Capítulo 1

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-Eres un idiota.

Su voz resonó en mis oídos por al menos diez segundos más de lo normal. Me había llamado idiota con aquel tono que la gente emplea cuando afirma algo de lo que está completamente segura. Hace mucho que perdí la cuenta de cuantas veces me han llamado idiota, pero esta no era una más de esas veces. En esta ocasión era la descripción completa de mi personalidad. En esta ocasión la definición idiota me había golpeado en la cara como un puñetazo de bar.

-No soy un idiota – negué con la cabeza intentando tocarla.

-¿Crees que solo porque quieras las chicas estaremos a tu disposición? – lanzó como un insulto Mary, una de mis amigas con derecho a rose, alejándose de mí como si me tuviera asco.

-Vuelve aquí, no quise propasarme contigo – la llamé sintiendo como el alcohol que había ingerido consumía rápidamente mi sobriedad.

-Es mi culpa – desvió su vista hacia el mar de gente que bailaba al ritmo de la música – no debí haberte dado ese privilegio en primer lugar.

-Oye, escúchame – supliqué dando trompicones para tenerla más cerca de mí.

-Vete a la mierda, Harry – bufó – vete a la mierda y no salgas de ahí.

Se dio la vuelta con brusquedad y salió corriendo de la pista. El sonido ambiental bombardeaba en mis oídos y lo único que quería era que se detuviera. Maldita Mary, malditos todos.

Regresé a la barra y me senté por un momento. Estaba mareado y no podía estabilizarme por más tiempo sin la ayuda de algo.

-¿Mala noche? – preguntó el barman mirándome con una leve sonrisa en los labios.

-Eh... - le di una mirada de molestia y luego pasé mis ojos por la colección de botellas que yacían detrás de él. No tenía ganas de contar mis problemas, no como en esas películas donde los borrachos lo hacen.

Entonces sentí el habitual cosquilleo en mi pecho a la altura del bolsillo de mi camisa. Fruncí el ceño a la espera del sonido y maldije en mi mente.

Come to decide that the things that I tried were in my life just to get high on...

Casi de inmediato y solo para tratar de evitar seguir con la música que apenas se oía pero igual me molestaba, tomé mi teléfono y miré la pantalla: Louis.

Me detuve por un momento para respirar y calmar mi voz de ebriedad. Mi mejor amigo odiaba saber que había estado bebiendo. Al parecer su novia lo había hecho olvidar lo mucho que disfrutaba el frecuentar los clubs nocturnos conmigo.

-¿Aló? – contesté fingiendo tranquilidad.

-Creí que habías prometido no salir en días de semana. – dijo cortante él.

-¿Qué? ¿De qué hablas...?

-La música por altoparlante me lo dice todo, idiota – se burló de mi.

-¿Podrías no decirme idiota? Recién una... - comencé preparado para descargar mi ira momentánea con él.

-Harry – me detuvo.

-¿Qué? – pregunté con desgano.

-Te necesito y es urgente – de pronto Louis se puso serio.

-¿Qué pasó ahora? ¿Volviste a pelear con Eleanor? – dije dejando escapar una sonrisa de mis labios. A veces, solo a veces, disfrutaba con la desgracia de las parejas.

-No es eso – dijo ahuyentando mi goce. – es...algo más grande e importante.

-No, aun no entiendo – comenté.

Diamonds in the sun //h.s//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora