JiCheol | Parte II

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Jihoon no tuvo que esperar demasiado para que su pancita se asomara, es mas, con apenas cuatro meses le había crecido tanto que todos creían que estaba en el último trimestre. Y por supuesto que SeungCheol era el más feliz, ser testigo de aquel proceso natural lo tenía completamente enamorado y también, histérico

Al tener un esposo tan pequeño cargando kilos de amor, le provocaba la necesidad de cuidarlo día y noche, lo mimaba, lo consentía, lo protegía, lo arrullaba

Incluso lo vestía

Cuando la pancita de Jihoon fue lo suficientemente enorme para él, tomando en cuenta su estatura y su contextura, algo tan simple como ponerse un calcetín, un pantalón, zapatos…

Se convirtieron en las tareas más difíciles del mundo

Pero, tenía a SeungCheol para hacerlo por él. El mayor había acomodado su horario levantándose ahora diez minutos más temprano de lo normal, sólo para buscar la ropa de su pequeño, sentarlo en la cama y vestirlo

—No hagas cosas pesadas —Le decía SeungCheol terminando de anudar los cordones de sus zapatos

—Lo único que hago es ver televisión —Jihoon seguía medio adormilado. Desde su punto de vista no podía ver lo que SeungCheol le hacía, tenía su vista bloqueada por una enorme y dulce pancita

—No duermas mucho —Besó finalmente su frente como despedida —En el refrigerador quedó el pastel de brownie que no quisiste ayer, come un poco, solo un poco —Suspiró viendo que Jihoon no le hacía mucho caso a sus palabras —Nos vemos, te amo

Sin embargo, aquello fue un error, el cual lo alertó, despertándolo por completo. Tan pronto como SeungCheol salió del departamento, Jihoon dio un brinco de la cama, corriendo a la cocina con el fin de ataca el susodicho

—Pastel, quiero comerte pero primero debo desayunar —Estaba babeando sin darse cuenta —De acuerdo, sólo un pedacito

Su actividad durante el día no era mucha, sin decir que odiaba salir ya que llamaba bastante la atención, la gente se abalanzaba sobre él para tocar su barriga y para Jihoon no había nada peor que la invasión a su espacio personal sin su consentimiento, lo detestaba

Nunca pensó que el embarazo le haría llegar a odiar a más personas de lo usual

—Muy bien —Se decía mientras buscaba una manera de sentarse cómodamente en el sofá, a estas alturas le llevaba minutos encontrar una buena posición, que pudiera comer, respirar bien y ver televisión a la vez —Es el último trozo que como en el día —Con este era el sexto

Cuando SeungCheol llegó a casa, no puedo evitar poner una cara de horror por el gran desorden que sus ojos presenciaban, la mesa sucia, la puerta del refrigerador estaba manchada por algo que parecía ser chocolate, además de un camino de migas por el suelo. Entró a la sala confirmando sus sospechas, Jihoon se encontraba prácticamente desparramado en el sofá, con la bandeja vacía apoyada sobre su pancita, tenía ambas manos cubiertas de pastel y su rostro gozaba de una envidiable satisfacción

—¿Te comiste todo el pastel? Preguntó acercándose al sofá —¿Tú solo? —Dirigió su mirada al desastre de sus manos —¿Con las manos? Jihoon, tus modales

Jihoon lo miró sin sentir culpa alguna —Se me cayó la cuchara y no la pude recoger —Lo guió haciendo referencia al suelo. Efectivamente la cuchara estaba ahí, su pancita le impedía agacharse

—¿Qué voy a hacer contigo? —SeungCheol terminó riendo por lo adorable que se veía excusándose, llegó a imaginárselo alzando sus bracitos para alcanzar la dichosa cuchara

Test Positivo (SEVENTEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora