Capítulo 3. El furgón de la alegría

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Lautaro Bastián era uno de los bichos raros de la clase. Una inusual combinación entre intelectualidad y belleza. Alto, delgado, de cabello bien oscuro y ojos azules, siempre con gafas y con la palabra justa para defender su territorio. Definitivamente, era alguien fuera del patrón. Conectamos desde un principio porque ambos siempre nos gustó leer. Nuestra amistad es un escape a todo lo que odiamos de la secundaria. Y ahora, que estoy en un verdadero brete, es el momento para pedirle el gran favor del año.

—¡Hola Lau! ¿Cómo está el mas sexy nerd de la escuela ? —vociferé al teléfono.

—¡Bien, devorando el final de mi próximo libro favorito: "El diario de Bridget Jones".

—¡Oh, tiene que estar demasiado bueno para recibir el galardón "Bastián" del año!

—¡Sí! creo que habrá un antes y después de este libro ¡Me juego la vida que este libro se lleva al cine!

 —¡Te creo, no le pifias nunca!

—Contáme ¿que es eso de tu cosita con Ramirooo? —gritó desaforado.

—A eso viene mi llamado. Tengo que pedirte el favor del año....

Silencio suspensivo.

—Necesito que me acompañes a Brody's... hoy. En instantes. 

—¿Y eso sería un favor? —Un agudo inesperado casi hace estallar mi típano.

—Hay algo mas... eh, es un gran favor de verdad.

—¡Dale nena, decílo! sabes que odio el suspenso.  

—Necesito que me rescates en caso de que Ramiro quiera encararme y digas que sos mi....novio.

—Pero,  ¿Porqué? ¿ Are you fucking Crazy? ¡Ramiro Colombi te invitó a salir Nena! Go for it!

—Si, pero no me mueve un pelo. Además no puedo defraudar a mis amigas.

—¿Que? No me digas que entonces sos de las de Ezequiel....

—No tampoco...¡otro mas! ¿solo ellos pueden gustarme?

—Es que nena, te puedo probar que esos chicos escandalizan la tierra acá y en la china.

—Ok, creo que no nací ese chip. Solo puedo decirte eso.

—Está bien, voy a ser el mejor novio de la historia pero ¡Vas a tener que entregar toda tu biblioteca! —Lanzó mi carcajada preferida.

—Dalo por sentado. —Sonreí.

De repente, un ruido de bocina interrumpió la charla. ¡Era la furgoneta de Valeria, con el loguito del hipopótamo que provoca tantos odios y amores! Síi, el padre de Valeria es dueño de uno de los locales de Pumper Nic. ¡Como para no provocar bromas! ¿no?

  —¡Bueno, tengo que cortar, te espero allá en una hora! —Corté sin mas.

Todas mis amigas se asomaron por las ventanas sacudiendo sus manos como muppets coloridos. Celina llevaba una visera extraña. Ana clara un sombrero con una flor de tela, con un look muy Mary Popins. Soledad, un moño oversize. Guille había estado bastante sobria, si pasamos por alto el detalle de que se llenó de las pulseritas de canutillos que trajo de San Bernardo. Y, yo... bueno, intenté hacer lo mío, me puse una camiseta de algodón blanca Hering y unos jean negros. 

Me miré al espejo, no llevaba ni una gota de maquillaje. Decidí soltarme el pelo para adornar en algo la imagen, mi melena oscura y ondulada cayó savage sobre los hombros ¡Parecía Jane de la selva! ¡Lista para que me lancen bananas!  

  —¿Preparadas para la mejor salidas de sus vidas? —agitó Valeria con su voz potente desde el volante.

  —¡Siiii, por la noche de nuestras vidas! —gritaron todas en simultáneo chocando palmas, como si lo hubieran practicado. Sonaron miles de canutillos. 

Era un poco superlativo el entusiasmo, pero no quería ser agua fiestas, así que solo sonreí con sobriedad.

—Tomá bebete un zorbito, asi levantaz un poco el animo eze que tenez Ziempre  —me ordenó Celina con cierto recelo contenido, ya sabemos bien porqué.

La verdad es que moría por explicarle que conmigo podía quedarse mas que tranquila con Ramiro, pero no era capaz de hacerlo con pericia. De modo solo preferí callar y  cumplir con sus exigencias. Bebí un sorbo largo de una bebida absolutamente asquerosa. Tosí un poco y Celina me miró satisfecha.

—¿Qué es esto? ¡por Dios! —exclamé al borde del vómito.

—¡El jugo loco! —carcajeó Soledad asomando su cabeza como un títere desde atrás. 

—¡Yo le diría mas bien el jugo enemigo!

¡Todas rieron! Valeria batió su mano fuera de la ventanilla como si fuera el conductor de una locomotora infantil. Eso significaba que estabamos de excelente humor.  

La música sonaba a todo volumen ¡eran las Spice Girls!

—If you wanna be my lover, you gotta get with my friends —aulló Valeria haciendo picar intensamente su cabeza de un hombro a otro y creí que podría llegar a descabezarse.

—Gotta get with my friends —completó Guille y Ana Clara aplaudió como si lo estuviera haciendo  por primera vez.

— Make it laZt forever, friendzhip never endz —Era el turno de Celina, quedaba claro.

  Soledad simplemente intentaba sonidos guturales o fonética. El ingles no era lo suyo.

Era mi turno, Guille me acercó el micrófono imaginario. 

 —Taking is too easy, but that's the way it is —grité moderadamente. Una arcada me hizo cabecear mas de lo que quería, pero la controlé.

Tenía un mal  presentimiento con la salida de hoy. Había demasiada energía desmedida para satisfacer la expectativas crecientes de esta noche. No quería ser pesimista ni negativa, pero estaba claro que a Ramiro ni a Ezequiel les interesaban mis amigas. Aunque también era evidente que no era momento de pinchar globos.  Así que, simplemente bebí una y otra vez hasta llegar a Brody's.  Era cuestion de tirar la moneda, todo podía cambiar en este universo entrópico.

Las Chicas solo quieren divertirseWhere stories live. Discover now