A tu lado.

8º Profundo.

— Sí — lo abracé mientras suspiraba levemente —, claro que me acuerdo.

Tenía que evitar que eso sucediera a toda costa, Steve jamás lo perdonaría y cualquier toque a mi cuerpo sería preferible al lado de Él.

— Iré a acomodarme en el baño — depósito un beso en mis pómulos —, ¿podrías esperarme en la sala?

— Con mucho gusto mi rey.

Cuando se levanto y metió al baño; salí rápidamente de la habitación para dirigirme a la sala, obviamente me desviaría hasta la caja fuerte que estaba en la habitación que servía como estudio a Stephen.

Una de aquellas veces en las que él quedó ebrio, le comento que jamás podría abrir esa caja fuerte, contenía unos papeles importantes; era suficiente información como para que mi interés se despertará.

— J.A.R.V.I.S ¿me escuchas? — dije en voz baja mientas me ponía un audífono en mi oído izquierdo.

— Bienvenido Señor — la voz robótica de aquel I.A  resonó en mis oídos — ¿Desea algo?

— Claro que sí cariño, ¿no es obvio? — coloque en medio de esa habitación una pequeña máquina creada por mí — Prende el prototipo S.T.O.C.K y asegúrate que examine la habitación.

— A sus órdenes señor.

Salió una luz expuesta en hilos de color azul se encargó de extenderse por toda la habitación; demoraría 2 minutos pero no preví que Stephen saliera tan rápido.

— ¿Tony? Cariño, ¿Donde estás? — escuche su voz en la sala y me alarmé.

— Mierda — recogí a mi querida S.T.O.CK del suelo para guardarlo en mi bolsillo — Amor desactiva el dispositivo y ponte en el modo 4.6 de suspensión.

— Como ordene señor.

Saque el audífono de mi oído y salí de la habitación despacio, lo vi de espaldas buscándome y lo abracé rápidamente.

— ¿Desesperado Doc? — susurre aquellas palabras cerca a su oreja mientras apoyaba mi mentón en su hombro.

— Cuando no estás conmigo definitivamente sí.

Volteo para poder tomar mi rostro con ambas manos y estampar un suave beso en mis labios.

Tal vez disfrute un poco más ese beso debido a  que sabia que faltaban tan solo una hora para ver a Steve y podría respirar aquel aroma tan suyo.

*****

Narrador Steve.

Me encontré con Natasha y le extendí los bocadillos al entrar a su casa, se le veía decaída pero no tanto como antes.

— ¿Qué tal Steve? — se sentó en una de las sillas del comedor mientras abría la bolsa — ¿En que te puedo ayudar?

— Veras..le pedí a Fury que me diera información acerca de una persona, pero estoy seguro que no me dará absolutamente toda — me senté frente a ella para verla mientras se metía a la boca un pedazo de pastelito.