Cap 27.

220 22 3
                                    

Pov. Tenten

Estaba tan tranquila caminando en dirección a la casa de los Dioses, iba demasiado temprano, era la primera vez que me paraba temprano, es que la emoción de saber que haré algo útil por los Dioses me tiene llena de dudas.

Mamá dijo que le alegraría que yo aprendiera cosas que me servirían para el futuro, soy una Amma, es decir, en mi familia las mujeres se la pasan entrenando, muy pocas son amas de casa, aunque yo no quiero eso para mi vida, aunque no lo sé, aún no que se me espera para el futuro. Aunque ya sé hacer todo lo que hace una mujer en el hogar, sólo que a las personas les cuesta pensar que alguien como yo sepa hacer lo trivial que hace una mujer en la casa.

Hace meses cambié mi vestimenta, era más femenina que antes, ahora muestro un poco mi figura, pero no demasiado. No me gusta ser de esas chicas que muestran su cuerpo sólo para llamar la atención de un hombre, eso se ve muy mal, aunque no lo pienso mal, todos tienen derecho a ser como quieran, yo no juzgo a la gente por como se, me fijo más en su corazón y su personalidad. Quiero que me vean bien por como soy, que no traten de ofenderme sólo por mi forma de vestir o parecer, yo sólo quiero que me vean como una mujer.

Antes de tocar la puerta supuse que Ino trataría de conectarse con mis pensamientos, ya que era Yamanaka y poseedora de mentes supo que ya estaba llegando. El punto es que salió casi llorando, Temari y Sakura parecían llevarla, una en cada en brazo como que tratando de calmarla, ¿qué había pasado?, a mi amiga y rival Sabaku No la noté irritada y nerviosa, mientras que la peli-rosa parecía disgustada.

-No dejes que traten de herir tus sentimientos-la castaña miró confundida a la Haruno, sus ojos parecían enojados-y si yo fuera tu no me quedaría ni un segundo con ellos. No sé como Hinata los soporta.

Me dejaron con gran duda, hasta traté de saludarlas pero se fueron sin decirme más nada. Mi mano quedó en forma de saludo y despedida, pero mi rostro se puso confuso al ver que Ino parecía muy nerviosa y sus ojos cristalinos se hacían notar. ¿Qué le habrán hecho?, luego sus lágrimas comenzaron a bajar para taparse la cara, pobrecita.

-¿Adiós?

Entré a la casa para cerrar la puerta, más mi sorpresa fue al ver a los seis hombres mirándome. Naruto se veía molesto y parecía tener las mejillas húmedas, los demás parecían tranquilos aunque sus rostros eran el de siempre, Sasuke emo, Neji cubo de hielo, Sai falso, Gaara seco y Shikamaru vago.

-Genial, ahora le toca a la marimacha-Tenten abrió la boca con asombro. Ahora entendía porque Ino se había marchado, el pálido era demasiado sincero

-¡Sai!-el byakugan de Neji estaba activado. Nadie se aguantaba na sinceridad, pero ellos eran los Dioses, podían hacer y decir lo que querían.

Pobre Ino, ahora entiendo porque Sakura y Temari estaban molestas, y de paso que mi amiga rubia de ojos azules estaba echa un desastre, casi que despeinada y sus uñas rotas, la vi destruida. Es impresionante como Sakura se aguantó de golpearlos, se que Matsuri no durará nada...

Regresa rápido Hinata.

-Muy bien mis señores-suspiró-yo estoy aquí para atenderlos como lo hace Hinata-Naruto se deslizó por la pared hasta llegar al suelo, no podía seguir recordando a su amada, tenía un gran trastorno mental gracias a la Hyuga

-Me encanta como hablas-sonrió Sai-tienes una voz muy sexy para ser un chico.

Suspiré. Tendría que aguantar sus groserías, no les iba a reclamar, sólo observé a Neji quien era detenido por Gaara, quería golpear a Sai , luego Sasuke se retiró como que si no le importaba, Naruto lloraba por Hinata y me exigía que me fuera. Shikamaru me miró fastidiado, parecía lamentarse por la conducta de estos, pero que importa, ellos son los Dioses, yo tengo que complacerlos lo más que pueda. Primero empecé con lo que Shikamaru me dijo, hice café para todos y lo dejé en la mesa servido. Luego escuché al Dios Baka, era como escuchar a Lee llorar con Guy-sensei por el poder de la juventud. Fui a preparar el almuerzo, al parecer no hubo mucha queja, estaban callados, la mayoría agradeció pero el rubio de ojos azules no hizo más que mirar el plato, me estaba cansando.

Paraíso Terrenal Where stories live. Discover now