Runaway

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Un envase vacío de helado descansaba sobre otros dos dentro del cesto de basura. Las ventanas de la estancia y la cocina estaban todas abiertas, aún sin importar que un frío invernal las traspasara moviendo las cortinas en un ritmo que parecía ridículo y ficticio.

Sobre la alfombra yacía el cuerpo de Im ChangKyun, vestido con unos casuales pantalones negros y una camiseta de algodón roja con delgadas líneas blancas que cubría hasta su cuello. Sus pies descalzos con calcetines blancos le daba un toque dulce a la escena.

Sus extremidades estaban extendidas a lo largo de la habitación haciéndolo parecer una estrella. Aunque su mente estuviese hecha un lío y en su estómago se alojará un nudo muy apretado de emociones, la tonalidad rosada en sus mejillas y su mirada perdida en el cielo raso de madera de la estancia lo hacían parecer como si estuviese pensando en un rico pie de cerezas o moras.

En algún otro momento de su inmadura existencia quizá hubiese estado hecho un manojo de nervios y lágrimas por pensar que estaba fallándole a alguien.

¿Acaso tienes quince años?

No son un maldito trofeo.

JooHeon fue un idiota, pero HoSeok también lo es por aún aparecer cuando chasqueas los dedos.

La sutilidad nunca fue una fortaleza de KiHyun. Aunque debía darle méritos, gracias a él no había hablado —ni visto— en más de quince días a ninguno de Los Lee —como ahora los apodaba Yoo— para intentar comprender que es lo que en realidad quería, con respecto a sus sentimientos. Según él, los otros aspectos de su vida estaban yendo bien.

Aunque claro que eso le había costado al menos unas cuantas llamadas perdidas y otros tantos mensajes de texto, ninguno ni siquiera fue leído. No quería hablarles, no quería verlos. Quería que la tierra lo tragase y lo escupiese en Mikonos.

Suspiro cansado y camino a la cocina para tomar un poco más de helado para después subir a su habitación, ponerse su pijama y hacer una maratón de cualquier serie basura que encontrara en tv.

Estuvo apunto de abrir su armario y continuar con su plan pero su celular había comenzado a emitir el irritante sonido estelar que era especialmente para cuando KiHyun llamaba, contestó.

— Escúchame bien, son las nueve con cuarenta y cinco y aún no llegas. La puta cena empezaba a las ocho, te la perdiste. Haremos esto, moverás tu sucio cuerpo de púber al baño y lavarás tu feo trasero en este mismo momento. Cepillaras tus dientes, peinarás tu maloliente cabello, practicarás tu mejor sonrisa y afrontarás la realidad... no puedes seguir así, reyna del drama. Pasaremos por ti en veinte minutos. Eres mi puto padrino, egoísta de mierda.

Jamás en su vida había escuchado decir tantas maldiciones seguidas salir de la boca de KiHyun, aunque si lo pensaba bien... ¿Por que hacía tanto escándalo? Era solo la cena de ensayo, faltaban al menos tres días para que fuera oficial. ChangKyun por "el estado" en el que estaba, sin duda, no quería ser parte de todo ese alarde que KiHyun había montado para inconscientemente presumirle a las arpías con las que HyunWoo trabaja que de ahora en más no estaría disponible. Nunca. Jamás.

Se sintió sofocado aún sin estar ahí. Fue al baño y se echó agua en la cara, mordió su labio y después miró su reflejo en el espejo y sonrió de medio lado.

No le tomó mucho tiempo empacar unas cuantas mudas de ropa y tomar su pasaporte.

...

— ¿Dijiste Seúl? —Dijo KiHyun atragantándose con su soda. — ¿estás bromeando? Mi boda es en dos días Chang, te necesito, aquí, aquí... no como mi estúpido padrino, sino como mi amigo, me estoy volviendo loco.

Closer | Jookyun | 🐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora