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— ¿Dónde tenían planeado ir antes de que apareciera? —pregunta Rust, cuando ya llevamos rato buscando un auto entre los escombros que no esté en mal estado o sin funcionar.

Niall saca su cabeza debajo del tablero del auto cuando ve que este no va a funcionar y cierra la puerta de un portazo provocando que de un brinco. El rubio mira al pelinegro irritado, enojado y tal vez todas las emociones negativas que podría saber. No hace falta adivinar pasa saber que esto de que el chico nos acompañe no es de su agrado.

Niall a pesar de sus diversas expresiones, se limita a ignorarlo olímpicamente y se siente un tanto reconfortante en saber que no soy la única a quien ignora. El rubio pasa de largo de nosotros para ir en busca de otro auto y ambos comenzamos a caminar detrás de él a una distancia considerable.

Rust dirige su mirada azulada hacia mí y enarca una ceja ya que es obvio que Niall no le dirigirá la palabra.

— Lo que estamos haciendo; buscar un auto —respondo a su pregunta.

— ¿Y después?

Me encojo de hombros sin saber exactamente qué decir y vuelvo a ver a Niall abriendo la puerta de un auto asomando su cabeza debajo del tablero para tocar unos cables y ver si funciona.

— ¿Cómo es que estás vivo? —dejó salir la pregunta que a estado carcomiéndome la cabeza desde que lo vi en la tienda. Rust me mira con intensidad con sus ojos azules oscuros y frunce ligeramente el ceño.

— Ni yo sé cómo es que sigo vivo —musculla—. Vi morir a muchas personas en segundos, Logan. Yo tenía a una familia antes de todo esto. Y es demasiado sorpréndete como es que todo pasó —habla mirando todo a su alrededor e inevitablemente yo también me encuentro haciendo eso mientras lo escucho, miro los restos de edificios en el suelo, cuerpos esparcidos por las calles y algunos autos volcados.

— ¿ Dónde estabas cuando esto paso? —indago curiosa.

— En un hospital —contesta—. Era, soy hijo único, mamá estaba embarazada y me pidió si la podía acompañar al hospital porque iba hacerse un ultrasonido. La lleve y mientras ella estaba en la habitación con la doctora, yo decidí quedarme en la sala de espera. Todo iba bien ¿sabes? Hasta que pusieron el noticiero y el periodista relataba todo lo que ocurría en Nueva York, que en un solo día la taza de suicidios había aumentado increíblemente. Y que todos comenzaban a agredirse entre sí o matarse. No le di la mayor importancia en el momento, porque era Nueva York y yo vivía en Los Ángeles.

— Pensaste que no había nada a que temer —murmuré.

— Exacto —concuerda—, pero estaba equivocado. Cuando mamá salió de la habitación me dijo: "¡felicidades, Rust! Oficialmente tendrás un hermanito" ella estaba muy emocionada y yo también. Mientras íbamos de regreso al auto mamá me comentaba sobre los nombres que le iba a poner al bebé, pero cuando vi a una chica golpeándose contra el cristal de una de las ventanas... no lo sé, fue muy turbio. La chica golpeaba repetidamente su cabeza contra el ventanal, la sangre se quedaba ahí entre el cristal roto y ella seguí golpeándose más fuerte, hasta que una enfermera la quiso detener y está la empujo lejos de ella. Asustado tome a mamá de la mano y mientras le decía que se apresurara, la chica me miró; su cabeza sangraba demasiado y jure verle el cerebro, pero me asuste más cuando sus ojos eran negros y en un chasquido la chica logró romper el ventanal y lanzarse del séptimo piso.

— ¿Qué pasó después? —me atreví a preguntar cuando este hizo una pausa a su relato.

— Le dije a mamá que nos fuéramos de ahí, yo estaba asustado y nervioso. Iba a conducir, pero ella se negó a que lo hiciera, tuvimos una breve pelea sobre eso y como es de saber ella gano. Cuando salimos del hospital se desató el caos. Un auto pasó frente a nosotros a toda velocidad y se estrelló en un árbol provocando que este explotara, las personas corrían es todas las direcciones y otras se agredían. No tenía ni idea que pasaba y recuerdo haberle preguntado a mamá y ella no me respondió. El auto comenzó acelerar y yo estaba asustado y cuando casi chocamos, tome el volante para esquivar el auto. Yo le gritaba que era lo que le sucedía, ella no me respondía y fue en un microsegundo que ella por fin me vio, sus ojos eran completamente negros y pronto nos habíamos estrellado, y sin mentirte vi pasar mi vida ante mis ojos. El auto se volcó, me dolía el cuerpo y la cabeza. Escuche algo y la vi salir del auto, aún aturdido la seguí, la cabeza me daba vueltas. Ella se puso de pie, solo logre ver su silueta borrosa y cuando logre salir del auto la vi en la calle, mirándome, la llame y ella solo le bastó retroceder dos pasos cuando un camión pasó a toda velocidad llevándosela —alzó la cabeza al cielo y dio una larga respiración—. Después de salir de mi aturdimiento comencé a correr y me oculte en una casa durante una semana. Y ahora veme aquí —hizo un ademán a sí mismo y logre ver sus ojos cristalizados con una sonrisa amarga en su rostro—. ¿Que hay de ti?

Dejo escapar un suspiro.

— Esta... —no termino de hablar cuando escucho a Niall gritar. Lo busco con la mirada y lo encuentro a un par de metros moviendo su mano para llamar nuestra atención.

— ¡Encontré un auto que sirve! —exclama.

Rust y yo nos volvemos a ver para después correr hacia el rubio. El auto es como un Jeep, nada más que viejo y deteriorado, las puertas están abiertas en par en par y una que otra ventana tiene una grieta.

— ¿Es enserio? —deja salir Rust de manera despectiva.

— Oh, disculpa por no conseguir un maldito Ferrari para ti, imbécil —escupe con sarcasmo. Rust rueda los ojos y Niall nos indica que nos subamos.

Sin darle muchas vueltas al asunto me subo a la parte trasera del auto, Niall de conductor y Rust de copiloto. Niall me da su mochila, arco y flechas para que las coloque detrás de su asiento, lo cual terminó asiendo también con mi mochila. El auto retrocede y pronto este se halla siendo conducido en la calle.

En el transcurso nadie dice nada, Niall va lo suficientemente concentrado en el camino, Rust tiene la mirada perdida en la carretera y yo, bueno, no tengo nada que hacer y no es como que la hubiera.

Me acuesto en el asiento y dejo mi mirada clavada en el techo del auto porque siento que este viaje no será nada corto.

— Me encontraba en un bar familiar —comienzo a decir, mi voz es neutra y noto la mirada celeste de Niall conectar brevemente con la mía por el retrovisor—. Estaban mis padres y un amigo de papá con su hija, se llamaba Micky —mencionó—. Recuerdo que la acompañe al baño y les dije a mis padres que ya volvía, no me escucharon ya que ellos estaban lo suficientemente ocupados charlando con el papá de la niña... en fin. Cuando Micky terminó de hacer sus necesidades intentamos devolvernos a la mesa, pero todas las personas estaban viendo algo, extrañada me giré y vi todo lo que las personas estaban viendo; un reportaje. Las personas morían, todo era un caos, se fue la electricidad y después todos entraron en pánico. Escapamos de ahí, el papá de Micky la abandonó, después anduvimos por casi una hora en la carretera hasta que nos encontramos a un policía. Se podría decir que hasta ahí todo parecía ir bien —callo unos segundos al recordar todo como si estuviera nuevamente allí—. Lo más extraño fue que mientras papá hablaba con el oficial, el viento sopló y juro que todo se detuvo, y después el oficial comenzó a moverse hasta sacar su arma, mi papá estaba quieto, sin hacer nada y en un chasquido una bala ya le estaba perforando la cabeza. El oficial comenzó a caminar hacia nosotras, mamá logró sacarnos de ahí, pero no llegamos tan lejos cuando el auto se detuvo, tuvimos que correr y en eso una bala logró alcanzar a Micky, ella murió al igual que mamá.

En lo que terminó de hablar siento como una carga se va de mis hombros, tal vez era la culpa.

Restart | #1 Niall HoranTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon