Capitulo III

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Él se dio cuenta que lo miraba y me guiño un ojo en respuesta, le devolví una pequeña sonrisa.

—Deja de coquetear en mi presencia —gruñó mi hermano—sí te sigue comiendo con la mirada lo mataré.

Volví a reír y justo en ese momento sentí algo acercarse rápidamente en el aire, la bola de béisbol fue atrapada por mi mano y unos segundos después tenía a Noah frente a mí con cierto toque de sudor en su esculpido cuerpo.

Él tenía una apariencia atractiva  diría yo, como muchos de los nobles pero eso no bastaba para tapar esa egocéntrica actitud que lo rodeaba.

Extendí mi mano como gesto para entregarle la bola pero lo que encontré fue una amplia sonrisa en su cara.

Me quedé mirándolo fijamente sin apartar la mirada esperando a que hablara.

—¿No conoces las reglas verdad princesa?—preguntó con un tono arrogante.

— No ¿y qué ?¿Hay algún problema?

—Princesa, si atrapas la bola debes jugar con ella—respondió guiñando un ojo.

Ésto me hizo perder la poca paciencia que me quedaba así que miré a mi hermano, le sonreí con suficiencia y me dirigí donde estaban el resto de jugadores.

Noah venía detrás de mi así que me acerque a él, su altura era treinta centímetros más que la mía así que podría parecer indefensa a su lado aunque era lo contrario.

—Te patearé el trasero —sentencié.

Su mirada se iluminó con expectación ante mi seguridad.

Me dirigí a donde estaba el equipo contrario a Noah, los chicos comenzaron a silbar y gritar al verme posicionarme para batear.

Tomé el bate del suelo y sentí la familiar sensación, años atrás practiqué todo tipo de deportes con los caballeros reales.

Noah se puso a unos metros frente a mí, él iba a lanzar la bola. Tenía una sonrisa en su cara esperando a que yo fallara.

La bola rápidamente se dirigió a mí pero la veía muy lenta, tanto que no tuve problema en golpearla a la primera y salir corriendo por las bases.

—Buen tiro—dijo alguien detrás de mi.

—Noah¿ verdad?

–Así es princesa, todavía sigues ¿enojada conmigo?—preguntó.

—Ni siquiera me había planteado dejar de estarlo —respondí fulminándolo.

—Eres dura de roer.

—Oh, no te imaginas cuanto — respondí sonriendo, mi padre solía decirme esa frase.

—Te sorprenderías de lo bueno que soy rompiendo cosas, te esperaré a las seis en la sala del consejo. No olvides llevar a tu hermano.

Iba a replicar pero él ya no estaba por ningún lado y pude observar que el resto de chicas me miraban con envidia pero a la vez me sonreían.

«Hipocritas»pensé.

—¿Vamos hermanita?—preguntó Neall apareciendo a mi lado.

—A las seis hay reunión del consejo —dije y solté un leve suspiro.

—Lo detestas ¿verdad?—preguntó.

—No te imaginas cuanto.

Me separé de mi hermano ya que él tenía que ir a desempacar sus cosas. Todavía me quedaba tiempo así que decidí volver a la biblioteca.

Entré y me dirigí a la ultima sección que está en el segundo piso, comencé a buscar por el lado de historia cuando de un momento a otro estoy acorralada contra la pared y dos fuertes brazos están a mi alrededor.

Furiosa levanté la mirada y allí estaba Noah, serio como una piedra, no llevaba puesta una camisa todavía así que podía sentir el sudor de su piel pegándose a mi ropa.

Como sí pudiese leer mi mente apareció una sonrisa en su boca y un asentimiento con su cabeza.

¡Oh no !De todos los dones porque él tenía éste, según libros antiguos tenía milenios de no ser visto. Él me estaba tocando la piel, en otras palabras ya tenía que saber lo que yo ocultaba. Desde un principio cuando chocamos esa fue su intención.

No llevaba sino unas horas aquí y ya había sido descubierta.
¡Oh mierda!

—Una princesa no debe decir malas palabras —dijo él con burla.

—Eres un maldito idiota, pedazo de —no pude terminar porque él tapó mi boca con su mano.

El silencio remplazo de inmediato el lugar, no era la primera vez que un chico quería acorralarme de ésta manera.

La atracción era una de las debilidades de los de mi especie, no podíamos negarnos al deseo carnal. No había nada de romance, lo único que buscaban era un buen momento y diversión.

Entonces corrí con furia su brazo alejandolo de golpe.

—Admitelo, me deseas.

—Muy bien sabes que no es así —repliqué con rabia.

—Oh mentirosa, pero no era de eso de lo que quería hablar. Volviendo a lo importante ¿Sabes lo que sucede en esta academia?— negué con la cabeza—. Si ellos se enterasen de lo que eres, serías una batería al igual que las miles de brujas que hay aquí abajo.

No podía creer lo que escuchaba pero sabía que él no me había dicho todo lo que conocía de este lugar.

—¿Hay algo más verdad?No las están usando como baterías nada más, para eso hay miles de vampiros con poderes suficientes para ello.

—Oh que inteligente —respondió sonriendo con suficuencia.

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Academia Pharisse  [Saga Reyes Vampiros] #PGP2019Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt