La rubia negó con la cabeza. Alguna vez quiso formar parte de la Aurora, sin embargo, le explicaron que viajaban de colonia en colonia para hacer sus reclamos pacíficos y eso significaba que tendría que dejar a su familia atrás, así que por supuesto que no aceptó. Aún así de vez en cuando se comunicaba con un amigo —si era que le podía decir así— que había formado en la Aurora. No pertenecían a la misma colonia, por lo que no se veían muy seguido.

—¡Perfecto! ¿Y qué me puedes contar de ti? ¿Qué hizo que te interesaras por seguir a Priss? La rubia de allá —añadió al ver que Renee no sabía de qué hablaba.

Se encogió de hombros, ni siquiera ella sabía la respuesta. El aislamiento en el que vivía había generado que su curiosidad creciera con el pasar de los años. No tenía mucho en qué invertir su tiempo. Tampoco había mucho por contar sobre ella. Al no tener amigos en el pueblo, no había drama en su vida, lo cual agradecía infinitamente ya que tenía más que suficiente con Mett enfermo.

Meditó unos segundos más su respuesta, llegando a los mismos pensamientos. Sabía que probablemente al darle información de ella estaría arriesgando su vida y la de su familia, pero la realidad era que, reflexionando, los Belrie ya no tenían nada más por perder.

—Tengo un hermano también. Está en casa, esperando su medicamento.

Aprell claramente se sorprendió de que Renee soltara información personal tan rápido. Renee no era tan difícil al momento de confiar en alguien, ella lo sabía bien, y por más que intentaba ser desconfiada o parecer desinteresada, simplemente no podía. Era una terrible actriz, expresaba sus sentimientos y pensamientos demasiado rápido con cualquiera.

—¿Medicamento? ¿Tiene Zeta?

Renee asintió. Aclaró que ella era inmune antes de que Aprell pensara que ella también lo padecía. Entonces Renee comenzó a contarle un poco más acerca de su familia, esperando que no fuera un error. Habló sobre su padre, quien le enseñó a leer, a escribir e incluso le enseñó a hablar el español fluido y bastante en francés, los cuales eran los tres idiomas que se declararon lenguas mundiales antes de establecer las colonias, incluyendo el inglés. Todos los demás —a excepción de ciertas lenguas nativas de los pueblos que seguían sin ser parte de una colonia como tal— fueron olvidados de alguna manera. Solamente algunas personas eran las que hablaban ruso, alemán, japonés, árabe y portugués.

De igual forma habló de su madre, aunque de ella no había tanto por decir. Se dedicaba a trabajar en una fábrica de textiles antes de trabajar tiempo completo como enfermera para su padre y después para su hermano. Algo que Renee omitió en su relato fue que su padre fue contagiado indirectamente gracias al trabajo de su esposa. Llegó un paquete con nuevas telas de la Colonia Diez, pero aquellas telas estaban infectadas y de tan solo abrir la caja su padre se contagió de Zeta.

Pasó la mayor parte del tiempo hablando de su hermano. Se sorprendió de la atención genuina que Aprell le seguía prestando a pesar de que nunca se volverían a ver. Contó que su pequeño hermano ya estaba por llegar a la fase terminal de la Zeta. Según lo que les había dicho la gente, cuando empezaba a vomitar sangre era porque le quedaba máximo cuatro meses de vida. Serían los peores cuatro meses, llenos de sufrimiento, dolor, agonía... La mayoría de las personas recomendaban llevar a Mett a un laboratorio de pruebas para que le dieran una sustancia que lo guiaría a una muerte rápida e indolora.

Renee al decir todo sobre su hermano en voz alta cayó en cuenta que Mett no estaría con ella nunca más en cuanto la Zeta lo terminara por completo. Le entraron terribles ganas de llorar. Un enorme nudo se le formó en la garganta, sintiendo una dolorosa punzada en el pecho. Jamás habría pensado que Mett se iría tan pronto. Ella había planeado muchas cosas desde niña al momento que se enteró de que tendría un hermano. Lo primero que pensó fue en poder tener a alguien con quien jugar, después pensó en todo lo que podría enseñarle a hacer, así también tendría a alguien para hablar, para contarle secretos o simplemente para estar. Sus memorias traicioneras tampoco le ayudaron a contener las lágrimas.

Expediente 512 (I)Kde žijí příběhy. Začni objevovat