no te resistas

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TaeYong detuvo a DongHyuck antes de que ingresara al hotel. Había cierto dolor en su mirada.

"Realmente no podré hacer nada si te lastima" murmuró, sujetando su brazo. "No puedo hacer nada para protegerte y eso me desespera".

"Estaremos bien, tienes que preocuparte por ti mismo, hyung. No podrás hacer nada aunque quieras si él te mata un día de estos".

TaeYong intentó sonreírle, pero terminó abrazándole mientras se aguantaba las lágrimas. Ambos sabían que eso pasaría desde antes que naciera.

Había tenido dieciocho años para prepararse y DongHyuck pensaba que era listo.

Le gustaba creer que había sido una coincidencia grata que justamente Mark Lee fuera la persona que lo rescatara. Lo había visto un par de veces en la ciudad, había escuchado algunos rumores y si lo empujó silenciosamente a aceptar el trato es porque creía que tenía un fuerte sentido de la justicia.

Ver al beta que lo acompañaba, no sabiendo nada al respecto del trato le había caído como anillo al dedo. Mark no se lo había dicho porque se sentía avergonzado de haber participado de ese trato ilícito. Lo notaba en la incomodidad del oficial, que no podía correr desde el momento en que S.I.M.O.N lo hizo oficial. Seguramente, también había recibido alguna charla de parte se Kim JongDae.

Sabía que, si las cosas salían mal, tenía al menos dos ases bajo la manga.

Probablemente estaba siendo egoísta al empujar a una persona que obviamente sufriría por la crisis moral que la situación le causaría. Pero se había prometido a sí mismo que haría cualquier cosa para no terminar como todos los omegas a su alrededor.

Y más allá de prometerse eso, había jurado que haría que todo eso acabara.

La ayuda de un oficial de seguridad, hasta ese momento limpio y sin interés en ser corrupto, podría serle vital y lo sabía.

DongHyuck había tejido una red de seguridad durante dieciocho años.

"¿No vas a acostarte?" preguntó él divertido, ladeando su rostro.

Mark tragó saliva, era un poco difícil concentrarse con el omega acostado en la cama, el tapado abierto dejaba ver la polera de seda azul francia que cubría su torso. El pantalón alto, ajustado y negro tapaba lo otro. Su mirada le ponía nervioso, porque tenía un dejo imperturbable.

"Deberías quitarte los zapatos si vas a estar en la cama" señaló las botitas negras.

"Mark Lee, ¿no vas a acostarte?".

"No cenamos nada, yo creo que podríamos bajar al restaurante que hay aquí, ¿no?".

DongHyuck abrió la boca.

"Si vas a preguntar lo mismo de nuevo, la respuesta es no. Ese tipo acaba de soltarme un montón de cosas raras, ¿pretendes que me acueste normalmente a tu lado como si no me acabaran de dejar claro que eres una espada de doble filo?".

"Sí" DongHyuck sonrió. Mark maldijo por lo bajo.

"Pues no lo haré".

"¿Dónde quedó el Mark Lee de hace cinco minutos que tan seguro se enfrentó al representante del dueño del país?".

"¿E-era el represente?".

"Entonces solo ven más cerca".

Mark sabía que había algo peligroso, podía detectarlo en la forma en la que DongHyuck existía. Tenía buen ojo para esas cosas. Pero decidió que se acercaría de cualquier forma.

Se sentó en el borde de la cama. Sigilosamente, en aroma entró en su radar. Era el olor de DongHyuck, el durazno dulce mezclado con la menta fresca y algo más que no era capaz de distinguir. Se sentía mareado de golpe.

DongHyuck sonrió, como si hubiera ganado algo.

Mark pronto estaba deslizándose a su lado, adormilado, se dejó caer a su lado. El omega lo miraba, con sus grandes ojos y la misma expresión indescifrable. Esa fue la imagen que quedó grabada en sus ojos antes de quedarse dormido.

Cuando despertó notó a DongHyuck tumbado sobre su estómago. Sus pies descalzos se movían de un lado a otro, tranquilamente. Lo segundo que notó es que no llevaba puesto su pantalón. Seguía como atontado cuando notó al omega con un comunicador entre las manos que identificó como el suyo.

Entonces, despertó verdaderamente.

"¿¡Qué fue lo que hiciste!?".

"Yo no hice nada".

"¿Qué haces con mi comunicador?".

"Estoy jugando".

Mark gruñó.

Desde siempre sabía que no estaba diseñado para tener una pareja. Estaba muy acostumbrado a sus horarios, a que sus cosas fueran sus cosas y a no tener que lidiar con otra persona en su intimidad.

"No te conozco" comenzó a hablar DongHyuck. "Quería saber qué clase de persona eres. Además, todo lo que es tuyo es mío y lo que es mío es tuyo, ¿no?" sonrió inocentemente.

El canadiense suspiró, tomó su cabeza un momento y lo pensó. En realidad, tenía razón. Solo que todo en DongHyuck era muy apabullante.

"¿Por qué no llevas tu pantalón?".

"No tengo una pijama conmigo, no iba a dormir con eso puesto, apenas podía respirar" DongHyuck respondió como si fuera lo más obvio del mundo.

Mark fue al baño, después se limpió el rostro y los dientes. Parecía que DongHyuck había estado despierto por mucho tiempo. Luego se dio cuenta que eran casi las tres de la tarde. Con el rostro lavado podía pensar con más claridad.

"¿Entonces yo puedo conocer quién eres?".

"Claro" le extendió su comunicador.

Mark se sentó en el borde de la cama.

"¿Qué descubriste de mí?".

"Que debes ser el sujeto más aburrido en el mundo" DongHyuck se rió ante la expresión del alfa. "Pero eso es lindo".

"¿Qué me hiciste anoche?".

"Nada".

"No me jodas".

DongHyuck soltó una carcajada, era obvio que el oficial era de poca paciencia.

"En serio, lo prometo. Te pedí que te acercaras porque la otra vez noté que parecías sensible a mi aroma".

Decidió guardarse para sí mismo el dato de que el día que lo secuestraron obviamente estaba en medio de una crisis nerviosa, cuando el aroma a tierra húmeda y a madera recién lustrada lo golpeó de pronto. Dos segundos después, apareció Mark Lee.

Y, de pronto, todo era tranquilidad. 

El oficial no pareció muy convencido con su respuesta, sintió que había sido víctima de un embrujo.

"¿En serio somos juguetes de tu padre?".

"Podemos hacerle creer que lo somos".

DongHyuck se incorporó, sentándose más cerca de él.

"Desde hoy eres un detective, voy a ayudarte a construir el caso más importante de tu vida".

"Voy a dar todo de mi para terminar con todo esto, con una condición".

"¿Cuál?" Ahora era verdadera su curiosidad.

"Cuando hablemos de cosas relativas al casi deberíamos hablar más alejados, porque sintió que mi cerebro se derrite contigo cerca". Mark sonrió con cierto nerviosismo. "Siento que será peor cuando el lazo se forme".

"¿Es malo que te sientas así?".

"No me siento cómodo no estando en control".

simon saysWhere stories live. Discover now