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yoonoh se encuentra observando fuera de la ventana. el paisaje es bonito, al menos a comparación de otros, lo es.

pero no puede prestarle atención a eso, porque ahora doyoung está en su vista periférica. lo ve entrar a la cafetería, y algo le parece extraño. ¿quizá el hecho de que ahora su cabello es negro?

está de la mano. con otra persona. pero no es jaehyun esa persona, no es él quien toma su mano. se levanta de un salto, sin apartar su vista de aquella ventana. podría reconocer a doyoung a pesar de estar dos pisos arriba que él y al otro lado de la calle.

tarda siete o tres minutos en bajar, no sabe; los pensamientos no lo dejan pensar, de forma redundante. también puede jurar que puede sentir como un pedazo de su corazón se escapa de su cuerpo en cada segundo que pasa.

él es mío.

—¡no soy un enfermo! —amenaza a taeyong con su voz, y éste levanta las manos para demostrarse indefenso. si la última vez le pegó una paliza, quién sabe ahora—. vine a tí para no cometer una locura en el medio de la cafetería. tienes que ayudarme...

el mayor niega con la cabeza ante la casi súplica de yoonoh. puede notar su voz quebrada, como si las palabras las estuviese escupiendo como pequeños buches de sangre.

—no puedo, lo sabes. debes irte...

jaehyun arrastra sus pies a la puerta temblando un poco. como si se fuese a caer; pero siquiera se atreve a eso. ¿acaso su lindo doyoung no leyó su carta? ¿se la tomó en serio, siquiera?

enfermo + jaedo.Where stories live. Discover now