#74 El acuerdo

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—¿Quieres matarme del susto? —me reprende mi madre.

—Perdón mamá —ella niega y me abraza.

—Mi niño, entiendo tu dolor.

—Lo sé mamá, lo sé.

—Cuando tu hermana murió intenté olvidarla, las pastillas para la ansiedad y para dormir se mezclaron, tomé varias juntas. Tú estabas con Dav y Fer de viaje, fue tu padre quien  se llevó el susto de su vida.

—Mamá... Yo... Perdón no sabía de eso, nunca nos dijiste nada.

—Después de pasar por todo eso y ver a tu padre sufrir, comprendí que aquí,  en este mundo sí había gente que me necesitaba viva. Había gente que me amaba y por la cual debía seguir. Tu padre, tú y James eran mis tres razones para luchar. Cuando tu hermano se fue dejó un gran vacío en mi vida pero comprendí que él necesitaba superarlo a su manera —asiento y comienzo a llorar.

—Me duele tanto mamá, la extraño —ella me abraza y acaricia mi cabello— Dios, me enamoré perdidamente de ella, la amé en tan poco tiempo y poco tiempo la pude amar.

—Ay mi niño, si supieras lo feliz que me hacía verte con esa bella chica, ver tus ojos brillar y mirarla con tanto amor. Incluso me llegaba a poner celosa —ambos reímos— Te amo mi niño, no quiero que ésto vuelva a pasar. Quiero que empieces de nuevo, déjala ir, no te pido que la olvides, solo te pido que dejes que su alma descanse en paz. Ponte feliz porque ella está en un mejor lugar, Dios cuida de ella.

—Era una mujer hermosa, siempre la recordaré y siempre la amaré. Nadie borrará todo el amor que siento por ella.

—Claro que no cariño, ahora tengo que llamar a alguien.

Mi mamá se retira de la habitación y me quedo sólo y pensando. Tienen razón, he estado muerto casi 15 minutos, la vida me quiere vivo por algo, lo presiento. Algo muy dentro de mi me dice que algo bueno hay, algo bueno va a pasar.

La puerta de la habitación se abre y entran todos, como puedo sonrío. Junto con ellos entra una mujer que no conozco pero sé quien puede ser.

—Hola Ben ¿cómo estás? —habla Dav.

—Hola Dav, bien ¿ustedes?

—Nos diste un susto tremendo hombre, pero estamos bien, no te preocupes —habla Gime.

—Si, lamento mucho lo ocurrido —es difícil hablar ya que un nudo se forma en mi garganta— Sé que los hice pasar por un mal momento, pero siendo sincero no puedo superar ésto, no puedo dejarla ir, la amo y la extraño demasiado, sin ella no tiene sentido mi vida.

Las chicas dejan escapar algunas lágrimas, Dav y Fer se acercan y me abrazan.

—No nos vuelvas a dejar así idiota —sí que amables ¿no?

—No los dejaré, sin mi ustedes no pueden vivir —bromeo y ellos ríen.

—Hola señor Clark, soy Carla Freeman, su nueva psicóloga. Mucho gusto.

—Hola, el gusto es mío —sonrío y ella también lo hace.

—Bien Clark, las cosas son así. De ahora en adelante ya no estarás sólo, además irás a unas sesiones con ella, la psicóloga y tú no te negarás.

—Esto no es fácil para mi, dejen que lo piense.

—No, no tomarás la decisión si hacerlo o no, ya la tomamos nosotros dos —Dav se señala a él y a Fer— Tú no harás nada para negarte.

—Hazlo por nosotros hijo mío, hazlo por ella cariño —suspiro.

—Está bien, ahora ¿pueden dejarme a solas con Dav y Fer? —asienten y todos se van, menos ellos.

El acuerdo ©                               |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora