refugiénse

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DoYoung despierta en la habitación más costosa que alguna vez ha visto en su vida. Sigue usando la ropa que traía puesta en su casa y se siente claramente fuera de lugar con su pijama gastado en una cama son sábanas de seda. Observa sus manos hasta llegar a sus uñas, desde hace un tiempo ha adquirido la costumbre de morderlas.

Su cerebro termina de despertar y recuerda todo lo que pasó antes de que perdiera la consciencia. Da un brinco en su lugar y observa todo con cuidado.

Está descalzo y aunque mira alrededor, no encuentra las pantuflas que estaba usando dentro de su casa. Una pared entera de la habitación está cubierta por pesadas cortinas que no dejan ver nada de lo que hay en el exterior. Cuando las corre, nota el cielo claro y se aventura a pensar que ya no es temprano en la mañana.

No sabe si lo mejor es salir corriendo con sus medias y sin ningún abrigo puesto o descubrir en dónde está y por qué la hermana de su pareja le disparó con un dardo tranquilizante. Y le pateó la espalda. Se frota la espalda y se da cuenta que el dolor sigue estando allí, lo cual es raro porque normalmente el dolor habría pasado pronto porque así funciona el sistema de todos. Quizás ese tranquilizante es tan fuerte que no dejó que sanara, pensó mientras buscaba alguna pista en la habitación.

Su teoría se comprobó cuando minutos después ya estaba completamente bien.

Frunció el ceño, la habitación era la más impersonal que había visto en todo su vida. Todo estaba adornado en tonos crema claro y no había ni una mísera plantita. Los cajones de las mesitas de luz estaban vacíos y parecía que era la primera persona en estar allí en mucho tiempo.

Tenía miedo de salir de la habitación.

Volvió a mirar el ventanal y le resultó tentadora la idea de salir corriendo por ahí. Más sacudió la cabeza y decidió que iba a averiguar qué estaba sucediendo exactamente.

En su pequeña revisión se dio cuenta que S.I.M.O.N no estaba conectado a esa casa, porque las luces no se prendieron solas y porque no estaban los puntos rojos parpadeantes en las esquinas como en todas las casas del resto del mundo.

Abrió la puerta con cuidado de no hacer ruido y observó el pasillo a ambos lados. Hacia la derecha, el pasillo terminaba a unos metros y la habitación en la que estaba parecía ser la última. Ahí, sobre el final, había un cuadro chiquito arriba de una luz de pared antigua. El cuadro era de una maceta con flores, también en tonos marrones y crema.

Comenzó a caminar hacia la izquierda, el pasillo era bastante largo pero las otras dos puertas que habían estaban cerradas con alguna traba.

Al final del pasillo parecía haber una sala o eso pensó que era por los sillones que vio. Al ingresar a la habitación comprobó esa teoría. Sobre una de las paredes había una chimenea y dos sofás mirando hacia el fuego. Había una persona en uno de los sofás. Su corazón comenzó a latir locamente y se mantuvo medio escondido detrás de la pared. Miró a su alrededor y no había nada que pudiera usar como un arma porque incluso esa habitación seguía siendo jodidamente impersonal pese a lo cara que pareciera.

Si su hermana loca hubiera querido matarme lo hubiera hecho en el coche, así que supongo que no me quiere matar, meditó antes de tomar la determinación de acercarse silenciosamente a la persona.

Su corazón se detuvo un momento cuando pudo ver el perfil de la persona.

Era YoonOh, estaba tomando algo caliente en una taza de porcelana. Estaba vestido enteramente de negro, desde su camisa hasta sus zapatos y había peinado su cabello hacia atrás. Giró su mirada hacia él y compuso una media sonrisa.

"Hey".

DongYoung pestañeó.

"¡Nada de <hey>, maldito!" explotó. "¡Te he estado buscando hasta bajo las piedras y tú estás aquí tomando té!".

YoonOh se rió, sacudiendo la cabeza.

"Hemos terminado aquí del mismo modo".

DongYoung se calló lo que iba a gritarle y procesó lo que acaba de decir.

"Mi hermana tiene formas particulares de organizar una reunión familiar".

El más joven dejó la taza sobre la mesa ratonera y suspiró pesadamente.

"El omega de mi padre murió" dijo al fin. "Por lo que SooJung decidió que era buena idea buscarte antes de que te mataran también. Mi padre no te quería aquí porque eres un alfa y entonces no te puede someter tan fácil, pero no puede contradecir lo que ella quiere. Tampoco es como que quiera estar aquí, pero supongo que me quiere a su manera y no quiere que alguien me mate".

"¿Por qué le diste señales de vida a Johnny y no a mí?".

"Lo hice".

"¿En serio?".

"El lazo" levantó su mano. "Si me siento y pienso en ti, puedo sentirte y tú también puedes hacerlo".

"Ah, justo ahora se te ocurrió ponerte romántico".

DongYoung dejó caer sus brazos y pasó una mano por su rostro.

"¿Por qué alguien querría matarnos?".

"Porque hace alrededor de una semana una persona muy importante fue asesinada y nadie sabe quién lo mató" YoonOh comenzó a hablar, lentamente pero de forma casual. "Pudo haber sido cualquiera pero, ante la duda, sus familiares no dudarán en tomar venganza contra cualquier sospechoso y hay otras dos familias que corren peligro tanto como la nuestra".

"¿Ustedes son mafiosos o algo así, verdad?" observó el rostro del menor. "No puede ser, estoy en pareja con un sujeto guapo que resulta ser un mafioso. Esto suena como a una mala novela escrita por alguien de doce años".

YoonOh soltó una carcajada y sacudió la cabeza.

"Yo no. Nunca he estado involucrado y no sé nada, ni números ni movimientos. Mi papá... Digo, el omega de mi padre siempre se encargó de mantenerme lejos y estoy agradecido con esa decisión".

Señaló el sofá a su lado.

"Cuenta la leyenda que cuando vio a SooJung clavándole unas tijeras a una compañera suya decidió que no dejaría que otro de sus hijos se viera involucrado en un mundo violento".

"¿¡Qué!? ¡Por Dios!".

"Descuida, era en la escuela elemental y ya sabes que solo te dejan usar tijeras de punta redonda" sacudió su mano, riéndose al recordar la tranquilidad de SooJung. Ella alegaba que su compañera le había robado su cartuchera y se lo merecía.

"Eso no cambia la gravedad del asunto".

"Ahora sabes por qué crecí bastante apartado del resto de mi familia. Pero, en estos momentos, si apreciamos nuestras vidas, tenemos que estar con ellos".

DongYoung se dejó caer en el sofá, demasiado consternado como para decir algo más. YoonOh era el muchacho que siempre estaba leyendo o comiendo cosas dulces y tomando té, estaba bastante lejos de ser lo que se espera del hijo de un mafioso pese a que sea un alfa.

"De cualquiera forma le caes bien. A ambos" añadió, sonriendo ligeramente.

"¿En serio?" enarcó una ceja.

"Fingiste ser un omega para no ponerme en aprietos aunque apenas me conocías. Eso dice mucho de ti".

simon saysWhere stories live. Discover now