CAPITULO 22

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Lana, Mike y yo, decidimos salir a un pequeño restaurante cerca del trabajo. El aire estaba fresco, pero era agradable. Al fin el clima había dado una tregua, pues desde que comenzó el invierno las temperaturas no subían de los diez grados. Según Mike, esto sólo era el inicio, pues bajaría mucho más, y no es que odiara el frío, pero estaba acostumbrada a un hambiente más cálido.

Nos acercamos a una de las mesas blancas, que se encontraban en la interperie,y tomamos asiento. Después de que la camarera tomará nuestras órdenes, Mike comenzó a hablar.

—Aún no se hablan tú y tu amiga—Preguntó al tiempo que tomaba un cacahuate de una canasta que se encontraba en medio de la mesa.

Anteriormente les había comentado a Mike y a Lana de algunos percances que tenía con Rachel.
Claro, no fui muy especifica ya que mi intención no era que la odiaran aunque yo estuviera en desacuerdo con ella. En el fondo, aún guardaba la esperanza de que todo se arreglara.

—No, en realidad casi no la veo, si no esta en el trabajo esta con su novio—Tomé agua y proseguí—, pero me da igual, últimamente no la reconozco—Mentí sobre mi indiferencia; sin embargo, si que era verdad que se había vuelto algo inestable, era mucho más temperamental, además tenía la sospecha de que estaba consumiendo drogas pues, en una ocasión la encontré tirada en las escaleras del edificio, tenía los ojos muy rojos y estaba muy desorientada. Ése nuevo chico le estaba haciendo mucho daño, y no sabía como ayudarla.
Estaba tan molesta con ella, pero también era mi amiga y aveces intentaba hacerla entender, pero sólo conseguía pelear nuevamente. Cada vez nos hablamos menos, hasta el punto que ya no nos dirigimos la palabra en absoluto.

—La vez pasada vi al sujeto con otra chica en un antro—Confesó Lana. A ella no parecía interesarle en realidad el bienestar de mi amiga, pero le encantaba la polémica por lo que siempre me mantenía informada de cualquier cosa que tuviera potencial de escándalo.

—¿Qué?—Fruncí el ceño.

—Sí, hace poco fui con Robert. Uno de sus amigos cumplió años y ahí estaba él, besándose con una mujer muy exuberante—Siguió con evidente indiferencia—Deberías decirle a Rachel, seguro que lo dejará—Supuso muy segura, aunque yo no lo estaba tanto. Rachel estaba tan perdida en ése tipo, que dudaba que lo dejara aún sabiendo que le era infiel.

—¿Con que objeto? Dudo mucho que quiera escucharme—Incluso si ella estuviera dispuesta a dejar a ése patán, no estaba segura de que me creyera. Nuestra amistad estaba tan fracturada que estaba segura de que ya no confiaba en mí.

—Entonces hay que mostrárselo—Las palabras tenían un aire de misterio y picardia.

—Aquí vamos—Resopló Mike. Ambos conocimos bien a Lana, sabíamos que era costumbre de ella meter su cuchara en todas partes y habíamos aprendido a reconocer las señales.
Siempre que planeaba algo, tenía una mirada peculiar en sus ojos y un tono de voz detectivesco.

—Robert me dijo que siempre va a un bar...se llamaba...—Chasqueó los dedos varias veces—Margarita Bar, esta en la 709 8th Aveneu—Me apuntó con el índice al recordar el sitio.

—¿Y que hace un sujeto como él en un lugar así?—Intervino Mike—Dudo mucho que pueda pagar algo en ése sitio.

—No lo sé, pero Robert me dijo que lo ha visto las veces que ha ido—Bajó la voz agachado la cabeza como si estuviera contándonos el secreto más importante del mundo—Siempre está con una nueva chica.

Mike y yo nos dedicamos miradas divertidas.

—Lana no creo que Rachel quiera acompañarnos—El tono de mi voz era una combinación de preocupación y diversión.

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