Capítulo 20

7.7K 1.3K 170
                                    

-¿Quién quiere un whisky on the rocks, sin whisky? -pregunto al regresar de la cocina con las bebidas.

Porque hoy es uno de esos días en que el sol aprieta y se apetece tomar algo bien fresco, sobre todo con dos embarazadas en el grupo. Mejor prevenir, no sea que se nos desmayen y nos den el susto del siglo.

-Sin whisky no tiene gracia -dice Zandra, pero acepta el refresco con hielo.

-Ya solo te quedan dos meses para poder tomarte uno con todo -le digo-. No seas tan quejica.

-Estoy hinchada, no me veo los pies y tengo que ir al baño cada poco tiempo, tengo derecho a quejarme.

-Me estás quitando las ganas de tener hijos -entrecierro mis ojos hacia ella.

-Lo mejor es cuando sientes sus movimientos dentro de ti -Neve sonríe-. Eso compensa todo lo demás.

-¿Ves, Zandra? Neve sí que sabe cómo venderme la moto.

-Seguro que si Archer estuviese aquí, le pedirías encargar uno ahora mismo -ríe Zandra.

-No lo digas ni en broma -hago una cruz frente a ella con mis dedos-. Por ahora estoy bien así, gracias.

-Siiii -Joy salta y da palmas mirándome con ojitos brillantes. A veces es imposible creer que ya va camino de los 16 porque pareciera que tiene 5, como mucho-. Más bebés para la familia. Por fa, Chris, di que sí.

-No, gracias. Ya vienen dos en camino. Y Tara y Malachi encargarán otro pronto. Más que suficiente.

-Pero así tú estarás sin bebé. Te vas a sentir desplazada.

-Harper tampoco tiene. Además, yo seré la tía molona -elevo una ceja con suficiencia-. Y cuando se pongan insoportables, se los endilgo a sus padres.

-Eres igualita que tu hermano -se ríe Joy ahora.

-Compartimos vientre durante nueve meses. Eso hace que se te peguen alguna manías, quieras o no.

Cuando el sol empieza a apretar más, nos metemos en la casa. Y aunque no voy a decirlo porque ya están suficientemente nerviosas porque sus hombres aún no hayan vuelto, se echa de menos el partido de los chicos en el jardín después de la comilona.

Joy parece pensar lo mismo, porque echa un último vistazo triste antes de entrar. Me acerco a ella y la golpeo con el hombro. Cuando me mira, le saco la lengua. Creo que capta mi mensaje silencioso porque sonríe. Pero también hace conmigo lo mismo que mi hermano: revuelve mi cabello.

-Te odio -protesto, quitándomela de encima como puedo-. No crezcas tanto, me haces parecer más baja de lo que soy.

-Ahora ya da igual si me quedo así -para dar mayor énfasis a sus palabras, intenta colocar su codo sobre mi cabeza. Aún le falta un poco para lograrlo con comodidad, pero está realmente alta para su edad-. Te paso sin problema.

-Si sigues creciendo así, no encontrarás novio. A los hombres no les gusta tener que mirar hacia arriba.

-Me buscaré a uno más alto que yo -se encoge de hombros-. Sé de unos cuantos ya.

-Si sigues creciendo, me temo que ni esos servirán -me burlo de ella.

Se encoje de hombros otra vez y va a la nevera a por algo de comer. No sé dónde lo mete, porque en el cuerpo, desde luego, no se le queda.

-Maldita vejiga -se queja Zandra, antes de levantarse del sillón donde se había instalado.

-Date prisa o te robo el sitio.

-No te metas con una mujer embarazada, Chris -ríe-. Te juegas la vida.

-Uh, que miedo -aún así, me busco otro sitio donde sentarme.

Christine (Saga SEAL 3)Where stories live. Discover now