su enojo es bastante notable; en su mirada, además de un fuerte resentimiento, se halla la intensidad. cada vez se muestra menos sano.
golpea la puerta de taeyong un poco más fuerte de lo que debe; un par de vecinos se asoman un momento, pero cierran la puerta casi inmediatamente al ver que sólo es él.
sabe que su mayor se encuentra ahí; ¿por qué no le abre?
sin más opción, se va a su hogar otra vez y cierra la puerta con fuerza.
se dirige a su cuarto y toma las fotos de doyoung, rompiendo cada una a la mitad. la crisis ésta vez es grave.
—¿TANTO ME ODIAS? —gritó, a pesar de no haber nadie allí consigo.
sus manos trepan a su cabello y tiran de éste levemente. no sabe qué hacer, cómo actuar. quizás mudarse otra vez es la mejor opción antes que volverse loco.
no. todavía no había cumplido su misión.
toma la sopa, tapándola levemente y con cuidado, casi como si fuera su querido dongyoung.
—no tienes que llegar a su corazón si puedes llegar a su estómago —cita de su propia madre, y abre la puerta con brusquedad. el departamento de al lado sigue silencioso.
pega un post it en el tupper antes de tocar la puerta. se mira los nudillos al accionar. toca muchas veces la puerta... éstos estaban lastimados.
—me sobró de ayer —canturrea al ver al contrario salir con una sartén en la mano. ah, recuerdos.
—no me vas a envenenar tan fácil, enfermo.
—ya lo hubiera hecho si quisiese. —susurró para si mismo jaehyun.
el menor toma el recipiente de una forma sospechosa.
y cierra la puerta en su cara.
—nos vemos en la noche, amor.
