Capítulo 20: La Última Llamada - Parte 2

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Sé que estoy siendo idiota. Justin pocas veces deja que se nos vaya de las manos, y mucho menos deja que le arranque la playera y que nos besemos como si no hubiéramos comido en semanas y besarnos fuera la única forma de saciarnos, además de la vez en la playa y en la camioneta de Luke, pero creo que ambas veces fue porque ambos sabíamos que en ninguno de esos lugares podía haber algo además de besos profundos y toqueteos calientes, a diferencia de aquí, que estábamos en privado y podíamos, literalmente, hacer lo que se nos diera la gana.

Nadie sabe realmente esto de mí, pero tiene mucho que ver con el hecho de que no perdono mentiras, y es que soy rencorosa, quizás incluso un poco vengativa, por lo que en cuanto consigo que mis sentidos se desanublen aunque sea un poco, consigo recuperar algo de cordura y fuerza de voluntad. Las manos de Justin están aferradas a mi cintura, por lo que no hay posibilidad alguna de que solo me quite de encima.

No me preocupa, de todos modos, él era el rey de interrumpir nuestros momentos, así que ahora yo interrumpiría este antes de que él lo hiciera.

—Se ha acabado, espero que eso cuente como un beso que valga la pena —murmuré, separando nuestros labios. Intenté levantarme pero seguía retenida—. Venga ya, suéltame.

—¿Es esta alguna forma retorcida de venganza? —parpadeó y me miró como si estuviera evaluando si estrangularme o besarme de nuevo.

—¿Cómo se te ocurre? —el sarcasmo fue tan evidente que lo habría notado una niña de cinco años.

—Bien, lo merezco —su voz era irregular, jadeante.

—Bien. Ahora suéltame.

—Lo estoy intentando, en serio.

La necesidad de olvidarme de todo y volver a besarlo fue agobiante, pero yo sabía perfectamente que si no nos detenía, él nos detendría eventualmente tarde o temprano, y prefería dejar mi orgullo intacto esta vez, así que m contuve.

 Justin finalmente me soltó con un suspiro de rendición y yo salté fuera del sillón.

—¿Cuál es la segunda cosa? —.pregunté, ansiosa, intentando poner mi lascivia a un lado.

—Tenemos que hacer un viaje, de por lo menos dos horas.

Estuve lista para reclamar, pero entonces él se levantó del sillón y me callé automáticamente. Lo decía en serio. Justin era un prototipo de hombre. Hombros anchos, cintura estrecha, abdominales excesivamente marcados y aquella deliciosa y profunda V que se marcaba en sus caderas.

Creo que estaba a dos segundos de lanzarme sobre él de nuevo. Sí, estaba dispuesta a amarrarlo si era necesario con tal de que no empezara con su cuento de solo besos.

Pero en cambio, solo pregunté por qué, sin poder evitar que mis ojos no pudieran mantenerse en los suyos.

—Te explicaría, pero veo que estás muy entretenida mirándome como para entender algo.

—Yo no estoy… bien, lo estoy, pero no importa.

Bien, ni siquiera yo era tan descarada como para mentir respecto a eso, aunque supiera que él sabía que estaba mintiendo.

—Tenemos que alejarnos de aquí todo lo que sea posible —murmuró y se puso su playera. Qué desperdicio de tela—. El celular está creado por la CIA, es imposible de rastrear. Intercepta cualquier señal de la NSA y de cualquier cosa por lo que bloquea cualquier intento de invasión a este celular o al celular o teléfono destinatario, pero es mejor prevenir que curar. Si estamos lo suficientemente lejos y alguien llegara a interceptar cualquier tipo de señal, sería difícil que nos encontrara si estamos a tantas horas de distancia, sobre todo porque si llegara a interceptarnos, les tomaría un tiempo desencriptar la procedencia de llamada, y luego no encontrarían ninguna conexión con nosotros en este lugar.

Ángel Guardián [Proyecto 127 #1] (Justin Bieber Fanfic)Where stories live. Discover now