veinticuatro.

1K 67 8
                                    

"no hay fuerza alrededor, no hay pociones para el amor,
¿dónde estás, dónde voy?
porque estamos en la calle de la sensación
muy lejos del sol quema de amor"  

El 2019 había empezado sin muchas sorpresas. La nueva edición de la revista había pasado desapercibida en comparación a las anteriores. No había estrellas y Gustavo explicaba que para después de las fiestas nadie tiene interés en leer. 

Mientras tanto, a Paloma se le estaban viniendo cosas importantes encima. Mitad de enero significaba que en breve se le vencería la pasantía. Su jefe ya le había comentado sus intenciones de hacerle un nuevo contrato y dejarla efectiva. 

Eso significaría trabajar ocho horas y recibir un sueldo superior, el cual debería alcanzar para cubrir alquiler, servicios y comida. El contrato significaría quedarse a vivir en España, ya no como una experiencia para juntar créditos sino para comenzar una vida allí. 

La argentina le venía dando vueltas al asunto y si bien tenía 26 años, lo único que en ese momento la ayudaba a tomar decisiones era el pedazo de papel que estaba con imanes pegado a la heladera. En él había escrito una lista de pros y contras que en las últimas semanas había ido completando. 

Para aquel miércoles por la tarde, su lista estaba mas o menos así:

pros
vivir en europa
oportunidades 
paulina y julia
estabilidad económica
tener trabajo
marco reus??? ahre  

contras
vivir lejos de casa
no trabajar de lo que estudié
no me gusta mucho el trabajo
euro/dolar
no hay alfajores
hablan raro(?) 
estar sola 

Claro que a esa lista le faltaba una cosa fundamental, que había atravesado su estadía en Madrid totalmente: Antoine Griezmann. La verdad era que no estaba segura en qué lado ponerlo. 
Sí, en principio le había dado muy buenos momentos. Había sido como un cuento de hadas: volver a verse, besarse, dormir juntos y planificar una vida en pareja. Pero la caída a la realidad había sido muy dura: una novia sin intenciones de separarse y un bebé en camino no eran joda. 

La muchacha sabía (o al menos consideraba) que había una sola forma de resolver sus dudas. Y era algo que por más que se advirtiera una y otra vez que se arrepentiría de hacer, no lo iba a poder evitar.

Tomó su celular y buscó rápidamente en sus contactos. Apretó el botón de llamada y esperó.
-¿Hola?- contestó una voz del otro lado.
-Hola, Antoine. Soy yo, Paloma- respondió ella. El silencio hizo notar la sorpresa del francés -perdón si esto sale de la nada, pero... ¿te gustaría pasar por mi casa? Necesito hablar con vos- habló, sin más. 

Paloma pudo escuchar la respiración de Antoine volverse mas pesada y casi que podía oír el debate interno que se estaba dando en su mente. Luego de unos minutos de incómodo silencio, por fin habló.
-Salgo del entrenamiento y voy- respondió. Su voz era neutra. 

La muchacha se preguntaba si realmente había hecho bien en invitarlo, si realmente necesitaba verlo para solucionar sus dudas. Si no estaba haciendo cualquiera como varias veces con él había hecho. 

Todos los pensamientos y nervios se fueron cuando sintió el timbre. Le abrió la puerta y el francés entró. Como tantas otras veces, llevaba puesta la ropa del entrenamiento, tenía el pelo mojado y olía a desodorante barato. Él dejó su bolso y ella lo invitó a sentarse en el sofá, mientras le ofrecía algo para tomar. 

paloma. || antoine griezmann ✔️Where stories live. Discover now