Día 24

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Jisung seguía en coma y aunque la operación hubiera ido bien no se sabía seguro como acabaría todo. Su respiración era lenta y pausada con más tiempo entre suspiro y suspiro que de lo normal.

Minho se encontraba a su lado sentado en una butaca, él ya estaba casi recuperado del todo y Jisung ya podía ser visitado. Chan fue uno de los primeros en ir a verlo y cuando vio a su querido hermano con tantos tubos conectados sus ojos se humedecieron. Minho fue al siguiente día, no estaba listo para ver a Jisung de cara, todavía cargaba con ese sentimiento de culpa.

Jae fue a ver a Minho una vez, le pidió disculpas. Minho no lo entendió, él tenia la culpa de todo lo que había llegado a pasar a su alrededor. Felix y Changbin también vinieron un día a ver a Jisung al igual que Hyunjin con su novio y Seungmin, aunque no estuvo muy a gusto con esos dos cerca.

―Jisung... Lo siento ―dijo por décima vez Minho. Sentía que debía disculparse continuamente.

(...)

Jisung se encontraba sentado en un banco, todo a su alrededor brillaba y era blanco, parecía no tener fin ese lugar. No sabía cómo, por qué o cuándo habia llegado a ese lugar. Llevaba ahí, no sabía cuánto tiempo, pero para él habia sido eterno, hasta que una figura femenina se le apareció. Vestía una túnica blanca y en su mano derecha llevaba un cetro dorado.

―Han Jisung... ―musitó la figura. ― ¿Qué haces aquí parado, sin intentar nada?

― ¿Qué...? ―Jisung levantó la mirada, curioso por saber quien lo había llamado. ― ¿Por qué estoy aquí? ―atinó a preguntar.

―Estás en el limbo, un paso entre la vida y la muerte para la gente en el mismo estado que tú. ―respondió la figura, acercándose más a él.

― ¿Cómo yo...?

―Gente que es demasiado joven para abandonar el mundo de los mortales, y que todavía tienen seres ahí fuera que se aferran a la posibilidad de que vivas. ―aclaró la mujer. ― ¿Por qué no te aferras tu también a esta vida? ¿Quieres quedarte como una alma en pena vagueando por este lugar sin ánimo de lucro?

― ¿Y cómo se supone que deba volver? ¡Todo esto es una llanura sin fin! ―exclamó indignado Jisung, ¿Acaso era ciega la mujer, o es que no veía que todo a su alrededor no era más que una neblina blanca?

―Si uno quiere, la salida se le aparece, pero debes encontrar tu devoción. Tu razón de seguir viviendo.

― ¿Y si no la encuentro?

―Podrías quedarte aquí encerrado para siempre, en esta bóveda sin nada, con tu cuerpo aún en el mundo mortal pero tu alma en esta neblina blanca infinita, observando todo a tu alrededor pero sin poder intervenir en su totalidad. O dar punto y final a tu vida y subir a los cielos para terminar con el sufrimiento que provocas ahí abajo.  ―dijo la mujer señalando más allá del suelo.

Jisung se quedó pensativo, no sabía encontrar su devoción a seguir viviendo. Cerró los ojos profundamente y suspiró.

―Vamos a darle punto y final a todo esto, por favor ―pronunció al fin aún con los ojos cerrados.

― ¿Seguro?

Jisung asintió y la mujer lo elevó del suelo mientras que apuntaba con su cetro dorado al pecho y dejaba ahí un seguido de hilos dorados resplandecientes que empezaron a propagarse por todo el cuerpo de Jisung.

―Puede ser un poco doloroso el proceso... ―musitó la mujer. ―Recuerda que nunca es tarde para cambiar de opinión... ―soltó de golpe.

Only Twenty More || Minsung Where stories live. Discover now