31 El encuentro

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Narra Vale

Estoy contando los días, como niña pequeña, y por fin, mañana viajamos.

Me pone un poco nerviosa nada más de pensar en que voy a encontrarme con Mark, después de tanto tiempo sin verlo.

Pero a la vez, eso me pone contenta, y he esperado tanto este momento, que no quisiera que nada ni nadie me lo estropeara.

Estoy empacando mis cosas, para darme una ducha, y acostarme, ya que nuestro vuelo sale muy temprano en la mañana, y no queremos estar por ahí luciendo ojeras.

He madurado en muchas áreas de mi vida.
Algunas han llevado tiempo, otras han sido a fuerza de cantazo, pero hemos crecido, y aprendido mucho, en este recorrido por la vida.
Pero hay un tema para mí, en el que siento que no he avanzado mucho, no sé, como que me he estancado, y toda la culpa se la hecho a Mark.

El hizo que mi mundo se detuviera, y girará solamente alrededor de él.

Que egoísta de su parte.
Así es es el AMOR aveces.

Pongo la alarma, y cierro mis ojos, a ver si logro descansar algo (cosa que no creo posible, con lo ansiosa que estoy) Quiero que llegue ya el día de mañana.

          Al día siguiente

Tomamos juntos el desayuno, y cuando terminamos, salimos con nuestras maletas, directo al aeropuerto, ya que hay que estar dos horas antes, para todo lo que se hace antes de abordar.

Voy con una sonrisa de oreja a oreja hasta que mamá interrumpe mis pensamientos.

- Hace tiempo que no veía esos ojitos brillar así como hoy!
¿A qué se debe eso?
Si se puede saber!

Me eché una carcajada, y simplemente le devolví la mirada en silencio, y solo le enseñe mi lengua, como cuando era niña, y hacia mis travesuras junto a mi gemela...

Después de varias horas, al fin llegamos a nuestro pueblo.

Cojimos un taxi, y llegamos a nuestra casa.
Todo lucia igual.
Aunque no parecía que había pasado el tiempo por aquí, en nuestro calendario, y en nuestras vidas, si había pasado.

Descansamos un rato, comimos algo, ya que este viaje me traía con mucha más hambre que de costumbre.

Fuimos a un restaurante que teníamos cerca de nuestra casa, y cuando llegamos a la casa nuevamente, le envié un mensaje de texto a Mark, para ver si quería, y si podia verme hoy.

Realmente no podía esperar ni un minuto más.
Sentía la necesidad dentro de mí, de por fin gritar todo aquello que llevaba adentro por tanto tiempo.

Me contesta de inmediato como si lo hubiese estado esperando mi mensaje.
En unas horas pasa por mí, y el leer eso hace que mis nervios vuelvan a tomar otra vez el control de mi mente y mi cuerpo.

Subo a mi cuarto, abro la maleta, y empiezo en  búsqueda de cuál sería la ropa apropiada para este momento tan especial.

- Mamá!!!
Sacó un grito, y está sube de inmediato, creyéndose que me pasó algo.

- Que pasó?
¿Estas bien?

- Si, lo siento, no quise asustarte.
Sólo es que necesito ayuda para decidir qué ropa me pondré hoy para salir con Mark.

- Pues vamos a ver que tenemos aquí...

Dice mientras rebusca en toda la montaña de ropa que tengo encima de la cama.

Estuvimos casi media hora, para escoger un traje color azul marino (hasta la rodilla) con un chaleco color mahón, unas sandalias nuevas que no me había estrenado aún, y que mejor ocasión que ésta.

Me maquille un poco, (tampoco quería verme muy exagerada como si fuera para una boda o algo así) Me deje mi pelo suelto (en ondas) con un pinche del mismo color de las sandalias.

Estaba más combinah que una caja fuerte.
Eso me dijo papá cuando me vio. 😂

- Estas hermosa mi amor.
Ya sabes lo que te dije.
-Me dice mamá arqueando una ceja-
Te deseo mucha suerte, hablen lo que tengan que hablar, y que sea lo que Dios quiera.
Recuerda que pase lo que pase.
Todo obra para bien!

Necesitaba oir esas palabras de mamá antes de que Mark llegará por mi.

- Gracias Ma.
Respiro profundo, y abro la puerta.
Ya que Mark me envió un mensaje de texto diciendo que acababa de llegar por mí, y que estaba esperándome afuera de la casa.

- No llegues tarde!

Grito mamá, antes de que yo cerrara la puerta de un tirón.

Veo a Mark desde unos cuantos pasos de distancia,
y ya empiezan a sudarme las manos, y a temblarme un poco las rodillas.

Pero nosotras sabemos como disimular muy bien todo aquello que nos da cuando estamos frente al chico que nos mueve el piso.

Me agarro un mechón de pelo, aprieto los dientes, respiro profundo una vez mas, y creo que estoy lista.
Es ahora o nunca.

Sale del auto y me dio tiempo suficiente para verlo bien un par de veces.
Tenía una gorra negra, una polera negra, y un mahón azul con unos cuantos agujeros, y no podían faltar sus mocasines.

Me dio tiempo de verlo de arriba a abajo.
No pude disimular mucho, y hasta creo que moví mi cabeza en varias ocasiones para arriba y para abajo.

Aunque NO creo que lo haya notado.
Esperemos que no. 😁

- Que bueno verte! Me dijo saludandome con un beso en la mejilla.

El parecía estar muy tranquilo.
Al menos esa fue la impresión que me dio su sonrisa.

- Igualmente.
Le contesté y le sonreí, mientras me ponía mi cinturón de seguridad.

Nos fuimos a un lugar hermoso, que nunca había visto, en todo el tiempo que viví allí.

Nos sentamos en unos bancos que habían cerca del lago.

La noche estaba hermosa, el cielo tenía más estrellas de lo común, el ambiente, y el clima eran perfecto para la aquella conversación que estabamos por comenzar...


¿Como se lo digo?Where stories live. Discover now