Capítulo 19

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3 meses después

-Que buena idea ha sido hacerles la fiesta del bebé a las dos juntas -me dice Tara, mirando hacia Zandra y Neve, que no han dejado de hablar entre ellas en toda la tarde.

-Han hecho buenas migas -asiento.

-Los hijos unen -sonríe, pero noto cierto anhelo en su voz que me hace fijarme en ella.

-¿Y vosotros para cuando el segundo? -aventuro.

-Eso... -suspira- está complicado.

-¿Por qué? ¿No me digas que mi Malachi no te lo hace bien? -bromeo.

-El probema es que no puede hacerme un bebé. Ni bien ni mal -la pena en sus ojos me impiden bromear más.

-¿No hay tratamientos posibles? -Neve, que al parecer tiene muy buen oido, es la que pregunta ahora.

-Ya se ha hecho cuanta prueba le recomendaron y el resultado es siempre el mismo -niega-. No podremos tener hijos propios.

-Que putada -digo. No es que a mí me apetezca tener uno por ahora, pero cuando llegue el momento, me gustaría poder llevarlo en mi vientre durante nueve meses. Debe ser una experiencia inolvidable.

-Bueno, yo ya he sido madre así que tampoco es que vaya a perderme el proceso -continúa, de manera práctica-. Y Malachi es como un padre para Sarah. Si fuese su hija biológica no la querría más.

-Es un amor de hombre -corrobora Neve-. Y adora a tu hija.

-Aunque ambos queremos más hijos, así que... estamos barajando la idea de adoptar.

-Di que sí -aplaudo su idea.

-Hay muchos niños necesitando de un hogar -asiente Zandra-. Roger y yo también nos lo planteamos cuando perdí al primer bebé y nos dijeron que tal vez nunca podría llegar más allá del mes de gestación de ningún otro porque mi matriz era... hostil. Por suerte, se equivocaron y este pequeño está decidido a venir al mundo.

Acaricia su vientre y sonríe, pero le resulta imposible disimular la tristeza que le produce saber que su difunto esposo no podrá conocer a su hijo. O tal vez sea yo, que ya la conozco bien y sé lo que está pensando. Estos tres últimos meses hemos pasado mucho tiempo juntas. Qué digo mucho, prácticamente vivo en su casa ahora.

-Nosotros no tendremos ninguna posiblidad -asegura Tara-. Por eso, cuando Malachi regrese, iniciaremos el proceso de adopción, aprovechando que estará una larga temporada en casa.

Hank se retira definitivamente del trabajo en activo, así que los muchachos no saldrán en ninguna misión hasta que lo sustituyan. Y no me digas cómo lo ha logrado, pero sus jefes le han permitido elegir y preparar él mismo al SEAL que ocupe su puesto. Supongo que mi despedida a lo grande llegó en el momento oportuno porque no habrá más en mucho tiempo.

Cada vez que recuerdo el pánico en la cara de mi hermano cuando lo acusé de haberme embarazado, no puedo evitar reírme sola. Probablemente no se habría acojonado tanto si le hubiese puesto un arma en la cabeza y lo amenazase con volarle los sesos.

-Es imposible -repetía una y otra vez mientras yo lo increpaba-. No puede ser. Yo no... No puede ser.

Estaba tan asustado, que tardó más de 15 minutos en ver que era yo. La mirada asesina que me lanzó al descubrirme fue lo mejor. Ni siquiera me importa que me haya amenazado con devolvérmelas dobladas a su regreso. Volvería a hacerlo sin pestañear. Sea lo que sea lo que planee para mí, yo seguiré burlándome por su reacción lo que me queda de vida.

-Tierra llamando a Chris -escucho a mi lado, segundos antes de que Joy me meta un dedo en la oreja.

-Quita, bicho -la golpeo en la mano y se ríe.

Christine (Saga SEAL 3)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon