Tratos con el diablo II

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—No puedo dejarte ir, eres débil.

—Le gané en la batalla a Medusa, no soy débil, señora.

—Lo eres, mi hija te dejó ganar, la conozco mejor que nadie y sé que te tiene un cariño diferente del resto —Angélica miró al joven tensarse, no lo dejaría ir, sabía que por más que ya no crea que él podía llegar a amarla o Medusa a él, no iba a arriesgarse a perder a su hija solamente por un pequeño noviazgo— prefiero tu libertad que mantener impecable su lista de victorias.

—¿Y porque Medusa haría eso?

—Eres el único amigo que ha tenido —Angélica volvió su atención al libro de hechizos— y espero que siga así, joven Luv. Aunque aún no comprendo porque elegiste un anillo antes de tu libertad.

Peter se asombró por aquella confesión, entonces recordó la excusa que había utilizado Medusa para que su madre no sospechará, y al parecer había funcionado. Distraídamente se rascó detrás de la oreja tratando de hallar una respuesta válida para su capitán, una que no lo mandara a la plancha.

—Mi vida está en esta tripulación, no tengo a dónde ir —confesó finalmente Peter, a Angélica no le interesaba aquello, solo quería a su hija de vuelta y deseaba que la joven no perdiera la vida—. Llevo diez años aquí y mi única familia está abordo.

—Entiendo —en realidad no lo hacía —. Pero no irás, si pierdes la vida en esa expedición mi hija nunca me lo va a perdonar.
  
    

     
  
En el bosque de la isla no hay nada interesante por ver, solo insectos, viejos árboles y mucha hiedra. Si conoces el camino puedes llegar a la torre de Madre Gothel, mi hogar, sino te puedes perder por horas, incluso días antes de que logres volver al pueblo, estoy segura que Robin ya debería estar aquí. Conozco todas las entradas y salidas del bosque, conozco cada árbol, cada camino, cada secreto que este tiene, y sé que todos los caminos se cruzan en un punto, sea cual sea el camino que Robin tomara para llegar al bosque, iba a cruzar por ese punto. Me subí al árbol más grande solo para darle un buen susto cuando apareciera, llevo esperando cerca de 20 minutos y solo he visto a un pirata ebrio cruzar por aquí, seguramente de tanto alcohol se perdió porque la Bahía Pirata está al otro lado de la isla. Estuve arrancando las hojas secas durante un largo rato hasta que escuché ruido a unos metros, la voz de una chica iba maldiciendo sobre estar atorada y no poder salir, sentí la necesidad de ayuda por un segundo pero me arrepentí al imaginar que diría mi madre si supiera que ayudé a alguien. Prefiero mil veces que diga lo inútil que soy a que crea que me he vuelto blanda. Me quedé en completo silencio esperando a la chica, la vi salir de entre algunos arbustos quejándose de la incompetencia de los hombres, decía algo sobre no volver a darle cuerda a los Gastones y luego camino en silencio unos segundos antes de gritarle a alguien y lanzarle una cuchilla.

—¡Por Calypso! —la chica con la capa apretó su cabeza con ambas manos llenas de anillos y pulseras, diablos, es la misma brujita que casi nos ataca está mañana, me escondí mejor entre las hojas secas del árbol, agradezco que mi capa sea café— ¡Ya sé que debo hacer! Deja de joderme el maldito día, ya tuve suficiente con la brujita de hiedra, el maldito Facillier, los Gastones y el trío de imbéciles de apellido francés.

Con todo lo que dijo supongo que sí tuvo un día horrible, aunque aún puede empeorar ¿no? yo tuve que lidiar con ella, con Mila, con Harry Hook y Robin, creo que nos fue casi igual de mal el día de hoy. La brujita siguió su camino en silencio hacia el barranco supongo yo, no dijo más y tampoco me moví hasta perderla de vista, me bajé del árbol porque resulta ser muy incómodo para la espalda más de diez minutos, fui a por su daga atorada en un árbol, es muy hermosa, yo jamás había visto algo igual a esto. Es muy parecida a la daga del libro de mi clase, la que utilizan las brujas para sus hechizos, tiene el mismo símbolo de aquel libro de wicca que nos hizo leer Yzma en la clase de pociones y pactos, nunca me imaginé que habría alguna igual a esta en la isla, ni siquiera la Reina Malvada debe tener una igual, ¿quién es aquella bruja? Sólo le he visto el rostro, las manos y su espada infernal en toda mi vida, no sé cómo es su cabello, aunque seguramente es oscuro, no sé cómo viste debajo de esa enorme capa y tampoco sé porque no la había visto antes, será al menos un año mayor que yo, no más.

El destino de Medusa || Harry Hook  #PGP2020Where stories live. Discover now