27 Alucinando

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Llega el día de partir y estamos chequeando que todo este en orden con nuestras maletas, que tengamos todoas nuestros documentos, para ir camino al aeropuerto.

No supe más de Mark, y eso era algo que me tenía un poco triste. Me hubiera gustado despedirme de él. Ya que era de los pocos que consideraba AMIGOS y más que eso, el chico con el que pensé que estaría, y construiría mi historia de amor verdadero.

Pero eso sólo ocurrió en mi mente. Lamentablemente las cosas no siempre salen como uno se las imagina. Esa película de nosotros juntos agarrados de la mano, hiendo por la vida... sólo quedará en un sueño más.

Voy a tratar de que este viaje sea lo más placentero para mí, y se que me ayudará a sanar, y a olvidar, y cuando regresemos de vuelta [que no se en cuanto tiempo sea eso] espero que no sea ni la mitad de lo que soy hoy.

Llegamos al aeropuerto. Después que soltamos las maletas, nos sentamos a esperar a que llamen nuestro vuelo para abordar, y ahí sentada entre medio de mamá y papá, siento una mano en mi hombro.
Por unos segundos, antes de voltearme desee que fuera Mark, pero no, era mi gran amiga Amy, que había llegado de sorpresa a despedirme. Me puse contenta de verla, pero me hubiera puesto mucho más contenta si en vez de ella, hubiera sido Mark el que hubiera estado allí junto a mi en aquella tarde.

- Te pensabas ir sin despedirte de mi?
Me dice Amy y se me tira encima que casi nos caemos las dos, de aquel abrazo que me dio la exagerada.

- Nosotras nos despedimos ayer! Le digo mirándola con una gran sonrisa que había logrado poner en mi cara.

- Pero NO en persona.
Eso no cuenta! Me contesta, alzandome una ceja.

- Eres la mejor. Gracias por estar aqui.
Y le doy otro abrazo más.

Nos pusimos a hablar un rato hasta que al fin oímos el numero de nuestro vuelo.

Estaba muy ansiosa. Sólo quería que llegáramos ya a nuestro destino. No se para qué, pero eso era lo que deseaba con todo mi corazón.

Había dejado TODO, pero ciertamente lo más que me dolía, (después de lo de mi hermana) era el separarme del Mark de esta manera.
Sin saber por cuanto tiempo. Sin saber que había pasado entre nosotros.
Por que las cosas terminaron así de repente, sin nisiquiera una explicación.
Para mi no se me hacía justo.

Aveces me daba mucho coraje cuando pensaba en que el no me volvió a llamar.
Pero algo dentro de mi no podía odiarlo, y tenía esa pequeña esperanza por alguna parte, de que quería escucharlo con alguna explicación que lo más probable existía aunque aún no la conocia.

Respiro profundo mientras me acomodo en mi asiento justo en la ventanilla del avión.
Miro alfrente y hay un joven con una gorra que se me parece tanto a Mark... Sonrío y pienso, y me digo a mi misma:
"Has perdido la cabeza!
Ya hasta tienes alucinaciones con él, que mal te va"

Pongo mis audífonos y cierro mis ojos.
Varias horas después estábamos aterrizando en nuestro destino.
Alivio sentí cuando escuché a un par de personas aplaudir cuando tocamos tierra. Eso significaba que nuestra nueva vida acababa de comenzar, y yo iba a aprovechar al máximo cada día.

Narra Mark

Cuando vi a Vale en el ortopeda, no supe que hacer. La verdad era que me alegre mucho al verla. Lo primero que pensé, fue en sonreir, pero vino a mi mente casi de inmediato, los días que he pasado sin que a ella le importe tan siquiera devolverme una simple llamada y eso ocasionó que sintiera fuego salir de mis orejas.
La quería demasiado. Más de lo que creia, pero el orgullo en estas situaciones me domina, y no hay sentimiento que valga.

Pero pasan los días y me como mi orgullo y le pido a mamá que me lleve a su casa. Tengo que hablar con ella. Al menos si pasó algo, merezco saberlo.

Vamos camino a la casa junto con mi mamá, y cuando nos estamos acercando, vemos que está todo bien cerrado y que no están ninguno de los dos vehículos de la familia.

-Mark, creo que no están. Mejor venimos otro día.

-Mamá, pero ya llegamos hasta aquí, marcale a su mamá a ver si están por llegar.

-Hijo, sale la grabadora. Vámonos.

Nos fuimos y un sentimiento de tristeza se apoderó de mi. Era como si la hubiera tragado la tierra, y yo tenía unas inmensas ganas de verla, que ya no podría aguantar mucho tiempo más sin saber de ella, tan siquiera oir que está bien, al menos con eso me conformo.
¿Creo que eso es amor, no crees? Pienso
Creo que empiezo a aceptar que está chica me ha cautivado más de lo que yo pudiera imaginarme. Esto no me ha pasado antes, con nadie. Es algo totalmente nuevo para mí, y me entristece que lo experimente de esta manera agridulce.

Al otro día, fuimos al Servicio como todos los domingos, y al acabarse. Le digo a mamá que le pregunte a los pastores por Vale y su familia, a ver si ellos saben algo, que nosotros no sepamos.

A mi me rodean alguno de los jóvenes a hablarme y saludarme mientras mamá se acerca a los pastores que están saludando a todos los que van pasando para la salida.

Entre conversación me fijo que mamá se pone ambas manos en la boca, y esa reacción que tiene a lo que le dicen los pastores, no me gusta nada.
La última vez que vi esa expresión en los ojos de Mamá, fue cuando se enteró de que su hermano tenía cáncer en el estómago.

Ya yo guardaba silencio y ni disimulaba, sólo quería que mamá llegará hasta donde mi para que me dijera que era lo que le habían dicho.

Ahí viene. Miro su cara y me doy cuenta de que tiene lágrimas en sus ojos y su maquillaje algo regado.
El corazón se me arruga como una pasa, y cada paso que da hacia mi, es un latido más fuerte el que siento.

-¿Qué pasa mamá? ¿Estás bien? Le pregunto.
Pero con la cara que trae, ya no se si realmente quiero escuchar lo que me tiene que decir.
Ya no hay que ser muy inteligente para darse cuenta que no son buenas noticias las que va a darme.

¿Como se lo digo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora