Capítulo 2 Parte 2

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—Él te estaba mirando —me susurró Cher desde el asiento de atrás. A mi lado derecho, Luce asintió con entusiasmos.

—Todos me estaban mirando —rodé los ojos.

—Pero no como te estaba mirando él —Cher empujó su lápiz contra mi espalda. Siempre hacía eso cuando quería llamar mi atención, y era irritante.

—¿Y cómo, según tú, me estaba mirando? —pregunté. Mis ojos rodándose por segunda vez en menos de diez segundos.

—Como si estuviera hambriento y tú fueras el único aperitivo existente en el universo —ella y Luce soltaron unas risitas y yo me sonrojé aún más. Podía sentir el calor haciendo presencia en mis mejillas casi con la misma intensidad que el fuego en la mirada de Justin.

—Él me estaba mirando como mira a todo el mundo, además, saben que no tengo posibilidad. Ninguna chica en esta escuela lo tiene. Por alguna razón, nuestro querido Justin solo sale con universitarias, ¿recuerdan?

—Sí, eso es algo extraño —Luce frunció el ceño pensativamente—. Entiendo que tenga su mira puesta sobre las chicas universitarias, porque si yo pudiera también me tiraría a chicos universitarios, pero no hay razón alguna para que no tome en cuenta al menos una de todas las chicas que se le tiran a diario.

—Pero no lo hace.

—Pareciera como que sí te está poniendo atención a ti —Cher volvió a presionar su lápiz en mi espalda.

—Él solo fue amable.

—Entiendo que fuera amable cuando te rescató de esa carretera, porque hubiera sido bastante rudo no hacerlo. ¿Pero aparecerse en tu casa al día siguiente para traerte a la escuela? Eso no es amabilidad, eso significa que le gustaste.

—Política de chicas universitarias —gruñí por lo bajo.

—Siempre hay una excepción a la regla.

—¿Saben qué? Olvídenlo, no pienso seguir discutiendo con ustedes.

Yo no seguí discutiendo con ellas, pero aun así se la pasaron con el mismo tema durante el resto de esa clase, de las demás clases y en el tiempo de los recesos, así que como que cuando el término de la jornada escolar acabó, me sentí aliviada de estar en detención, porque o sino me habría visto obligada a acompañarlas a su salida al centro comercial y escuchar más parloteo sobre Justin. No podía hacerme ilusiones con alguien como él. Justin no tenía relaciones serias, solo conquistas pasajeras y yo definitivamente no era una chica que sirviera para ellas.

En el salón de castigos, la depresión era total. Solo pasaron cinco minutos antes de que comenzara a extrañar el bla bla bla de nunca terminar de Cher y Luce. No se podía escuchar música, no se podía dibujar o escribir en ningún tipo de superficie u hoja y los únicos libros que tenías permitido leer eran los autorizados por la escuela. Cosa que descubrí cuando el profesor que se encargaba de nosotros le quitó el libro 50 Sombras de Grey a una de las chicas de penúltimo año y murmuró algo sobre una lista de lectura adecuada para estudiantes como nosotros.

Cuando la puerta se abrió de la nada diez minutos después, nadie se inmutó, excepto yo, que era la única en ese salón no acostumbrada a la depresión forzada. Deseé que quien fuera la persona que entrara, fuera a sacarme de aquí por la razón que fuera para no tener que vivir en este purgatorio ni dos segundos más.

Ángel Guardián [Proyecto 127 #1] (Justin Bieber Fanfic)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora