Atrapasueños ✔️

CAPITULO 25

₊*̥✧Espero lo disfruten *̥✧

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Salimos de la compañía en el Honda Accord de Skay hacia al muelle 25.
No entendía por qué me había llevado a ese lugar pero ciertamente no importaba mucho, pues el estar a su lado era suficiente para mí, además, que era un lugar hermoso; ya que, los árboles del parque por el cual caminábamos,  habían sido decorados por las vísperas que se acercaban cada vez más.

—Es muy bonito—Dije maravillada—nunca había venido a Nueva York en invierno.

—¿Ya habías estado aquí?

—Sólo un par de veces, la primera vez fue hace unos años cuando Cat ingresó a la universidad, pero era verano—Lo miré—y me enamoré de esta ciudad.

—Yo he vivido tanto tiempo aquí que ya olvidé lo que sentí la primera vez que vine, pero algo que siempre me ha fascinado es el invierno en Nueva York. Cuando la nieve cubre la ciudad...—Se expresó maravillado—es hermoso—Susurró.

—¿Tú...nunca has extrañado los Angeles?

—Aveces...el tiempo parecía ser más...lento allá—Intentó ocultar la melancolía en su voz, pero no lo logró.

—Sabes, yo jamás he visto la nieve.

Skay prestó especial atención en mí al escuchar mi confesión.

—¿En serio? ¿Jamás?—Preguntó anonadado.

—¿De verdad te sorprende? —Enarque una ceja, pues era bien sabido que en los Angeles no nevaba o almenos donde yo vivía.

—No, creo que no—Dijo sin embargo reflejó algo de inseguridad—¿Quieres un café o algo?—Skay señaló con la cabeza un pequeño puesto de revistas en donde también vendían café.

—Bueno, algo caliente no me vendría mal—Acepté sonriente.

Nos acercamos al puesto y mientras el hombre junto a mí hacía el pedido, mis ojos indagaron los títulos de algunas revistas.
Lamentablemente me encontré con encabezados en donde hablaban de la vida entre fiestas y antros de la ex de Skay, insinuando que ella ya lo había superado, mientras que las revistas como Forbes y The economista hacían referencia al derrumbe y la perdida constante de clientes, y la decepción que había causado una empresa tan grande. Lo peor es que lo culpaban a él, pues para ellos era un joven inexperto, aunque eso último lo supe al leerlo hace unos días.

—Toma—Me acercó la bebida y observó por un instante las revistas en venta—Vamos—sus ojos se tornaron serios.

Por unos minutos lo único audible eran nuestros pasos e incluso nuestra respiración que se hacía visible ante el intenso frío.

—¿Estas bien?

—Sí, ya no dejo que me afecte, es decir, hallaré...hallaremos una manera de resolverlo...

—Yo...no me refería a eso—Aclaré a medias pues esperaba que él comprendiera lo que intentaba decir.

—Ah—Dijo en un suspiro al entenderlo—Bueno...seis años no son fáciles de olvidar pero...aunque se que esto puede sonar cruel, debo admitir, que de cierta manera sentí...que me quitaba un peso encima.

Sus palabras me tomaron de sorpresa, jamás creí escucharlo decir tales cosas.

Últimamente así era.