Capítulo 20

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Después de comer algo y pasear por las tiendas comerciales de Berlín, comprar algunos recuerdos para nuestra familia y quedar sumidos en la pobreza (no realmente), regresamos al hotel.

Ordenamos nuestras maletas y luego nos recostamos sobre mi cama. El día había sido agotador, pero en el buen sentido de la palabra. Con Audrey a mi lado las cosas solo podían mejorar, sin importar que estuviera pasando y sinceramente sentía que había algo en ella que me había estado perdiendo durante toda mi vida, más específicamente desde que recuerdo haber empezado a sentir atracción por las mujeres.

Hubo un tiempo, cuando era pequeño, en el que las niñas que me gustaban tenían una característica en común: eran todas amables. Y eso duró poco tiempo, hasta que me di cuenta que el ser amables no las salvaba de verme como el amigo divertido que solo pensaba en hacer el tonto. Entonces, entrando a la pre adolescencia, comencé a fijarme en las chicas lindas, las típicas niñas que se veían bien, olían bien y hablaban sobre el artista de moda. Por alguna razón ellas no me veían como el amigo, si no que querían tomar mi mano y decir que eramos novios, y a mi eso me bastaba.

Llegando a mi adolescencia el patrón se seguía repitiendo; salía con chicas guapas, me besuqueaba con ellas en el instituto o fuera de sus casas y luego de un tiempo las cambiaba por otra, cuando ellas se aburrían de mi o yo me aburría de ellas.

Fue dos años antes de graduarme que me enamoré perdidamente de Hayley. Ella era hermosa, pero seria. Nunca me hablaba, nunca me miraba, parecía como si ni siquiera notara mi presencia. Y era tan inteligente y bonita que yo no podía ignorarla. Intentaba acercarme a ella en clases, hacía lo posible por que me notara, hacía más estupideces solo para hacer bulla en sus oídos, simplemente para que me viera, para que me sonriera o al menos se riera de mi. Pero nada. Yo no existía para ella y eso me cabreaba.

Llegó un punto en el que comencé a ignorarla yo. Estaba tan harto de no tener su atención que me enojaba su sola presencia. Pasé de quererla conmigo, a rechazarla. Y no tenía sentido realmente, porque lo único que hacía en las noches era pensar en ella. Hasta que logré superarla. De a poco dejé de prestarle atención a lo que decía y su voz dejó de hacer eco en mis oídos. Verla cerca de mí me daba igual y ni siquiera buscaba su mirada. Hayley era simplemente una compañera.

Años después, cuando ya había salido del instituto, me invitaron a una fiesta de reencuentro en la casa de un ex compañero. No quise ir; tenía un examen al día siguiente y estaba a punto de reprobar esa materia. Una semana más tarde, uno de mis amigos que si había ido a la fiesta me invitó a salir. Le pregunté cómo estaban todos los del instituto. Me contó algunos pormenores y situaciones que ocurrieron. Me habló de Hayley. De cómo ella se había emborrachado en la fiesta y se había besado con un tipo para pagar una penitencia en un juego. También me contó de la cara que puso Hayley después de besarlo, de como sus ojos se tornaron llorosos y dijo como con asco 'Ojalá fueras Harry'. Según mi amigo esa fue la última frase que dijo en toda la noche. Unas ex compañeras la escucharon llorando en el baño después de eso.

¿Qué hice yo despues de eso? nada. Absolutamente nada. Quería saber más sobre eso, pero mi amigo solo se reía, como si para él no hubiera sido algo importante. ¿Y porque debía serlo, si no le incumbía? Para mi era el descubrimiento de un secreto que siempre ansié escuchar. Quería ir donde ella y saber exactamente porque había dicho eso. Quería entender porque su actitud conmigo siempre había sido de menosprecio y de la nada ahora soltaba esa frase con mi nombre en ella.

Nunca volví a saber de ella, tampoco hice el intento. Ya estaba embarcado en una relación con otra chica, una relación que al fin y al cabo duró dos meses, pero no podía arruinar eso solo por haber escuchado que la chica que me gustaba en el instituto había pronunciado mi nombre estando borracha. Un tiempo después, hablando con otra ex compañera que era amiga de Hayley, supe toda la verdad.

Diamonds in the sun //h.s//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora