Capítulo 23

21.2K 1.2K 263
                                    

Contigo pierdo hasta la noción del tiempo.

—No puedes hacerme esto, no puedes irte a vivir tan lejos —le digo casi llorando.

No puedo hacerme a la idea de no verlo en los próximos años, mi corazón no está preparado para eso.

—Prometo llamarte frecuentemente y tratar de venir una vez al año —susurra en mi dirección.

Acorto el poco espacio que nos separa y hago fundir nuestros cuerpos en un cálido abrazo.

Huele bastante bien, pero sobretodo muy varonil.

—Voy a extrañarte tanto Castiel —digo pegada a su pecho mientras él besa mi cabeza.

Hace una hora que estoy junto con mi amigo en la habitación haciendo sus maletas, esta noche regresa a su ciudad y en dos días se va del país. Castiel envió hace tiempo una solicitud de empleo a un hospital de Londres y lo aceptaron, por eso vino a pasar las fiestas de navidad y fin de año conmigo.

—Dudo mucho que Dan te deje tiempo libre para extrañarme —opina una vez que nos separamos.

Doblo un par de bóxer mientras él se voltea para seguir guardando sus cosas.

— ¿Es un lindo verdad? —pregunto mientras sostengo entre mis manos un... ¿tanga hilo masculino? Castiel se da cuenta de la prenda entre mis dedos y me la arrebata de inmediato mientras yo reprimo una sonrisa.

—Sí, aunque muy flaco para mi gusto —bromea.

En un principio tuve la impresión de que entre Dan y Castiel había cierta tensión por los celos de mi novio, pero luego de la cena navideña la relación entre ellos ha mejorado.

—Castiel, eres insufrible —le regaño fingiendo enojo pero una sonrisa me traiciona.

—Okey está bien, si lo acepto. Es guapo y además está loco por ti —dice y mi corazón cobra vida, escucharlo decir de la boca de alguien más lo hace tan real.

Jamás imaginé que después del trasplante mi vida iba a cambiar así. Aún me parece imposible que un chico tan bueno, amoroso y especial como Dan sea mi novio.

—Además ganó muchos puntos al regalarme a Cristan —chillo con emoción, mi amigo frunce el ceño.

— ¿A quién? —cuestiona confundido y con una mueca en la cara. Se da vuelta en la habitación mientras recoge un par de zapatos que tiene en una esquina.

—Cristan, mi pez —explico con obviedad—Es una combinación de Cristal y Dan, pensé que lo notarías.

Una fuerte carcajada de parte de Castiel se escucha en toda la habitación—Ay por favor, no puedo con tu cursilería, solo a ti se le ocurre ponerle nombre a esa cosa con escamas.

Castiel sigue riendo hasta media hora después, pero no le doy importancia, a Dan le ha encantado el nombre de mi pez.

Cuando las maletas están listas, Castiel y yo nos acostamos en la cama uno al lado del otro y en un momento un suspiro profundo sale de su boca, de esos que una persona suelta cuando algo le tortura mentalmente, desvío mi mirada hacia él y veo tristeza en sus ojos con semblante pensativo no es mucho pero lo suficiente para darme cuenta.

— ¿Vas a despedirte de tus padres? —pregunto en susurro, Castiel deja de mirar al vacío y se concentra en mí.

—Definitivamente no —acota—, mi padre me odia y aún no acepta que su único hijo varón entre cinco mujeres sea gay —dice con pesar—Aunque quizás a mi madre la llame por teléfono para avisarle o le pediré que vayamos a comer juntos para despedirme de ella pero no quiero causarle problemas con papá.

CORAZÓN DE CRISTAL{✔}Où les histoires vivent. Découvrez maintenant