Suelta una carcajada y le doy un puñetazo en el hombro.

—¡Idiota, harás que tire todo!—se queja verdaderamente molesto—. De hecho, no levanto la tapa de tu carpeta para que no se desparramen las líneas.

—Conste que sólo será una puta línea y cuando estés drogado, traeré un perro para que te lo haga, imbécil.

Él vuelve a reír de su insoportable manera típica.

Así que me agacho y cuando mi nariz ya está rozando las pequeñas partículas blancas, percibo el movimiento de la puerta de la habitación abriéndose y una voz femenina anunciando:

—Nick, ¿sabes si el examen...? Oh.

Carajo.

Me incorporo nuevamente, sentado, y me rasco la nariz quitándome la coca que estuvo a punto de entrar.

Miro delante de mí y descubro una maraña de cabello rojizo, un rostro sonrosado y suave, la irresistible figura de la chica más sexy de toda la universidad.

—Yo... Lo siento... ¿Qué rayos es eso?—murmura ella pasando de la consternación por haberme visto agachado sobre las piernas de mi compañero de cuarto y cayendo al notar que estaba por tomar coca.

—Cierra la puerta—le ordena Ken.

—Amber, yo no...—empiezo a excusarme, sin saber por dónde comenzar.

Su boca queda entreabierta. Cuando puede reaccionar empieza a cerrar la puerta al tiempo que intenta proferir dos palabras seguidas.

No obstante, antes de que cierre del todo, alguien la detiene y se abre paso entrando por fin.

Es Kaneki.

—¿Estaban empezando la fiesta sin mí?

—Santo cielo—murmuro, levantándome y yendo a la orilla de mi propia cama, quedando frente a Ken.

—¡Cierren la jodida puerta!—masculla el rubio.

Amber lo hace mientras Kaneki se acerca.

—¡Caray, colegas! ¡Gracias por hacer los honores en mi ausencia! En verdad los tendré en cuenta cuando quieran que les vuelva a salvar el culo con las respuestas de un examen.

—Yo nunca te pedí algo así—no me molestar dejar en evidencia mi poca paciencia.

Amber avanza y toma asiento delante de mí.

—Mi chico sabe lo que le conviene—su voz suena fingidamente dulce y me da un beso en la mejilla.

—Ya, ya, ¿por qué mejor no se marchan todos y me dejan estudiando?—intento desasirme de las distracciones. ¡Me están haciendo perder el tiempo! Y por supuesto que no soy un alumno mediocre. Seré un poco drogadicto y un poco prostituto, pero estudiar es la oportunidad más importante que se ha presentado últimamente en mi vida y no la desperdiciaré, menos aún estando a sólo dos años de graduarme.

—Nada de marcharse. Sólo venía a conversar sobre unos asuntos y me retiraba, pero cuando vi que este bombón entraba, me di cuenta de que los intereses estaban tomando otra dirección—señala Kaneki, observando a Amber como si se la pudiese devorar con la mirada.

—Nada de lo que puedan decir aquí, me excluye.

¿No lo había mencionado ya? Amber es parte del equipo. Los cuatro, junto a Ken y Kaneki somos algo así como "inseparables". La clase de mala junta que ningún padre querría para su hijo.

Lástima que no tengo a nadie que se le antoje opinar por mí.

—¿En verdad piensas involucrarte con la mafia?—Kaneki le guiña un ojo.

+18 Las Mentiras del JefeWhere stories live. Discover now