⟦ Sɪɴ Pᴀʟᴀʙʀᴀs ⟧ ~ᴷᴼᴼᴷᵀᴬᴱ~ ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ

.·°·.°·..·°¯°·._.·[ [ 23 ] ]·._.·°¯°·.·° .·°·.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
«Completo»
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

  Dejando que su celular cayera al suelo, sus piernas temblaron y temió caerse por un segundo, antes de que aquellos brazos lo rodearan en la oscuridad.

   Su Omega comenzó a aullar de emoción y solo pudo atinar a dejar que sus brazos se cerraran sobre el firme torso de la persona que lo abrazaba.

  Su mente, totalmente desconectada dejó pasar todo al reaccionar al calor ajeno.

  Sus ojos se cerraron sintiendo el aroma provenir de aquel Alfa.

  Apretó con más fuerza su torso y trató de evitar que los temblores en su cuerpo fuesen muy notorios.

  El reconfortante abrazo calentaba su alma de una manera que nunca antes había  podido sentir con Jeon. 

  Sus sentidos estaban alterados y a su suerte de una, de una forma positiva.

  Sentía que su corazón explotaría allí mismo, y sin alejarse mucho, su cuerpo flotaba en una inmensa burbuja que lo dejaba embobado a medida que el tiempo pasaba en un cómodo silencio.

    Los fuertes y largos brazos del hombre perdieron fuerza sobre su agarre y comenzó a desprenderse del Omega de una manera muy lenta y cruel. 

  Su torso aún pegado al gran cuerpo comenzaba a perder el calor que éste le daba al separarse tan lentamente.

  Sus dedos picaron por aferrarse a la ropa del hombro, un quejido lastimero luchaba en la punta de su lengua para ser soltado y que el calor regresase de manera inmediata a su cuerpo.

  Controlándose a duras penas, se mantuvo estático sintiendo con pesar  como se separaba de él.

  Escuchó un fuerte suspiro llegar a sus oídos y en medio de la oscuridad, trató de agudizar su visión para poder ver las acciones que realizaba el hombre.

  Su corazón  golpeteaba casi arrítmico en su pecho y sin importar que se obligase a calmarse, sus dedos medio sudorosos apretaban su pantalón mientras se mantenía expectante.

  Escuchando un fuerte "Clic", parpadeó repetidas veces mientras la luz alumbraba por completo aquel sótano. 

  Acostumbrando su visión, miró el lugar en donde se encontraban.

  Los ladrillos rojizos se cernían sobre las cuatro paredes sin tener algún adorno sobre ellas, al contrario varias cajas llenas de polvo se encontraban a lo largo del estrecho cuarto, logrando que se viese aún más pequeño. 

  Bajando su mirada hacia el piso trató de reconocer el color que poseía  antes bajo toda aquella suciedad impregnada en la habitación.

  Escuchando algunos pasos, pudo ver una cabellera negra, subiendo por las escaleras y cerrando la puerta, para luego bajar nuevamente.

   TaeHyung relamió sus labios y se mantuvo dando la espalda a la otra persona allí, a pesar de las profundas quejas que soltaba su lobo para bajar su cuello sumiso, y restregarse sobre el cuerpo contrario durante el resto de su vida.

  Y quizá, si su situación no fuese otra, y no tuviese a su hijo secuestrado, se dejaría llevar por las nuevas sensaciones que afloraban en su piel.