JuNo | Parte II

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Creemos que para contar una linda historia de amor, hay que seguir pasos previos, primero vienen las citas, el noviazgo, la relación estable, el matrimonio, los bebés. Pero Jun y Chan, se saltaron mucho de ellos y a decir verdad, su primer paso fue ser padres

Pero y ¿La historia?. La historia viene después

Así como el caso de Benjamín Button, donde su historia avanzada en dirección contraria a la de los demás, aprendió a crecer a su propio ritmo pero al final, de igual manera, debía llegar al mismo lugar al que todos nosotros vamos. Lo que quiero decir es, que no es estrictamente necesario seguir este orden que te imponen si a final de cuentas, te vas a enamorar. El amor no tiene instrucciones

Chan se sentía aburrido en casa, sin nada que hacer con su bebé de cinco meses, además de sentirse solo también, le agobiaba su vida rutinaria. Esa en que su día consistía en levantarse, alimentar a su pequeño, cuidar a su pequeño, dar de comer a su pequeño, otra vez cuidar a su pequeño, saludar a Jun en su regreso a casa, cuidar de su pequeño y dormir

Se preguntaba ¿En qué momento las cosas cambiarían?

—Tus mejillas están coloradas —Le hablaba al menor, quien tenía su mirada cansada —Ya te di tus medicamentos, no sé que más hacer —Chan se lamentaba, llevaba días así. Había seguido instrucciones de datos sacados de internet, los que no sirvieron para nada. Pensó y pensó, sumergiéndose en el profundo silencio de la habitación —Estas páginas de medicina no sirven, no nos queda de otra que ir a visitar a papá Jun

Chan cubrió su cabecita con un lindo gorro de dinosaurio, el cual llamaba bastante la atención con sus adorables crestas de color verde. Lo arropó de tal manera que ya no parecía un bebé, sino que una tierna bolita de ropa

Se colocó su mochila y también su canguro para transportar más fácil a su pequeño en él. Chan se había vuelto un padre precavido, la llegaba de su hijo le cambió su forma de ver las cosas, ahora pensaba dos veces antes de actuar y que tenía un niño fuerte y sano que dependía de él

Chan todavía conservaba sus rasgos no tan adultos, su actitud tierna y que vistiera con pantalones cortos, dejando a la vista sus blancas piernas, no ayudaba tampoco

—¿Cómo se llama tu hermanito? —Preguntó una señora que iba a su lado en el transporte público. Era la quinta vez que creían lo mismo

—Su nombre es Mao —A estas alturas ya le era cansador explicar que en realidad era su hijo

—¿Lo cuidas tú porque tus padres no pueden? Eso es muy tierno, eres muy joven para hacerte cargo de un bebé tan pequeño

A Chan le tembló su ojo derecho de la rabia. Típicos prejuicios de la gente, quiso responder pero decidió no hacerlo para no armar un escándalo y alterar a su bebé

Tenía que luchar con ese problema cada vez que salían juntos

Llegó a la consulta donde trabajaba Jun, sólo para tener más problemas. Al perecer, tenía que pedir hora para poder hablar con el padre de su hijo

—No te puedo dejar pasar si no tienes una cita con el doctor Wen —Le explicaba la secretaria

—Somos conocidos, lo vengo a visitar —Chan intentaba rogar a la vez que mesía a su pequeño que ya estaba dando señales de un berrinche —Por favor, necesito hablar con él

—Si quieres te puedo dar un teléfono para que llames más tarde

—Ya tengo su teléfono —Respondió, cansado —Yo sé que está ocupado, será sólo unos minutos, tengo un bebé en brazos, enfermo y a punto de llorar

—Si no me dices que clase de relación tienen, no te puedo dejar pasar

Suspiró derrotado, se tragó su orgullo y su dignidad. Pero era mas más importante la salud de Mao —Somos sus hermanos

Test Positivo (SEVENTEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora