CHAPTER ONE

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El inicio de una aventura


Llevo tanto aquí, que podría decir que llevaba la vida viviendo entre fiestas reales, reuniones, juegos, doncellas, lores... Esta es mi vida, la acepto y tengo que reconocer que me encanta. Siento que aquí siempre seré feliz, junto con mi hermano Caspian X, el próximo rey de Narnia. Según nuestro tío Miraz, el consejo sigue discutiendo su coronación, ya que creen que no está preparado, pero nuestro tío nos ha contado - Aunque está prohibido contar los temas que se tratan en el consejo hasta que no estén realmente aprobados - que está haciendo todo lo posible para que lo coronen. Caspian confía en él. Yo también... Lo que ocurre es que no confío en el consejo. No puedo creer que piensen que porque sea una chica de quince años, me chupo el dedo. Yo sé que no estaban de acuerdo con las nuevas reformas que estaba haciendo nuestro padre en el consejo y en el gobierno de Narnia. Además, que la historia que contó el cochero el día que mamá y papá murieron no fuera demasiado creíble, me hacía sospechar que alguien del consejo de verdad había querido asesinarlos, y con toda la mala suerte del mundo, lo había conseguido. El cochero explicó que durante el viaje tuvieron un montón de complicaciones y que para poder llegar a tiempo de vuelta al reino pasaron por unos caminos bastante peligrosos, por eso no era de extrañar que por uno de ellos el suelo cediera y la carroza acabara cayendo por el acantilado formado por el desprendimiento. Lo peor es que nadie se sorprendiera al ver que el cochero pudo saltar a tiempo y salvar así su vida. Solo pensar que esa desgracia pasó hace poco más de un año me pone los pelos de punta. Durante este año, Narnia ha estado sin un rey que la gobierne, sólo el consejo; he estado haciendo más clases de lo normal con el Doctor Cornelius; y mi tía, , se quedó embarazada.

Y esto último sí que era una desgracia.

*****

Llevaba un buen rato dormida en mi cama. Aquella cómoda cama de madera compuesta por un colchón, mantas de diferentes tonos de rojo y un mullido cojín. Me había pasado toda la mañana con mi caballo en el bosque - no muy adentro claro-, y la tarde castigada en la biblioteca estudiando las lecciones que debería haber estudiado por la mañana, retrasando una vez más todas mis lecciones. Aunque había pasado la tarde quieta entre libros, todavía me dolía el trasero y las piernas de las carreras que había hecho por la mañana. Como había madrugado para escaparme y que nadie me atrapara estaba realmente cansada a estas horas de la noche.

Empecé a notar como algo me movía. Cuando abrí los ojos, mejor dicho intenté abrirlos, pude ver que lo que me movía era una mano. Seguí con la mirada esa mano, pasando por un antebrazo y luego un bíceps bien trabajado, típicos de un soldado o de un caballero. Seguí subiendo hasta que reconocí una cara entre toda esa oscuridad.

- Despierta, rápido -susurraba aquella voz.

Caspian seguía hablándome, susurrando rápidamente que me levantara de la cama, que teníamos que irnos. En un principio pensé que ya era casi de día y que esta vez quería saltarse las clases del Doctor Cornelius conmigo. Iríamos corriendo al establo, cogeríamos nuestros caballos y haríamos carreras, esta vez durante todo el día. Pero rápidamente me di cuenta de que había una sombra a su lado. Era un hombre que conocía muy bien.

- Toma, Caspian -Dijo el doctor Cornelius, entregándole una bolsa- Esto es para tu hermana, lo que necesitará.

¿Necesitar?

De golpe, todas las ganas de cabalgar fueron rápidamente sustituidas por confusión y dolor. No debería haberme levantado tan rápido.

- ¿Qué pasa? ¿De qué habla, Doctor? -Pregunté, todavía somnolienta.

Narnia. Una nueva y diferente aventuraWhere stories live. Discover now