Capítulo 13

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Esa noche decidimos no bajar a cenar; en el avión ya nos habían dado algo de comer, y los tres estábamos tan exhaustos con el viaje, que preferimos quedarnos en la habitación y dormir un poco. Debíamos estar al medio día la mañana siguiente en el centro de eventos donde se llevaría a cabo la primera jornada de presentaciones al público asistente y gerentes de empresas importantes en Alemania. Para mí, potenciales clientes.

Dan había escogido la cama del medio. No puse ninguna objeción, pero en el fondo creía saber cuál era su intención: estar cerca de Audrey.

Por lo mismo fue gracioso lo que sucedió después, cuando él se fue al baño para ponerse ropa cómoda para dormir.

Audrey y yo nos quedamos en la habitación, y esta se me acercó con cara de preocupación. Creí que me diría que estaba nerviosa por el día de mañana, pero fue totalmente inesperado lo que salió de su boca.

-¿Puedo pedirte un favor? – preguntó susurrando tan bajo que tuve que acercarme más a ella para entender.

-¿Qué pasa? - la incité a hablar.

-No quiero dormir junto a Dan – soltó mirando la cama del medio – me pone nerviosa.

-¿Por qué? – me hice el desentendido.

-En el avión me hablaba demasiado – respondió – no quiero sonar antipática, pero siento que...

-¿Qué te esta...coqueteando? – comenté y una leve sonrisa se escapó de mis labios. Al parecer Audrey no estaba ni por cerca interesada en Dan.

-Algo...así – afirmó con timidez.

-Podemos decirle que deje de molestarte... - comencé sonriendo con malicia – oye Dan...

-¡No! – Susurró ella gritando un poco – Shhh – posicionó sus manos en mi boca, impidiéndome hablar.

-Mhmm... - intenté decirle algo pero solo salían gruñidos de mi garganta.

-No le digas lo que te acabo de decir – casi suplicó – me va a odiar.

Quité sus manos de mi boca y las bajé a ambos lados de su cuerpo –Como mandes.

Me volteé justo a tiempo cuando sentí la manilla de la puerta moverse. Dan apareció por el pasillo y nos quedó mirando.

-¿Qué pasa? – consultó sin entender.

-Tengo que hablar contigo. – dije.

-¿Si?

-No quiero dormir junto a la ventana.

-¿En serio? – lanzó resoplando.

-Me siento algo resfriado y noté que la ventana tiene una pequeña abertura en la esquina. El aire se filtra un poco y si duermo ahí voy a terminar peor de lo que ya me siento.

-Dios, Harry – negó con la cabeza – que nena eres a veces.

-Supongo que...si – agregué restándole importancia.

-¿No te molesta dormir junto a un mujeriego de lo peor? – le preguntó esta vez a Audrey, riéndose.

Ella negó con la cabeza, fingiendo estar más interesada en su celular.

-Está bien – aceptó Dan – duerme donde quieras.

Entonces apuntó sus ojos y luego los míos con su dedo índice y el del medio, como diciendo que me estaría observando por si hacía cualquier cosa. Revoleé los ojos, ignorándolo.

Vi la cara de Audrey y aunque fue imperceptible, me daba cuenta de que se sentía más tranquila. Y en cierta parte yo también me sentía así.

***

Diamonds in the sun //h.s//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora