Día 8

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― ¡Lee! ―gritó al borde de explotar Chan cuando divisó a Minho entre la multitud. Al menos 10 personas se giraron de golpe y miraron aterradas a Chan. ― ¡Lee Minho! ¡Me las pagarás! ―Minho tardó en reaccionar, sus piernas se habían quedado de piedra.

Avanzó con paso rápido hacia él mientras Minho intentaba escapar hacia los baños y Woojin los seguía pidiendo a Chan que no hiciera ninguna tontería. Minho llegó hasta la puerta de los baños masculinos y cuando fue a abrir la puerta fue empujado por una fuerza mayor por detrás que le hizo abrir la puerta con todo su cuerpo dejándolo caer luego en el frío suelo del baño.

Levantó su mirada y vio a Chan entrando en el baño y cerrando la puerta tras de él impidiendo a Woojin entrar. Bang se plantó delante de ésta y por mucho que Woojin empujara, no cedía.

― ¡Minho eres un maldito desgraciado! ¡Te mereces lo peor en esta vida! ¡Confié en ti! Sabías lo importante que era esto para Jisung ―empezó a reclamar Chan. ― Entiendo que tengas novio y que es difícil seguir viéndote así con un ex pero ¡¿Era necesario tal humillación pública?! ¡Eres lo peor Minho! ¡Eso era lo último que necesitaba Jisung! ―levantó el puño y se acercó a él para propiciarle un golpe en la cara, pero Woojin aprovechó este momento de despiste para entrar en el baño y detenerlo a tiempo.

Agarró a Bang por debajo de los brazos y lo apegó a su cuerpo, inmovilizándolo. Minho se miraba desconcertado a Chan quien parecía fuera de control, no paraba de lanzar maldiciones y en un intento de liberarse dio un fuerte golpe en la mandíbula de su novio. Kim, a causa del golpe, se tambaleó y Chan en ese momento quiso abalanzarse sobre Minho pero Woojin reaccionó muy rápido y volvió a agarrarlo.

― ¡¿Qué haces aquí todavía idiota?! ―preguntó exasperado Woojin hacía el menor. ― ¡Corre! ¡Huye! ¡No estaré así todo el día!

― ¡¡NO, NO TE ATREVAS A DEJARLO ESCAPAR WOOJIN!! ―chillaba Chan.

Minho se escabulló por debajo de los brazos de Woojin y rápidamente se fue hacia la otra punta del edificio, intentando estar lo más alejado posible de Chan. Poco le importaba que tuviera clase pues le era más importante su propia seguridad.

Woojin acabó por recostar a Chan en el suelo y mientras soltaba levemente su agarre lo iba tranquilizando a base de caricias y pequeños besos en la frente.

―Shh... ―decía Kim. ― Ya está, cariño... Relájate por favor, aunque le pegues una paliza a Minho, no arreglará el daño a Jisung.

Chan, desconsolado, apoyó su rostro en el pecho de su novio y dejó que un par de lágrimas se deslizaran por sus mejillas, ya no sabía qué hacer. Su novio tenía razón pero tenía una sensación de ardor cada vez que recordaba lo que le había hecho a Jisung.

La campana sonó. Woojin levantó con cuidado a su novio y le hizo lavarse la cara antes de salir. Kim pensaba que Chan ya se había calmado y que había olvidado la idea de pegarle una paliza a Minho pero no era así, Bang tenía pensado darle su merecido.

Durante las primeras clases Minho las pasó con un miedo irracional. Aunque fuera prácticamente imposible, se imaginaba mil y un escenarios donde Chan entraba por la puerta de su salón y lo molía a palos. El miedo aumentó cuando llegó la hora de comer. Antes de salir de su salón se asomó por el marco de la puerta y comprobó que en efecto, era el último alumno de ese pasillo y no había rastros de Chan por ningún lado.

Minho avanzaba sigilosamente por la cafetería intentando no ser notado y controlando a ver si veía a Chan para salir corriendo después. Se puso rígido como un palo al notar una mano que lo agarraba por el hombro.

Mi vida ha sido bonita mientras duró... se dijo antes de girarse esperando ver a un Chan furioso. Pero la verdad es que le sorprendió mucho ver la cara de Jeongin desprendiendo esa aura angelical tan suya.

Only Twenty More || Minsung Where stories live. Discover now