La inocencia prohibida ✓Where stories live. Discover now