Capítulo 23: Día de San Valentín Sangriento - Parte 4

202 14 1
                                    


Todo lo que podía pensar era que este era el fin. Por un momento estuve entumecida hasta que Justin me tiró al suelo. El golpe de la caída me hizo volver a mis sentidos. Estaba tan asustada que no podía pensar.

Sin decir nada, Justin sacó un arma de su cinturilla y me la pasó. No estaba completamente bien mentalmente como para preguntar por qué demonios había hecho eso. Ni siquiera sabía usar un arma. De todas las cosas que pude haber aprendido, utilizar un arma era la que más estaba aplazando, supongo que ninguno se esperó que lo necesitara tan pronto.

Cuán equivocada había estado.

—Está cargada. Tiene doce balas. Para disparar debes tomarla con las dos manos, sacar el seguro de acá y apretar el gatillo —habló atropelladamente—. ¿Has entendido?

No, pero no creo que hubiera tiempo para explicarlo de nuevo, así que solo asentí.

—Quédate acá. Si debes disparar esa arma, hazlo. No dudes, no pienses.

—¡No me dejes! —lloriqueé.

—¡Mi hermano está allá abajo, __________!

—¡Entonces déjame ir contigo!

—Escucha, amor —él agarró mi cara entre sus manos—. Tú eres mi prioridad, no sé qué pasa ahí abajo. Necesito que estés a salvo y debo protegerte. Quédate aquí y enciérrate, pase lo que pase, no salgas. Si alguien que no conoces entra, solo dispara sin hacer preguntas. ¿Entendido?

No respondí.

—¡________! ¿¡Entiendes!? —me zarandeó, y de nuevo, yo solo pude asentir.

En un abrir y cerrar de ojos Justin ya no estaba, no podía escuchar mis pensamientos, todo estaba entumecido. Mi cuerpo, mi mente. No podía sentir nada.

Y de pronto sentí todo.

Disparos iban y venían, sin detención y sin descanso. Comencé a gritar, o al menos pensé que lo estaba haciendo. De la manera que fuera, mi cuerpo comenzó a arder junto con mi garganta. Se sentía a carne viva, como si hubiera estado gritando por días.

El miedo consumía cada parte de mi cuerpo. Había estado todo este tiempo asustada de que me encontraran, tratando de convencerme de que iba a estar bien y que podía con todo y todos. La verdad era que no podía, tampoco quería.

Comencé a llorar con el sonido ensordecedor de los disparos. Me acurruqué en una esquina meciéndome frenéticamente mientras tapaba mis oídos y pedía al aire que por favor terminaran, tenían que parar... y Justin tenía que estar bien.

El tiempo que estuve en esa posición pidiendo que los disparos pararan pareció una eternidad, pero mis súplicas finalmente se hicieron escuchar en forma de un tenso silencio que parecía que escondiera un sinfín de secretos oscuros, y cuando la puerta finalmente se abrió agarré el arma con fuerza, esperando con todas mis fuerzas que fuera Justin quien entrara por ella.

Y lo fue, pero sabía que algo estaba mal.

—¿Justin? —mi voz fue un susurro quebrado.

Él pareció en shock por unos segundos. Sus ojos rojos y vidriosos y sus manos temblando. Hasta donde yo sabía Justin había pasado por estas situaciones un par de veces y me pareció muy extraño que estuviera reaccionando como si no pudiera volver a la realidad.

—¿Justin? —repetí, intentando encontrar mi voz.

—Está muerto.

Fue todo lo que tuvo que decir. Sabía exactamente a quien se refería, y estoy segura de que él sabía que yo lo sabía también, pero como si no pudiera convencerse a sí mismo, lo repitió.

—Luke está muerto.


Ángel Guardián [Proyecto 127 #1] (Justin Bieber Fanfic)Where stories live. Discover now